martes, 1 de abril de 2014

Seis meses de Dignidad...que tienen que seguir



Rafael Juan Ruiz
Miembro del Colectivo Prometeo y coportavoz de la Acampada Dignidad

     El Colectivo Prometeo lanzó, hace ahora casi un año, la idea de crear algo potente y rompedor en nuestra ciudad. La propuesta concreta se llamaba Acampada Dignidad Córdoba, y fue presentada a todos los colectivos de Córdoba, empezando por nuestro proyecto: el Frente Cívico Somos Mayoría.
     Tras un verano intenso de trabajo (y de calor, claro), esa Acampada Dignidad Córdoba cuajó, pero en un edificio abandonado por el Ayuntamiento. El 4 de octubre comenzó una demostración de que sí se pueden conseguir avances para las clases trabajadoras y desfavorecidas por el capitalismo criminal que rescata a corruptos, a banqueros, a autopistas o a constructoras mientras le niega, literalmente, la comida, la vivienda y la sanidad y educación públicas a la ciudadanía más desfavorecida, que, también gracias a sus políticas, es la inmensa mayoría de la población.
     El próximo viernes se cumplen seis de meses de la Acampada Dignidad Córdoba. En ese tiempo, aunque ya lo sabéis, estamos consiguiendo que unas cien personas coman a diario, que unos ochenta niños y niñas tengan un apoyo gratuito para sus estudios. Que personas desempleadas puedan estudiar inglés o alemán para su formación y obtención de titulación oficial. Se dan clases de informática, tanto básica como avanzada. Tenemos un pequeño huerto ecológico. Funciona Radio Dignidad, gracias al trabajo de Juan Suárez y el grupo de gente que con él colabora: Alex, Pepi, Ángel, etc., etc.    

     En materia de salud hemos conseguido completar un grupo de talleres para trabajar en la prevención y en la medicina alternativa: talleres de relaciones afectivo-sexuales para jóvenes, la Escuela Social de Pacientes (cómo afecta la crisis y los problemas en nuestra salud y cómo afrontarlo), Talleres de Flores de Bach, Taller de Meditación, de Yoga, de fisioterapia... 
     Hemos ofertado cientos de charlas, que han ido desde este último tema (con Josep Pàmies, como ejemplo) a la política (con Juan Carlos Monedero, Julio Anguita, Manuel Cañada, Pepe Coy, Carlos Taibo,…) a la ecología (“Jueves de invierno” de Ecologistas en Acción”, descifrar la factura de la luz, sobre el río,…), antirepresivas (con charlas del movimiento antirepresión o el grupo de abogados/as 17 de marzo), feministas (Marianne, Yerbabuena,…), presentación de libros.
     Tenemos una preciosa biblioteca, con actos como las lecturas y comentarios colectivos sobre libros, talleres de poesía, de arte para niños/as o para adultos/as. Sería interminable poner aquí lo que se ha hecho en el antiguo Colegio Rey Heredia. Solo con decir que pasan a diario unas 500 personas y que más de 80 colectivos participan periódicamente, creo que queda reflejada la vitalidad y fuerza de este proyecto.
    Eso sí. Si algo hay que remarcar y destacar, es la solidaridad y el apoyo mutuo en la autogestión. No tenemos ninguna subvención (parece de chiste decir esto, cuando tenemos cortada el agua y el Sr. Alcalde no duerme tranquilo intentando cortarnos la luz). No acudimos a los bancos de alimentos ni a grandes superficies o cadenas de supermercados. Todo es solidaridad de trabajadores y trabajadoras, de pequeñísimo comercio, de mercados de abastos. Y, cómo no, la aportación altruista, generosa, desbordante, de un grupo de gente implicada. Tanto activistas que generaron el proyecto como usuarios/as que se han incorporado. Y funcionamos con una cantidad ridícula de dinero.
     Pero necesitamos dar un paso más. Nuestro aspecto reivindicativo cojea. Hemos estado tan absorbidos por esta actividad, por las necesidades perentorias de tantas personas, por las tragedias que vemos y vivimos en primera persona, que el componente reivindicativo, sin haberlo olvidado ni aparcado totalmente, ha sido insuficiente. Las Marchas de la Dignidad del 22M, en las que la Acampada Dignidad Córdoba se ha volcado, han dado un impulso, tanto en la actividad como en el aglutinamiento de más activistas. Pero siguen siendo necesarios más. 
     Tenemos que seguir llegando a más miles de cordobeses y cordobesas que están viendo cómo sus gobernantes les roban literalmente para dárselo a los ricos y que todavía no conocen que hay muchísima gente trabajando para cambiar eso. Gente a la que se puede unir para no encontrarse sola y perdida en la lamentación y el individualismo que nos “venden”. Gente a la que, para que participe en nuestra lucha pacífica pero determinada, hay que darle unas “pistolas” llamadas razones: hay dinero, pero se le da a los más ricos; hay alternativas al robo de las eléctricas; se puede obligar a los bancos a no ser usureros; no tenemos que pagar una deuda ilegítima contraída contra los intereses de la población; hay que aumentar lo público y restringir lo privado. Estas “pistolas” son las que necesitan miles de personas para luchar. Es lo que se llama empoderamiento. “Estas son nuestras armas”, que gritamos en las manifestaciones, frente a la violencia que aplica el Estado represor y que se infiltra en nuestras acciones ejemplares e inmaculadas. Esas “pistolas” son las que de verdad hieren al enemigo en esta cruenta guerra. Porque las marchas de la dignidad van a tener una inmediata continuidad, y la mayoría silenciosa que quiere Rajoy ver tiene que seguir en aumento.
     Pues bien. Para ir a repartir este “armamento”, necesitamos un “ejército” de personas. Ya dejaré de emplear el lenguaje militar, que no me gusta, pero que he creído que ayudaba. Necesitamos grupos de personas, que previamente informadas y formadas (algo fácil, que nadie se asuste con largos cursos inaguantables) se lancen a las fábricas (pocas, por desgracia), a los ambulatorios, a los centros cívicos, a las Asociaciones de Vecinos, a los colectivos,… Incluso a los bares. Pero es la única forma de llegar, de pelear contra la desinformación de los medios de comunicación del capital.
    No es el momento de escurrir el bulto. No está la situación para comentarios del tipo: “yo no valgo para eso…”, “yo no tengo tiempo…”, “no va a servir para nada…”, “al final harán lo que quieran…”. Todo eso son excusas para negar la obligación moral y vital que tenemos hoy, todos y todas, de aportar aunque sea un granito de arena. Unos/as hablarán, otros/as organizarán los actos, algunos/as harán fotocopias o enviarán correos o actualizarán webs, etc. Pero todos y todas tenemos una responsabilidad ineludible.
    El sábado tenemos una fiesta preparada en la Acampada Dignidad. Porque cumplimos seis meses. Y eso no es “moco de pavo”. Tendremos una Asamblea especial, festiva, comprometida, con objetivos y compromisos. Tendremos una comida ofrecida por el grupo que trabaja en la Cocina, la mayoría gente usuaria que, con su trabajo, está aportando al centro y a sus compañeros/as alegría y compromiso. Y tendremos música y vídeos. Y preparemos el apoyo a los nuevos seis compañeros/as que tendrán que declarar ante el juez el lunes día 7.
     Desde este foro de activismo que es el Colectivo Prometeo me atrevo a pedir una asistencia masiva a la asamblea del sábado, así como a las actividades que desarrollemos entre todos y todas. La historia tiene momentos importantes que no detectamos hasta que no pasan. Y muchos pensamos que estamos en una de esas fechas. El 2014, si seguimos en la línea que estamos, será recordado, seguramente, no por el de la recuperación económica que anuncia mintiendo como un bellaco nuestro gobierno y los poderes financieros, sino, más bien, por el año en el que los trabajadores/as, los estudiantes/as, los jubilados/as, los desempleados/as, los funcionarios/as, etc., dijeron basta ya y dieron paso a una nueva época de reivindicación y pelea. Una nueva época, que, como se ha acertado a denominar a través de las luchas actuales, la distinga de otras algo tan importante y tan sencillo como la DIGNIDAD.
¡¡VAMOS ADELANTE!!

1 comentario:

  1. Tendrá que pasar el tiempo, que la acampada sea historia -que ya lo es, mejor dicho la habéis hecho-, para que la ciudadanía reconozca la labor de la Acampada Dignidad y sobre todo reconozca que hay otra manera de hacer las cosas, que la solidaridad en la clase trabajadora es esencial,y que funciona. Enhorabuena por vuestra obra, ánimo y adelante.

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