Rafael Juan Ruiz
Miembro del
Colectivo Prometeo y coportavoz de la Acampada Dignidad
El Colectivo Prometeo
lanzó, hace ahora casi un año, la idea de crear algo potente y
rompedor en nuestra ciudad. La propuesta concreta se llamaba Acampada
Dignidad Córdoba, y fue presentada a todos los colectivos de
Córdoba, empezando por nuestro proyecto: el Frente Cívico Somos
Mayoría.
Tras un verano intenso de
trabajo (y de calor, claro), esa Acampada Dignidad Córdoba cuajó,
pero en un edificio abandonado por el Ayuntamiento. El 4 de octubre
comenzó una demostración de que sí se pueden conseguir avances
para las clases trabajadoras y desfavorecidas por el capitalismo
criminal que rescata a corruptos, a banqueros, a autopistas o a
constructoras mientras le niega, literalmente, la comida, la vivienda
y la sanidad y educación públicas a la ciudadanía más
desfavorecida, que, también gracias a sus políticas, es la inmensa
mayoría de la población.
El próximo viernes se
cumplen seis de meses de la Acampada Dignidad Córdoba. En ese
tiempo, aunque ya lo sabéis, estamos consiguiendo que unas cien
personas coman a diario, que unos ochenta niños y niñas tengan un
apoyo gratuito para sus estudios. Que personas desempleadas puedan
estudiar inglés o alemán para su formación y obtención de
titulación oficial. Se dan clases de informática, tanto básica
como avanzada. Tenemos un pequeño huerto ecológico. Funciona Radio
Dignidad, gracias al trabajo de Juan Suárez y el grupo de gente que
con él colabora: Alex, Pepi, Ángel, etc., etc.
En materia de salud
hemos conseguido completar un grupo de talleres para trabajar en la
prevención y en la medicina alternativa: talleres de relaciones
afectivo-sexuales para jóvenes, la Escuela Social de Pacientes (cómo
afecta la crisis y los problemas en nuestra salud y cómo
afrontarlo), Talleres de Flores de Bach, Taller de Meditación, de
Yoga, de fisioterapia...
Hemos ofertado cientos de charlas, que han ido
desde este último tema (con Josep Pàmies, como ejemplo) a la
política (con Juan Carlos Monedero, Julio Anguita, Manuel Cañada,
Pepe Coy, Carlos Taibo,…) a la ecología (“Jueves de invierno”
de Ecologistas en Acción”, descifrar la factura de la luz, sobre
el río,…), antirepresivas (con charlas del movimiento
antirepresión o el grupo de abogados/as 17 de marzo), feministas
(Marianne, Yerbabuena,…), presentación de libros.
Tenemos una
preciosa biblioteca, con actos como las lecturas y comentarios
colectivos sobre libros, talleres de poesía, de arte para niños/as
o para adultos/as. Sería interminable poner aquí lo que se ha hecho
en el antiguo Colegio Rey Heredia. Solo con decir que pasan a diario
unas 500 personas y que más de 80 colectivos participan
periódicamente, creo que queda reflejada la vitalidad y fuerza de
este proyecto.
Eso sí. Si algo hay que
remarcar y destacar, es la solidaridad y el apoyo mutuo en la
autogestión. No tenemos ninguna subvención (parece de chiste decir
esto, cuando tenemos cortada el agua y el Sr. Alcalde no duerme
tranquilo intentando cortarnos la luz). No acudimos a los bancos de
alimentos ni a grandes superficies o cadenas de supermercados. Todo
es solidaridad de trabajadores y trabajadoras, de pequeñísimo
comercio, de mercados de abastos. Y, cómo no, la aportación
altruista, generosa, desbordante, de un grupo de gente implicada.
Tanto activistas que generaron el proyecto como usuarios/as que se
han incorporado. Y funcionamos con una cantidad ridícula de dinero.
Pero necesitamos dar un
paso más. Nuestro aspecto reivindicativo cojea. Hemos estado tan
absorbidos por esta actividad, por las necesidades perentorias de
tantas personas, por las tragedias que vemos y vivimos en primera
persona, que el componente reivindicativo, sin haberlo olvidado ni
aparcado totalmente, ha sido insuficiente. Las Marchas de la Dignidad
del 22M, en las que la Acampada Dignidad Córdoba se ha volcado, han
dado un impulso, tanto en la actividad como en el aglutinamiento de
más activistas. Pero siguen siendo necesarios más.
Tenemos que
seguir llegando a más miles de cordobeses y cordobesas que están
viendo cómo sus gobernantes les roban literalmente para dárselo a
los ricos y que todavía no conocen que hay muchísima gente
trabajando para cambiar eso. Gente a la que se puede unir para no
encontrarse sola y perdida en la lamentación y el individualismo que
nos “venden”. Gente a la que, para que participe en nuestra lucha
pacífica pero determinada, hay que darle unas “pistolas”
llamadas razones: hay dinero, pero se le da a los más
ricos; hay alternativas al robo de las eléctricas; se puede obligar
a los bancos a no ser usureros; no tenemos que pagar una deuda
ilegítima contraída contra los intereses de la población; hay que
aumentar lo público y restringir lo privado. Estas “pistolas”
son las que necesitan miles de personas para luchar. Es lo que se
llama empoderamiento. “Estas son nuestras armas”,
que gritamos en las manifestaciones, frente a la violencia que aplica
el Estado represor y que se infiltra en nuestras acciones ejemplares
e inmaculadas. Esas “pistolas” son las que de verdad hieren al
enemigo en esta cruenta guerra. Porque las marchas de la dignidad van
a tener una inmediata continuidad, y la mayoría silenciosa que
quiere Rajoy ver tiene que seguir en aumento.
Pues bien. Para ir a
repartir este “armamento”, necesitamos un “ejército” de
personas. Ya dejaré de emplear el lenguaje militar, que no me gusta,
pero que he creído que ayudaba. Necesitamos grupos de personas, que
previamente informadas y formadas (algo fácil, que nadie se asuste
con largos cursos inaguantables) se lancen a las fábricas (pocas,
por desgracia), a los ambulatorios, a los centros cívicos, a las
Asociaciones de Vecinos, a los colectivos,… Incluso a los bares.
Pero es la única forma de llegar, de pelear contra la desinformación
de los medios de comunicación del capital.
No es el momento de
escurrir el bulto. No está la situación para comentarios del tipo:
“yo no valgo para eso…”, “yo no tengo tiempo…”, “no va
a servir para nada…”, “al final harán lo que quieran…”.
Todo eso son excusas para negar la obligación moral y
vital que tenemos hoy, todos y todas, de aportar aunque sea un
granito de arena. Unos/as hablarán, otros/as organizarán los actos,
algunos/as harán fotocopias o enviarán correos o actualizarán
webs, etc. Pero todos y todas tenemos una responsabilidad ineludible.
El sábado tenemos una
fiesta preparada en la Acampada Dignidad. Porque cumplimos seis
meses. Y eso no es “moco de pavo”. Tendremos una Asamblea
especial, festiva, comprometida, con objetivos y compromisos.
Tendremos una comida ofrecida por el grupo que trabaja en la Cocina,
la mayoría gente usuaria que, con su trabajo, está aportando al
centro y a sus compañeros/as alegría y compromiso. Y tendremos
música y vídeos. Y preparemos el apoyo a los nuevos seis
compañeros/as que tendrán que declarar ante el juez el lunes día
7.
Desde este foro de
activismo que es el Colectivo Prometeo me atrevo a pedir una
asistencia masiva a la asamblea del sábado, así como a las
actividades que desarrollemos entre todos y todas. La historia tiene
momentos importantes que no detectamos hasta que no pasan. Y muchos
pensamos que estamos en una de esas fechas. El 2014, si seguimos en
la línea que estamos, será recordado, seguramente, no por el de la
recuperación económica que anuncia mintiendo como un bellaco
nuestro gobierno y los poderes financieros, sino, más bien, por el
año en el que los trabajadores/as, los estudiantes/as, los
jubilados/as, los desempleados/as, los funcionarios/as, etc., dijeron
basta ya y dieron paso a una nueva época de reivindicación y pelea.
Una nueva época, que, como se ha acertado a denominar a través de
las luchas actuales, la distinga de otras algo tan importante y tan
sencillo como la DIGNIDAD.
¡¡VAMOS ADELANTE!!
Tendrá que pasar el tiempo, que la acampada sea historia -que ya lo es, mejor dicho la habéis hecho-, para que la ciudadanía reconozca la labor de la Acampada Dignidad y sobre todo reconozca que hay otra manera de hacer las cosas, que la solidaridad en la clase trabajadora es esencial,y que funciona. Enhorabuena por vuestra obra, ánimo y adelante.
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