Endemoniados
Manuel
Marrero Morales
Efectivamente,
una parte importante de la población española y canaria esta
endemoniada o, como se dice por estas íslas, estamos tan indignados
que "se nos llevan los demonios" con las políticas
antisociales y represivas del Gobierno del PP, encabezado por el Sr.
Rajoy, que obedece sumisamente a los banqueros españoles y las
órdenes que le dan desde Alemania, Bruselas y Nueva York, donde se
sitúan los centros de poder de la Troyka.
Todo
lo público va camino de ser privatizado. Los servicios públicos se
consideran, desde el punto de vista de la economía neoliberal
imperante, como oportunidad para los negocios. Están cuestionados la
salud, la educación, los servicios sociales, la dependencia, las
pensiones, todos aquellos servicios que sirven en un estado moderno
para redistribuir la riqueza y para fundamentar la cohesión social
sobre el reparto y establecimiento de ciertos niveles de justicia
social. Se recortan los presupuestos, se deteriora lo público, como
paso previo ineludible hacia su privatización.
Cuando
se recorta de lo público, no sólo se empeora el servicio y se
despide a trabajadores y trabajadoras de la salud, de la
educación,... sino que se están recortando nuestros derechos de
ciudadanía, conquistados por las generaciones anteriores.
Por
estos motivos, hay que evidenciar el proceso de involución politica
y social que se está produciendo en nuestra sociedad, donde la
religión se considera una materia cientifica como las matemáticas,
donde a las mujeres se les recortan sus derechos a decidir sobre su
cuerpo, donde se da la paradoja de cientos de miles de casas sin
gente y otras tantas de gentes sin casa, donde la salud y las
pensiones están pasando a ser gestionadas por la empresa privada,
donde el gobierno nombra a un comité de doce expertos para informar
sobre las pensiones y ocho de ellos trabajan para aseguradoras, donde
se hacen modificaciones para amedrentar el levantamiento ciudadano
contra los poderes establecidos, donde la protesta se criminaliza,..
Y
no deja de extrañar que la Iglesia Católica, -que recibe cada año
más de 11.000 millones de euros del erario público, justificado por
los acuerdos con el Vaticano del año 79 y que no fueron motivo
siquiera del pacto constitucional-, a través de sus jerarquías nos
hagan saber al conjunto de la población que "estamos viviendo
una situación de emergencia", pero no precisamente motivada por
el paro, los despidos, el empobrecimiento y exclusión social.. El
cardenal Rouco Varela ha nombrado "con premura" a ocho
exorcistas ante "la avalancha" de casos de posesiones que
se están produciendo en Madrid. Estas son las necesidades que se
están cubriendo de forma urgente: "Entre ellos destacan las
denominadas posesiones demoníacas y también las llamadas
influencias maléficas y que englobarían la magia negra, los
echadores de carta, el mal de ojo, los quiromantes y otros tipos de
esoterismos." Como alguien comentaba, parece un guión del
programa 'Cuarto Milenio', de Iker Jiménez.
La
presencia de exorcistas en las diócesis españolas es bastante
escasa, dice un artículo de un diario digital. Sólo una de cada
cuatro dispone de este personal especializado. El potencial de
creación de empleo es, por lo tanto, considerable, añadía
acertadamente el articulista.
Hace
unos días, un canal de televisión italiano propiedad de la
Conferencia Episcopal informó que el Papa Francisco había llevado a
cabo un exorcismo en la misma plaza de San Pedro durante 15 segundos.
El Vaticano lo desmintió o al menos dijo que el Papa no tenía la
intención de practicar un exorcismo. Materia, la web de noticias de
Ciencia, publicó un artículo en marzo que contaba que la Iglesia
realiza en España exorcismos a enfermos de esquizofrenia. Si
desapareciera el miedo al demonio la Iglesia perdería su poder
coercitivo.
La
jerarquía de la Iglesia Católica, que siempre fue un aliado de los
poderes políticos y económicos, está potenciando sobre todo su
papel de introducir el miedo y la sumision en las conciencias del
pueblo llano. Miedo al pecado, miedo al demonio, miedo al infierno,
"al llanto y el crujir de dientes", "el que obedece
nunca se equivoca"... Y al mismo tiempo, con casi toda
seguridad, en este momento y con las politicas de este gobierno sea
la etapa de las últimas décadas en que se encuentra más reforzada
y protegida. En una clara vuelta al pasado está recuperando sus
viejas esencias inquisitoriales.
Por
tanto, no es de extrañar que, ante la desesperanza de las gentes,
vuelva a utilizar la figura del mal, como problema individual, que
traslada la culpa de su situación a cada uno de nosotros, pecadores,
y no del mal como problema social y colectivo, ocasionado por las
políticas antisociales de este Gobierno, al que tendrían la
obligación de señalar como culpable.
Frente
a estas políticas del PP y frente a la obediencia, la resignación y
el miedo, predicados por la Iglesia Católica, sólo cabe una
respuesta contundente: la movilización social en las calles, la
desobediencia civil y la insumisión. En definitiva, tenemos que
"estar endemoniados".
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