José Antonio Naz / Juan Rivera
Miembros de Córdoba Laica y del Colectivo Prometeo
Desde hace unos meses la
burocracia eclesiástica de nuestra ciudad está publicitando a
bombo y platillo un macro “vía crucis”- sábado 14 de
septiembre -en el que participarán más de una docena de cofradías
con sus imágenes de culto.
La
iniciativa
pretende tomar las calles de Córdoba, hacer que todas
las actividades de la ciudad se subordinen al “sacro”
espectáculo . La excusa: mostrar públicamente las obras de arte,
los pasos procesionales a su fieles mediante la “ recuperación
una tradición” que hasta ayer no existía.
El mal disimulado
objetivo político: exhibir una fuerza ficticia - cómputo de
asistentes al evento- que pueda contrarrestar otras cifras que
demuestran debilidad ( pobre asistencia a los templos ,una sociedad
que opta cada vez más por los matrimonios civiles, ciudadanos que
se niegan a marcar la casilla de la iglesia en su declaración de
renta, falta de vocaciones...).
Si todo el coste del
montaje para realizar la procesión múltiple corriese a cargo de
los organizadores y las instituciones públicas se limitaran a poner
a disposición de ellos la misma infraestructura que se ofrece a
otros actos con público, nada tendríamos que objetar. Allá cada
cual con sus creencias particulares. Como es sabido, hay gustos de
todos los colores. Aunque pueda parecernos un poco ”fuerte”
seguir a pastores como el actual Obispo de Córdoba, que difunde
pensamientos como éstos : “ la Unesco quiere hacer que la
mitad de la población sea homosexual”; “ el sacerdocio es un don
, no un derecho...no puede entrar en el mercado de los derechos
humanos”; “ la incitación a la fornicación es continua...en
algunas escuelas de Secundaria”
Al estar en el terreno
de las libertades personales, quienes no compartimos la
convocatoria, sólo deberíamos limitarnos a no asistir. Con la
tranquilidad añadida de saber que nadie altera por decreto nuestro
ritmo de vida ni nuestros impuestos contribuyen a financiar el lance.
Para nosotros el
problema surge cuando los políticos electos, encabezados por un
alcalde disfrazado de niño-cantor del Coro Vaticano, entonan un “
Amén “ sin rechistar y, creyéndose coautores del evangelio
atribuido a Mateo les dicen día tras día: “No os preocupéis.
Pedid y se os dará”
Porque según el diseño
que se ha ido filtrando a través de los medios de difusión,
declaraciones de la asociación de cofradías o entrevistas a
implicados, la realidad será esa ya que :
-
Reza en las páginas de internet de la Agrupación de
Hermandades y otras organizaciones afines
jaleadoras de la convocatoria que para presenciar el desfile la
organización ha previsto la instalación de palcos y sillas en
espacios públicos. Éstos se podrán reservar previo pago, pues si
lo ecuménico se acompaña con euros, mejor que mejor.
-Se ha fijado un
itinerario oficial alrededor de la Mezquita pero como al evento
acudirán imágenes de muchas cofradías, el área afectada se
multiplicará exponencialmente., A primera hora de esa tarde desde
casi todas las iglesias partirán las distintas tallas colapsando la
circulación y movimientos en barrios y calles.
-Se ha pedido al
Ayuntamiento que dedique centenares de funcionarios ( se habla por
ejemplo de 400 agentes municipales, divididos en 3 turnos) a
reforzar la organización. Y aunque suene a locura, también se
sugirió, “ por motivos de seguridad”, que la
Policía Municipal vigilara el paso de peatones y prohibiese la
circulación por las calles afectadas de las personas que no
hubieran comprado los billetes de asientos, (¿aunque sean residentes
de la zona?).
Y esto lo hará un
Gobierno municipal – el del PP cordobés- que mientras tanto nos
quita derechos, servicios y personal público con la excusa de la
crisis, que está despidiendo desde hace meses ( aunque los
tribunales fallan en contra ) a empleados de distintos organismos
municipales en Deportes, Empleo, Urbanismo y que no oculta el deseo
de privatizar las empresas públicas emblemáticas de la ciudad (
Sadeco, Aucorsa...). Siempre con la excusa de “ahorrar costes a las
arcas municipales”. Un cuidado que desaparece cuando se trata de
fomentar el fervor mariano con fondos públicos.
Esto
sucede porque:
- No hay un gobierno municipal “serio” y responsable que, garante de los derechos de toda la población que los ha elegido, minimice el impacto; la avasalladora invasión de espacios comunes.
- No existen intelectuales “comprometidos”, que adviertan y denuncien el anacronismo del evento recordando el peligro que para las libertades de todos entraña el intento de volver a la “tradición nacional-católica”.
- La población de Córdoba no actúa como una ciudadanía del siglo XXI, instruida y respetuosa, que exige su derecho a que sus espacios de convivencia no sean ocupados - cada vez más frecuentemente- por grupos ultramontanos y reclama circular en paz en su propia ciudad. No olvidemos que mientras las manifestaciones religiosas gozan de “ barra libre “ , de impunidad absoluta para tomar las calles sin pedir permiso, centenares de cordobeses han recibido en el último año notificaciones de multas por delitos como manifestarse contra la crisis, cierres de empresas, recortes o desahucios y al hacerlo han ocupado pacíficamente una pequeña porción de acera o vía sin “ permiso gubernamental”.Por cierto, las sanciones salen de una Subdelegación de Gobierno encabezada por un personaje que se puso de rodillas el fin de semana pasado en una ermita para dejar la siguiente perla:«Con toda mi humildad y mi fe, Virgen del Socorro, te pido que ayudes a Córdoba y a España entera en esta etapa difícil de nuestra gran Historia. Socorre a quienes sufren el drama del paro e ilumina a los gobernantes para que acierten con las medidas y hagan de su vida pública un servicio total a la sociedad» ( sic)
Y
por supuesto, nada de esto pasaría si la religión fuera una cosa de
“creencias” personales y no un instrumento de poder de las
Iglesias sectarias
El
acontecimiento cuenta de antemano ,además de con la complicidad
institucional, con la pasividad ideológica de un público
mayoritariamente acrítico al que atraen los aspectos folklóricos,
las puestas en escena con mucha parafernalia.
Fenómenos de este tipo
suele darse más en las sociedades menos evolucionadas cultural y
económicamente. Casualmente el episodio del día 14 se va a producir
en Córdoba, una de las ciudades con más paro de toda Europa, con
alta tasa de familias por debajo del umbral de la pobreza y cada
vez menos servicios sociales y medidas de atención e integración.
Quizás algunos crean que con esta macroprocesión desaparecerá el
paro, se acabarán los desahucios, mejorará la economía familiar y
se resolverán todos nuestros problemas. Aunque otros -en nuestras
“cortas luces”- veamos en ello altas dosis de superstición. Y
los primitivos cristianos verían sólo pura idolatría.
Las sociedades
gobernadas teocráticamente siempre excluyen a una parte de sus
miembros. De ahí nuestra contumacia: la única sociedad que
garantiza los derechos y la libertad de todos sus componentes,
creyentes y no creyentes, es la laica, precisamente por
tener en su eje central de actuación la neutralidad en las
relaciones públicas, el no decantarse a favor de ningún grupo.
Los cargos públicos
pueden tener creencias religiosas. Pero en su acción de gobierno
deben dejarlas en casa y no dedicarlas a engordar, como hace el
conservadurismo hispano de manera tan descarada, el clericalismo.
Habría una alternativa, que en esa fecha toda la población a la que no le interese este acto, organizara otro en otro lugar de la ciudad. O mejor que se fuera el día fuera, a visitar la provincia (posiblemente sea lo que hagamos mi familia y yo), pero no nos equivoquemos hay mucha gente que dice no ser creyente y participa de esa parafernalia, de un pasado que parece no iba a volver.
ResponderEliminarEs el colmo de la hipocresía y el fariseismo obligar a la ciudadanía, creyente y no creyente, tener que tragar con el fundamentalismo católico-apostolico de un sector particular de la sociedad, que se beneficia de los derechos de la totalidad, cobrando por ello, además de beneficiarse de los impuestos de todos.
ResponderEliminarLos ciudadanos que pagamos "religiosamente" nuestros impuestos tenemos derecho a circular libremente por cada rincón y cada calle de esta ciudad sin tener limitaciones y obstáculos para ir donde deseen, sin tener que doblegarse a los caprichos de unos fantasmones beatos.
Si yo fuera creyente me arrodillaría y le pediría al señor que no cegara los ojos de mis conciudadanos en las urnas. Pero, como no lo soy , apelo al sentido común de l@s cordobes@s.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que dejen de molestar.
ResponderEliminarPero también hay que prohibir el futbol, porque a quienes vivimos cerca del estadio nos joden la vida cada vez que hay partido:
nos arañan, nos bollan y nos roban los coches, nos mean nos cagan y nos vomitan en las aceras, y tenemos que aguantar un ruido que tiene cojones.
Y no hablemos de la circulación.
Que se vayan a la Campiña a dar porculo con la pelotita.
Anti-futbol en el casco urbano.
cierto ninguna modernización de ningún pueblo ha pasado por mantener fé y toros.Es la seña de identidad, la marca España que se vende al resto del mundo y que tanto daño nos hace.Ningún consistorio ni los de IU han querido dejar las cosas en paz y han apoyado con recursos públicos, tiempo y espacio a estas dos actividades obsoletas en el tiempo.El que quiera vaya a los toros o a la Iglesia pero con su dinero, su tiempo y su espacio.Una fórmula que sería de gran acogida por parte de los dos evebtos es organizar un magno vía crucis en el ruedo y así verian los torturados cristos los amantes a la tortura de seres vivos, estarían sentados y lo pasarían de chupame domine.
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