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José Coy
Mesa Estatal FCSM
En
nuestras mochilas no llevábamos piedras, ni objetos punzantes, ni
rodamientos, ni tirachinas y sí mucho deseo de que todo transcurriera
en paz. A lo largo de todos y cada uno de los actos, reuniones y
asambleas que hemos ido realizando en los meses, semanas y días previos
a lo largo y ancho del país, no hemos dejado de repetir que esta
movilización era radicalmente no-violenta. Desobediente, pero pacífica,
a pesar de que quienes hemos estado en las carreteras estamos
sometidos a una violencia diaria estructural de un sistema que nos ha
dejado abandonados en la cuneta.
Quienes llegamos
andando estamos sometidos a otro tipo de violencia sistémica, porque
sufrimos muchos problemas de supervivencia diaria que antes de la
crisis ninguno de nosotros imaginábamos que íbamos a sufrir. Somos
gente común, normal y corriente, invisible, porque sólo se habla en las
tertulias mediáticas de los grandes datos de la macroeconomía, pero es
hora de hablar de microeconomía. Es hora de hablar de las personas que
tienen los frigoríficos vacíos y que dependen de los abuelos y abuelas
para poder alimentarse en una especie de comuna familiar con olla
común incluida. También hay que hablar de las personas desempleadas de
más de 45 o 50 años –entre los que me encuentro–, que a pesar de tener
una profesión y capacidad probada a lo largo de nuestra vida laboral,
tenemos una dificultad manifiesta a la hora de insertarnos de nuevo en
el mercado laboral; o de nuestros hijos, que no pueden acceder al
primer empleo y que cuando lo consiguen lo hacen en condiciones de
precariedad laboral extrema, una precariedad que ya alcanza a todas las
edades.
¿Y cómo no hablar de la pobreza energética?
Otro drama humano que afecta a cuatro millones de personas. Y, por
supuesto, ¿cómo no hablar de los desahucios, ya que buena parte de los
que hemos andado formamos parte de esa población perseguida por los
bancos?
Esto último lo conozco bien, ya que he estado
perseguido durante tres años por esta situación, y que pude resolver
tras dos huelgas de hambre –la segunda de 15 días que terminó en un
hospital– que me permitieron recuperar la parte embargada de mi vivienda
con una condonación de deuda cercana al 80%. Gracias también al apoyo
de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Un movimiento
no-violento en el que practicamos la desobediencia activa y pacifica,
tal y como diariamente demostramos en cada una de nuestras acciones.
La crisis ha venido para quedarse por mucho tiempo, a pesar de que el
Gobierno nos promete una pronta recuperación que no es creíble: el
mismo Fondo Monetario Internacional publicó recientemente que para el
año 2017-2018 el desempleo bajará solo un punto o dos. De hecho,
prestigiosos economistas de ATTAC, como Alberto Montero, nos dicen que
vamos hacia una situación de crisis permanente, similar a lo que hemos
podido ver durante décadas en América Latina, con ricos cada vez más
ricos y pobres cada vez más pobres. También los economistas y expertos
sobre el euro, como Pedro Montes o Juan Francisco Martín Seco, nos dicen
que en este modelo europeo de moneda única nuestro país no tiene
futuro, ya que hemos perdido la soberanía política y económica. Vivimos
en una doble Europa, la rica del Norte y la pobre del Sur, y tiene que
llegar el momento en que nuestra sociedad reflexione profundamente al
respecto, porque esta Europa no es una Europa ni de los ciudadanos, ni
de los pueblos. Es una Europa construida al servicio de los bancos y multinacionales.
Por otra parte, la deuda externa de nuestro país es impagable y tenemos que hacerle frente aplicando radicalmente el NO PAGAMOS,
como en su momento hicieron Argentina o Ecuador. De no ser así, nuestro
país va directamente al subdesarrollo. Hay un dato publicado
recientemente que dice que hemos retrocedido en la renta per cápita 14
años, y nada indica que no vayamos a seguir retrocediendo.
Igualmente tenemos que recuperar para el sector público los sectores
estratégicos de la economía como la energía, el agua, la banca, las
telecomunicaciones, etc... El Estado tiene que volver a la economía. Los
mercados, como hemos podido comprobar, si los dejamos totalmente
libres, se convierten en la ley de la selva, donde siempre ganan los más
fuertes.
Todo esto queremos ponerlo en la agenda
social y política en nuestro país, por eso era necesario para los
poderes económicos, políticos y mediáticos crear una gran cortina de
humo media hora antes de los telediarios, para que en los días
siguientes no se hablara de tales cosas y se hablara sólo de unos
disturbios que duraron no más de una hora y pico y de los que las
organizaciones nos hemos desmarcado repetidas veces a lo largo de los
últimos días. Aunque conocidos tertulianos insisten en que aún no lo
hemos hecho.
Hay quienes están muy interesados en
convertir el conflicto social latente desde el inicio de esta crisis en
un conflicto de orden publico, a pesar de que como recientemente
reconoció el ministro del Interior el año pasado 2013 se realizaron en
nuestro país 44.000 convocatorias de manifestaciones y muy pocas –tan
sólo unas décimas porcentuales– habían derivado en violencia.
Sí, ya ha pasado el 22M y estamos aún con los pies y los cuerpos
doloridos, pero el alma y el corazón, llenos de dignidad, esperanza,
emociones y legitimidad. Las cifras de participación que han dado los
medios internacionales nos legitiman para continuar luchando por un
futuro digno, articulando un nuevo y potente movimiento social por los
derechos humanos y sociales autoorganizado por abajo, que conquiste
nuevas mayorías sociales, frente a esa minoría que nos lo quiere quitar
todo. También las libertades.
Por último, cuando
estoy repasando este artículo, veo en los medios el informe de Cáritas
en el cual se manifiesta que 700.000 hogares carecen de ingresos y que
nuestro país ocupa el segundo lugar en la Unión Europea en índice de
pobreza infantil... Pues eso también es violencia.
Excelente compañero.
“Igualmente tenemos que recuperar para el sector público los sectores estratégicos de la economía como la energía, el agua, la banca, las telecomunicaciones, etc... El Estado tiene que volver a la economía. Los mercados, como hemos podido comprobar, si los dejamos totalmente libres, se convierten en la ley de la selva, donde siempre ganan los más fuertes”.
A mi entender el gobierno debe gobernar. Es decir tomar cartas en la dirección de la economía, planificar la economía para producir los vienes y servicios que necesitamos en el el país y proteger nuestra producción.
La crisis sera de superproducción, pero a cintos de miles de personas le falta de todo.
Lo mismo ocurría después de la crisis de del 29, que la crisis era de superproducción pero la gente se moría de hambre. Las marchas han sido un éxito. Un ejemplo del trabajo unitario de montones de organizaciones.
Mientras tanto en Francia, sube como la espuma la extrema derecha, con el apoyo del voto de mucha clase trabajadora. En Grecia suben los fascistas, y en Cataluña se prevé una subida de Ciudadanos con el apoyo de los que en su día emigramos de todos los rincones de España. Los comunistas en Cataluña se dedican a crear barreras nacionales mediante partidos nacionales.
¿No decía Lenin que los comunistas debían destrozar las barreras nacionles?
¿Que hay de aquello de proletarios del mundo uniros?
Desgraciadamentente los partidos de la izquierda han sido unos irresponsables presentándose divididosa estas elecciones.
Espero que para las generales sean mas responsables y sean capaces de unirse en torno aun programa y llenar las urnas de votos para expulsar del gobierno el montón de neoliberales actuales y tener una política que se acuerde de los millones de personas que hoy las están pasando putas