Juan Rivera
Las ciudades
italianas lucen estos días numerosas vallas publicitarias que rezan
“ Ancora in campo per l'Italia” .Es la respuesta de la
formación de Berlusconi a la condena que el Tribunal Supremo ha
hecho firme contra su lider ( 4 años de prisión por fraude fiscal
en el caso Mediaset).
En el cartel se observa
como una muchedumbre con banderas de Forza Italia vitorea al
indeseable personaje mientras éste los arenga, solo, vestido de
oscuro, desde un enorme escenario, emulando puestas en escena que ya
utilizó Mussolini.
Para que no quede duda
de que a sus seguidores les importa un pimiento la corrupción,
blanqueo de dinero, contactos con delincuentes, fraude fiscal, sexo
con menores... en el margen remiten a una página de internet con el
ilustrativo título de “ www.forzasilvio.it”.
El mensaje que se
pretende transmitir no es baladí, es la respuesta al poder judicial
del conservadurismo italiano. Sin embargo apelar a la insumisión, a
pasarse por la entrepierna constituciones y normas no es exclusiva de
éste; también está siendo utilizada por sus “ partidos
hermanos” del sur de Europa.
La pretensión
de situarse por encima de la Ley exigiendo que ésta se aplique con
rigor al pequeño delincuente pero que desaparezca cuando se trate
del poder político y económico está siendo reivindicada día sí y
al otro también por la formación neofranquista que hoy detenta ( y
abusa ) el gobierno español.
De ahí la actuación
seguida en un caso con tantos nombres (Gürtel- Bárcenas- Rajoy...)
aunque lo podamos simplificar con un mismo enunciado: “ corrupción
magna”.
De ahí las situaciones
protagonizadas en las últimas semanas por algunos cachorros de las
Viejas Generaciones, a las que no les ha importado airear su
verdadera hez, el semblante más vil y despreciable, bien intentando
avasallar a los afectados por las preferentes el día de la citación
judicial a Cospedal, bien posando cara al sol, brazo en alto,
orgullosos de su cercanía al ideario de Hitler y Franco (según han
aparecido en los medios de comunicación, fotos de los dirigentes de
NN.GG. Xesco Sáez y Jorge Roca de Xátiva ,Daniel Terrades de
Gandía, Carmen Melissa de Canals... unas veces en monumentos
franquistas, otras con banderas nazis o del aguilucho)
Estamos viviendo la
huida hacia delante del fascismo hispano. El mismo que no ha tenido
hasta hoy representación política propia – como ocurre en el
resto de Europa- porque se ha sentido cómoda y sobradamente
representado por el Partido Popular.
Presenciamos la
reivindicación sin complejos del señoritismo, la chulería del que
se cree superior a las clases populares y por ello , ya que no es
tiempo de reivindicar tribunales propios para la nobleza y clero o de
sangre para los plebeyos, pide un trato diferenciado ( y deferente)
cuando emergen sus miserias.
Resulta chocante y
llamativo que quienes acuñaron – y aplicaron sin dudar- en la
política española contemporánea la “ doctrina de la
contaminación” (todo el mundo ideológico abertzale vasco era ETA
, todos terroristas, no hacía falta distinguir entre quienes
ejercían violencia y asesinaban a personas y quienes votaban por
partidos independentistas.Todos debían estar ilegalizados y
expulsados de la vida política) quieren convencernos que los
“posados nazis” cada vez más extendidos entre sus Juventudes son
una la fruslería que no debe sobredimensionarse.
No asumen, ni nunca lo
harán, que en términos históricos el franquismo ha sido una de las
formas más crueles de terrorismo del siglo XX. Tampoco admiten que
al reivindicarlo participan de su hediondez. Por ello nunca lo
condenan y donde gobiernan mantienen los nombres en el callejero o
ponen trabas a quienes pretenden rescatar del olvido a las víctimas.
Saben de clases sociales
porque comparten la visión de Warren Buffet ( “por supuesto que
hay lucha de clases y los ricos vamos ganando”) y saben el valor
que tiene canalizar los sentimientos de las masas fomentando la
pertenencia falsamente patriótica. Una identidad común que no
cuestione su hegemonía bien sea con el fútbol ( “ soy español,
español... somos los mejores... ¿ a qué quieres que te gane?”) o
con otra herramienta. La frontera:mantener intactos sus privilegios.
Hasta hoy han contado
con la complicidad de los poderes fácticos, bien en forma de
generosas contribuciones de los grandes empresarios canalizadas por
el tesorero de turno (¡ lástima que uno haya roto la “
omertá”!), bien con el asentimiento cómplice de la
superestructura religiosa, con un Rouco Varela en el papel de hermano
mudo – en este caso sin gracia -de los hermanos Marx., que sólo
toca la bocina para pedir incrementos de las donaciones estatales y
más colegios controlados, perdón , concertados.
Desde hace un tiempo
están nerviosos porque intuyen que el chiringuito se les puede
desmoronar, que una parte significativa de la sociedad los ha calado.
Por ello incrementan su pose de matón.
No nos tomemos a risa su
apuesta. Cuando la sociedad se organiza y reivindica sus derechos, el
Capital siempre ha abierto la puerta al lumpen.
Ya lo hicieron en los
años 30 del siglo XX o con las dictaduras del Cono Sur de los 70-
80.Al sentirse amenazados olvidan sus pretensiones democráticas.
La actitud provocadora
de los niñatos ultras responde a este perfil. Repito: no no los
tomemos a risa, pero tampoco dejémonos amedrentar. Una sociedad
organizada, creando contrapoder ciudadano es la mejor vacuna, el
mejor antídoto contra las pretensiones totalitarias.
Es lógico, Juan, que salgan con sus símbolos. Han sido 'los de siempre en casa'. nos muestran lo que mostraban sus abuelos, lo que de verdad valía,cuando en España se vivía como 'Dios manda' A mi no me asustan sus bravuconadas, pero sí me asusta que algun@s se dejen llevar por esa estética y por e lmensaje, que nunca ha dejado de repetirse a lo largo de nuestra frágil democracia, 'con Franco vivíamos mejor'. También me da miedo de que en los medios comunicación de masas no aparezcan más opiniones que las de aquellos dos partidos: el light psoe y el flamante pepe, con sus cabezas desustanciadas, incultos, desinformados... pero con la sartén por el mango. Espero que nuestr@s jóvenes sean capaces de informarse por otros medios. España, Europa y el mundo entero dan miedo. Espero que la gente ahora, como entonces, sea capaz de leer entre líneas. Pero, lo siento, soy pesimista.
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