Juan
Rivera
Colectivo
Prometeo y FCSM
Las
imágenes los muestran fatigados, hacinados, derrumbados, con la
mirada vacía y asociados a ideas negativas entre las que se cuela
una y otra vez el término “ mafia”.En
los informativos les dicen victimas aunque el enfoque del
tratamiento que reciben mal disimula un “victimas si,
pero...”.
Pareciera
que caminan como autómatas hacia el corazón de la Europa
teóricamente rica como si hubiesen salido de la nada. Entre los
miles de “ sesudos” comentarios que los tertulianos de guardia
hacen echo de menos el básico: los unifica la miseria y la
guerra. En su gran mayoría
huyen de conflictos bélicos ( Afganistán, Libia, Irak, Siria...)
provocados por los espurios intereses de la estrategia geopolítica
estadounidense,siempre aplaudidos y secundados alegremente por la UE.
Que
las consecuencias reales de éstos sean países arrasados, centenares
de miles de muertos, actores políticos que hacen del fanatismo
religioso sangriento su seña de identidad o la huida despavorida de
las masas que ahora fluyen buscando el Santo Grial germano, carece de
importancia para nuestros dirigentes. En la única versión oficial
que transmiten Occidente no tiene la culpa y la Unión Europea es
una damisela cándida,inocente víctima del drama, no cómplice y
encubridora. Mantienen el relato aunque les haya estallado en la cara
otra realidad.
Para
combatir a quienes arriban buscando un sueño o una nueva oportunidad
no encuentran mejor truco que catalogarlos. Hace unos años “ sin
papeles”, más tarde
“ilegales”.Hoy
buscan una categoría que los defina mejor. Están a un tris de
convertirlos en “ infrahumanos” .
El etiquetado tiene
su lógica aunque sea perversa. Releed a Primo Levi
y su estremecedora obra “ Si esto es un hombre”
sobre los campos de
exterminio nazi. Todo
es cuestión de acostumbrar los estómagos al proceso de
despersonalización. Al ser humano se le despoja de identidad y se le
convierte en número. Desaparece cualquier derecho colectivo e
individual y cuando se logra convencer a la mayoría de la sociedad
que en frente ya no hay personas, éstas pueden ser eliminadas sin
remordimientos. Siempre habrá una coartada, una excusa ( religiosa,
política, racial...).
En
la fase actual azuzan el miedo. Saben que la estrategia les ha
funcionado históricamente porque es el mejor refugio para las mentes
perezosas. El grito de “¡Nos
invaden los bárbaros!” activa
la bilis y el odio. Les compran el “ si
los dejamos quedarse nos destruyen”
sin analizar que quienes llegan lo hacen siguiendo el falso
escaparate que los medios de difusión ofrecen a millones de
personas, pintando que en otro lugar y otra sociedad, la occidental,
existe el Paraíso en la Tierra.
Aunque hoy suene a mito, durante decenios existió como pilar
político del movimiento obrero la idea de una Europa solidaria que
abanderaba los Derechos Humanos y buscaba su extensión universal.
Donde campó la esperanza abunda en este tiempo el paisaje gris del
miedo. Con este color volveremos a ver mendigos matándose entre
ellos por capturar el mendrugo de pan lanzado por una clase
dominante tranquila de saber que mientras consigan convencerlos de
que culpen de sus penurias al extranjero, los menesterosos nunca
cuestionarán el poder de quien le arroja la limosna ni refutarán
al Sistema que les roba.
Los desposeídos somos todos. También los que huyen de un destino
macabro. Cuando los veo no puedo evitar asociarlos a imágenes
añejas: la de los centenares de miles de españoles cruzando la
frontera francesa hacia un incierto exilio para ser apilados en
campos de concentración ( aunque ese maltrato en la acogida luego
no les impidió dar una lección de dignidad formando el grueso del
maquis que se enfrentó a los nazis o,como los soldados republicanos
de “ La Nueve”, haciendo ondear la bandera republicana en el
París liberado por ellos).
Por
eso debemos combatir sin tregua a quienes intentan convertir a la
persona que busca un futuro en otras tierras en “
objeto carente de derechos” . Que
le pregunten lo que opinan de esa estrategia a los centenares de
miles de compatriotas expulsados en los últimos años de nuestro
país por las políticas económicas de Zapatero y Rajoy.
Y
si la Oligarquía dominante no ceja en su empeño que al menos sea
clara y se atreva a recuperar el Derecho Romano y la figura de
esclavo por deudas o guerra.
Experiencia tienen. Basta con que se pongan de acuerdo los “
grandes partidos” y en un “plis plas” reformen los Códigos
Civil y Penal. Ya lo hicieron con la Constitución de 1978 al
modificar el artículo 135.
Con
este panorama se hace necesario recuperar los símbolos de
solidaridad mutua. Es la hora de subrayar -reivindicando a Carlos y
Federico- la vigencia del “
Proletarios de todos los países, ¡uníos!”.
La irracionalidad de los mandamases sólo puede ser combatida desde
un espíritu impregnado de Solidaridad Internacional. Teniendo claro
que los Derechos Humanos están por encima de los intereses de las
naciones y que la palabra “
Patria”
tiene sentido si en lugar de “bandera
o pulserita”
significa “ pueblo”
y éste a su vez se concibe como personas que merecen una existencia
digna.
Desde
siempre sabemos que las leyes injustas están para no cumplirlas.
Consultad a clásicos como el padre Vitoria ( derechos de la
persona) o el padre Mariana ( tiranicidio). Los grandes avances
políticos y sociales no han salido de la sumisión,
surgieron del “ No”.
Si no fuese así los negros seguirían viajando de pie en la parte
trasera de los autobuses estadounidenses.
Hace unos meses el Poder real, el financiero nos ofreció su lado
más descarnado al gestionar la crisis griega. Dejó claro que
carece de sentimientos, escrúpulos o piedad. Con la “crisis de
los refugiados” tampoco se ablandarán. Volverán a demostrar
que nada los detiene e intentarán utilizar nuestros miedos para que
levantemos una barrera de odio y desconfianza ante las víctimas
que llegan del otro lado del espejo. Todo con tal de mantener
intactos sus privilegios.
Por
nuestra parte no le sigamos el juego. Nadie carece de
derechos,ninguna persona es ilegal.
Delincuente e inhumano solo es un Sistema capitalista, capaz de
tratar a sus miembros como el nuestro lo hace.
La situación es tan obvia..tantas veces repetida..tan cotidiana...que lo mejor por eso no la vemos. Muchas personas dejan de prestar atención esos medios d comunicación que nos envenenan como mecanismo d defensa. Es la filosofía del avestruz..me tapo los ojos y no me ve nadie..estoy a salvo. Pero algún día vendrán también a por nosotros. Si eso llega, al menos que nos coja con los ojos abiertos
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