Juan Rivera
FCSM Córdoba
Por fin sabemos lo que
querían decir. Como buenos malpensados creíamos que el destierro de
la palabra “empresario” y su sustitución vía ucase de
obligado cumplimiento por la de “ emprendedor”formaba
parte de la clásica estrategia de pervertir el lenguaje y no llamar
a las cosas por su nombre. Por la falsa creencia de que las nefastas
consecuencias sociales se asimilan mejor con vaselina.
Pero no era eso. Ni
intentaban subvertir el termino ni maquillar las connotaciones de
explotación y abuso que la palabreja arrastra. El PP simplemente
estaba describiendo su realidad, la que el testimonio
judicial de Bárcenas está poniendo sobre la mesa ( nunca mejor
dicho lo de “sobre”): el aparato del Partido, engrasado hasta
rezumar billetes de quinientos euros por todos los despachos de
Génova y autonomías varias con las “ altruistas” donaciones de
empresarios afines que ven de mal gusto preguntar “ ¿ qué hay
de lo mío? “ y prefieren decirlo con flores, rolex, trajes,
viajes y fajos de billetes serie B, había emprendido su particular
Hégira.
Ésta llevaría al fin
del Estado ( manteniendo sólo Ejército y Cuerpos de Seguridad para
garantizar la “pax social”), de las garantías legales, de los
derechos colectivos.. y traería el nuevo reino, aunque no de los
cielos, sí del Emprendimiento.
En él, mientras a los
lacayos se nos recorta, pisotea, humilla o aplica inmisericorde la
legislación penal vigente, siempre habrá sitio para el constructor
que soborna y consigue recalificación de terrenos; para el banquero
que estafa, para el empresario que explota a sus trabajadores a la
luz del día y sin necesidad de disimular o para el político que
cuenta con avidez su sobresueldo ilegal o su mordida.
Mientras se penaliza la
austeridad, honradez y servicio a la ciudadanía, se consagra como
único camino el emprendido por quienes aprueban reglas que sólo a
ellos protegen.
Curiosamente, muchos
empresarios españoles, los que más hablan de mercado libre,hacen
sus negocios amparados en el trato de favor que les permita quedarse
con la contrata amañada, con la privatización de los servicios
públicos rentables. Basta con ser agradecido, no olvidar y después
colocar en alguna de las empresas al dirigente político que
propició el Beneficio desmedido.
Somos un país de doble
moral. Por ello los neoliberales del PP-PSOE claman para que
desaparezca el Estado, a la par que cobran del erario público.
Completan los emolumentos con ayuditas del “ amiguito
emprendedor”.
Por ello ahora,
sobrecogidos,actúan como los niños pillados con las manos en
la masa. Niegan la trastada y el estropicio aunque todo el mundo los
haya visto.
Pretendían hasta hace
unos meses darnos lecciones de moralidad al grito de “ Sspañña”,
a juego con la tirita del jersey de polo y la pulsera.
Nos recortaban,
sangraban, vacilaban...en nombre del futuro idílico – y rojigualda
- que envolvería a la nación y de cuyas migajas hasta los más
lerdos viviríamos.
Hoy, conocida la
impostura, tenemos aún más claro el clasismo que escondían:
se han limitado a seguir la estela de sus antepasados a lo largo de
la Historia.
A la espera de que el
ministro Montoro de turno saque la lista de defraudadores a Hacienda
y que los fiscales Anticorrupción baremen la forma de pedir el
suplicatorio a quienes tienen la condición de aforados, no se nos
escapa que estamos viviendo,además de en una crisis total del
turnismo juancarlista, una lucha interna y sin prisioneros,
dentro del Partido Putrefacto.La maniobra B, encabezada por los
irreductibles de la FAES con Aguirre y Aznar al frente, está
propiciada por los propios poderes oligárquicos.
Han captado el malestar
ciudadano y temen que, pese a la tardanza y resignación hispana, al
final la olla explote con consecuencias imprevisibles. Buscan el
chivo expiatorio, el toro lanceado – llámese Cospedal, Rajoy o
Juan Carlos- en el que el español de a pie concentre sus iras , para
, en una medida operación cosmética ofrendarlo. Y aplacar la ira
para poder continuar los tejemanejes. Con los privilegios intactos.
No entremos al trapo.
Unas dimisiones no arreglan nada pues todo queda igual: el diseño
privatizador intacto, la imposición ideológica a través de como la
del Aborto o la Educación en marcha.
Tampoco sirven unas
elecciones anticipadas si éstas sólo buscan cambiar la pata
afectada del bipartidismo borbónico por la de repuesto ( léase
PSOE) o por otra del mismo cuño ( PP) pero con más gomina marca
“esencia patria”.
Estamos en la
encrucijada y lo debemos saber. También que la tercera opción de
los poderes económicos, si fracasan las estrategias de las “ patas
de repuesto”, es potenciar la extrema derecha de nuevo cuño.
Al grito de “ todos
los políticos son iguales”, los mismos que han creado las
condiciones actuales, como dueños y señores de todos los
medios de difusión,auspiciarán una solución neofascista (que
apenas guarde las formas parlamentarias por aquello de estar –
aún- en Europa), similar a la puesta en marcha en Grecia. Puede
ser tiempo de postfranquismo
Por ello, también
debemos tener claro que el cruce de caminos puede ser tiempo de la
Ciudadanía, si ésta no se conforma y juega bien sus cartas.
Con una movilización
permanente, poniendo el dedo en la llaga, denunciando la podredumbre
instalada, no conformándose con palabras hueras, exigiendo a todos
los partidos políticos que se presenten a unas elecciones un
contrato vinculante en el que se comprometan a defender unos puntos
mínimos: defensa del sector público, no a la privatización de las
pensiones, auditoría de la Deuda, ningún parado sin cobertura,
recuperación de convenios colectivos, salario mínimo de mil
euros...
Y pedir a quienes se
presenten a pronunciarse. Con un SÍ o un NO. Para que el ciudadano
juzgue y actúe.
No entremos en su juego.
Hagamos el nuestro negándonos a seguir al trilero cuando éste
esconde la bolita mientras mueve los vasos.
En una situación como
actual llaman poderosamente la atención los ruidosos silencios¿ Y
la jerarquía eclesiástica?. Tan preocupada de olisquear en las
entrepiernas a la vez que recuenta los privilegios tangibles que sus
acólitos le transfieren del Estado – ley Wert último regalo-, no
tienen ganas ni tiempo de pronunciarse. Ni está ni se le espera.
Siempre a vueltas con lo mismo, la bilis corroyendo las comisuras de los labios. EL garrote en la mano. EL martilleo de las teclas del ordenador escupiendo indignación. Las malas noches.
ResponderEliminarDe nada vale todo esto si ésos, ésos que votan al PPSOE desde siempre, ésos estómagos agradecidos que tienes por vecinos, ésos que luego son los primeros en chillar ¡INJUSTICIA! cuando los deshaucian y miran al otro lado cuando mandan al paro al vecino; ésos, ESOS son los que tienen que ser llevados a las calles. Hasta que no consigamos despertarlos no habrá avance. Sólo bilis e indignación gratuíta.
www.elartilleroilustrado.blogspot.com.es
Ilustrativo artículo Juan. Que se complementa en la búsqueda de la solución con la del artilleroilustrado, si no se consiguen esos mínimos poco podremos hacer, los campos de fútbol y bares seguirán llenos, y cada vez más de muertos de hambre. Estepaís, sólo basta mirar la historia, no ha cambiado mucho, exportamos a América nuestros defectos pero lo curioso es que allí parecen haber despertado y acabado con algunos. Salud.
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