Agrupémonos todos

“ Agrupémonos todos”

Juan Rivera

      Nos acercamos a la cita electoral del 20-N sufriendo la impudicia de las fuerzas neocanovistas (PP-PSOE ), una vez que han decidido actuar sin disimulo y mostrar sin tapujos el desprecio que a ambas les merece la idea de la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas. De ahí el golpe perpetrado con la “ reforma exprés” de la actual Constitución.

     Los mismos que durante los últimos años bloquearon cualquier acuerdo para renovar un politizado Tribunal Constitucional, los mismos que se niegan – pues son los más favorecidos en el actual reparto – a modificar la Ley Electoral o que han elevado durante décadas la Constitución del 78 a la categoría de intocable, los mismos que en la actual crisis económica han auspiciado una respuesta basada exclusivamente en recortar derechos sociales y hacer recaer el peso de la misma sobre las espaldas de los asalariados, no han tardado ni una semana en romper las reglas de juego que – con dolorosas renuncias desde la Izquierda - nos habíamos dado e imponer normas al dictado del gran capital pero que, por desgracia, nos lastrarán el presente hipotecándonos el futuro.

     Por ello, ante una agresión tan descomunal, la Izquierda debe responder de forma distinta a la habitual, sin lloros ni pataleos, pero con contundencia.

     Se han puesto boca arriba las cartas de la apuesta neoliberal, han quedado nítidamente dibujadas las dos orillas. En la diestra se sitúan los agresores de derechos fundamentales, los fieles servidores del más rancio capitalismo, encarnados por la “ grosse koalition” PSOE-PP y sus homólogos de CiU.

     En frente, los agredidos, los que mantenemos que para seguir respirando, para seguir viviendo como ciudadanos libres, debemos defender lo Público, luchando por aumentar su presencia.

     Es hora por tanto de agruparnos ante un programa de mínimos, que tenga en su frontispicio unos cuantos valores básicos pero irrenunciables: Defensa del sector Público, con especial atención a la Sanidad ( basta de privatizaciones encubiertas ), la Educación ( debe revertirse el actual modelo tan perverso, quien quiera una educación distinta de la pública, que la pague de su bolsillo ), e Infraestructuras ( motor de la revitalización económica), contando para ello con una Banca Pública surgida de la inversión estatal en aquellas entidades financieras rescatadas.

     En el mismo nivel debemos poner la Laicidad real del Estado que impida espectáculos bochornosos como los vividos en la pasada visita papal, los impuestos progresivos , aumentando la fiscalidad a quienes más tienen, el fomento de las energías alternativas limpias y una política exterior basada en el pacifismo activo que renuncie a embarcarse en todas las aventuras neocoloniales que sirvan a los intereses de los “ lobbies” estadounidenses. Y como horizonte de modelo estatal la República Federal.

     Desde el convencimiento que las luchas en las plazas - como las protagonizadas por los movimientos surgidos alrededor del 15- M - deben traducirse en una presencia política en el Parlamento, con el suficiente peso para que exista un altavoz adecuado del sector más lúcido y crítico de la sociedad española, en el que nos ubicamos, es hora por tanto también de ser generosos y aglutinarnos en un Frente de Izquierdas en el que ,por una vez, no importe el orden en las listas sino el convencimiento de que sumando, en el cómputo final estaremos representados todos los sectores que nos sentimos expulsados de esta democracia demediada.

     A los responsables de las fuerzas políticas de la otra orilla, (socialistas, comunistas, republicanos, independientes, sindicalistas de base...) se os pide también un esfuerzo. En vuestras manos está el amalgamar la mezcla que haga posible un dique de contención que nos permita pasar a una posterior ofensiva.

Aunque la tarea propuesta sea ardua, conocéis de sobra la melodía. La mayoría estáis hartos de cantarla voz en grito: “ Agrupémonos todos...”