Discurso en el Premio Libertador, Caracas, 15 de agosto de 2014
"Para construir una sociedad socialista se requiere de una nueva cultura de izquierda"
1. Este libro que se premia hoy (Premio Libertador Simón Bolívar al pensamiento crítico (2013 - Venezuela) por el libro Un mundo a construir (nuevos caminos)) termina
de escribirse un mes después de la desaparición física del presidente
Hugo Chávez Frías y no podría haberse escrito sin su intervención en la
historia de América Latina. Muchas de las ideas que aquí se exponen
están relacionadas de una u otra manera al dirigente bolivariano, sea a
su pensamiento, sea a sus acciones a nivel interno, o a nivel regional y
mundial. Nadie puede dudar que entre la América latina que recibió y la
América latina que dejó hay un abismo.
2. Por eso lo se lo dedico con las siguientes palabras:
Al comandante Chávez cuyas palabras, orientaciones y entrega ejemplar a
la causa de los pobres, servirán de brújula para su pueblo y todos los
pueblos del mundo, y serán nuestro mejor escudo para defendernos de los
que pretendan destruir esa maravillosa obra que él empezó a construir.
3. Cuando triunfa en soledad, en las elecciones presidenciales de 1998,
ya el modelo capitalista neoliberal comenzaba a hacer aguas. El dilema
no era entonces otro que refundar ese modelo, evidentemente que con
cambios, entre ellos una mayor preocupación por lo social, pero movido
por la misma lógica: la lógica de la ganancia, de la búsqueda del lucro;
o avanzar en la construcción de otro modelo. Chávez tuvo la audacia de
incursionar por este último camino y para denominarlo decidió utilizar
la palabra socialismo a pesar de la carga negativa que ella tenía.
Especificó que se trataba del socialismo del siglo XXI diferenciándolo
así del socialismo soviético implementado durante el siglo XX. No se
trataba de “caer en los errores del pasado”: en esa “desviación
estalinista” que burocratizó al partido y terminó por eliminar el
protagonismo popular.
4. La necesidad del protagonismo popular
era una de sus obsesiones y es el elemento que lo distancia de otras
propuestas de socialismo donde es el Estado el que resuelve los
problemas y el pueblo recibe los beneficios como una dádiva.
5.
Chávez estaba convencido de que el socialismo no se puede decretar
desde arriba, que hay que construirlo con la gente. Y entendía, además,
que es a través de la participación protagónica como las personas
crecen, ganan en autoconfianza, es decir, se desarrollan humanamente.
6. Siempre recuerdo el primer programa Aló Presidente de carácter más
teórico, del 11 de junio de 2009, cuando Chávez citó extensamente la
carta que Pedro Kropotkin —el anarquista ruso— escribió a Lenin el 4 de
marzo de 1920:
Sin la participación de fuerzas locales, sin una
organización de las fuerzas desde abajo, de los campesinos y de los
trabajadores, por ellos mismos, es imposible el construir una nueva
vida. Pareció que los soviets iban a servir precisamente para cumplir
esta función de crear una organización desde abajo. Pero Rusia se ha
convertido en una república soviética sólo de nombre. [...] la
influencia del partido sobre la gente [...] ha destruido ya la
influencia de energía constructiva que tenían los soviets, esa
promisoria institución.”
[1]
7.
Por eso muy tempranamente yo creí necesario distinguir entre proyecto y
modelo socialista. Entendía por proyecto las ideas originales de Marx y
Engels, y por modelo la forma en que este proyecto se había
materializado en la historia. Si analizamos el socialismo soviético
vemos que en los países que implantaron ese modelo de socialismo —que
recientemente ha sido denominado por Michael Lebowitz: el socialismo de
los conductores y los conducidos basado en el modo de producción
vanguardista—, el pueblo dejó de ser el protagonista, los organismos de
participación popular fueron transformándose en entidades puramente
formales, el partido se transformó en la autoridad absoluta, el único
depositario de la verdad, que controlaba todas las actividades:
económicas, políticas, culturales, es decir, lo que debió haber sido una
democracia popular se transformó en una dictadura del partido. Ese
modelo de socialismo que ha sido denominado por muchos “socialismo real”
es un modelo fundamentalmente estatista, centralista, burocrático,
donde el gran ausente fue el protagonismo popular.
8.
¿Recuerdan ustedes que cuando ese socialismo se derrumbó y se hablaba de
la muerte del socialismo y de la muerte del marxismo? Entonces Eduardo
Galeano, el escritor uruguayo que todos ustedes conocen, decía que
nos habían invitado a un funeral que no era el nuestro.
El socialismo que había muerto no era el proyecto socialista por el que
nosotros luchábamos. Lo que había ocurrido en la práctica tenía muy
poco que ver con lo que Marx y Engels concibieron como la sociedad que
reemplazaría al capitalismo. Para ellos el socialismo era impensable sin
un gran protagonismo popular.
9. Pero esas ideas originales de
Marx y Engels no sólo fueron desvirtuadas por la práctica soviética y
la literatura marxista difundida por ese país en los ámbitos de la
izquierda, sino que, además, fueron opacadas o simplemente ignoradas en
los países fuera de la órbita soviética, debido al rechazo que produjo
ese modelo que se asociaba al nombre de socialismo.
10. Poco se
conoce que según Marx y Engels, la futura sociedad que ellos llamaban
comunista permitiría el pleno desarrollo de todas las potencialidades
del ser humano, desarrollo que se lograría a través de la práctica
revolucionaria. La persona no se desarrolla por arte de magia, se
desarrolla porque lucha, porque transforma (transformando las
circunstancias, la persona se transforma a sí misma).
11. Por
eso que Marx aceptaba como algo natural que los trabajadores con los que
se iniciaría la construcción de la nueva sociedad no eran seres puros,
sino que pesaba en ellos el “estiércol del pasado”, y por eso es que no
los condenaba, sino que confiaba en que ellos se irían liberando de esa
negativa herencia a través de la lucha revolucionaria. El creía en la
transformación de las personas a través de la lucha, de la práctica.
12. Y Chávez —probablemente sin haber leído esas palabras de Marx—
también lo entendió. En su Primer Aló Teórico del 11 de junio del 2009
alertó a las comunidades de que había que tener cuidado con el
sectarismo. Y orientó:
[...] si hay gente, por ejemplo, habitantes
que no participan en política, que no pertenecen a partido alguno,
bueno, no importa, bienvenido. Digo más, si vive por ahí alguien de la
oposición, llámenlo. Que venga a trabajar, que venga a demostrar, a ser
útil, que la patria, bueno, es de todos, hay que abrirles espacios y
ustedes verán que con la praxis mucha gente se va transformando. Es la
praxis la que lo transforma a uno, la teoría es la teoría, pero la
teoría no prende en el alma, en los huesos, en los nervios, en el
espíritu del ser humano y en la realidad nada se transformaría. No vamos
a transformarnos leyendo libros. Los libros son fundamentales, la
teoría es fundamental, pero hay que llevarla a la práctica porque la
praxis es la que transforma verdaderamente al ser humano.
13. Por
otra parte, nada tiene que ver con el marxismo la práctica
“colectivista” del socialismo real que suprimía las diferencias
individuales en nombre del colectivo. Basta recordar que Marx criticaba
el derecho burgués por pretender igualar artificialmente a las personas
en lugar de reconocer sus diferencias. Al pretender ser igual para todos
termina siendo un derecho desigual. ¿Si dos trabajadores recogen sacos
de papa y uno recoge el doble que el otro, debe pagarse al primero el
doble que el segundo? El derecho burgués te dice que sí, sin tener en
cuenta que el trabajador que recoge la mitad ese día estaba enfermo, o
nunca fue un trabajador fuerte porque en su infancia fue mal alimentado,
y que por lo tanto, quizá con el mismo esfuerzo que el primero sólo
pudo rendir la mitad.
14. Marx, por el contrario sostenía que
una distribución verdaderamente justa debería tener en cuenta las
necesidades diferenciadas de cada persona y de ahí su máxima: “De cada
cual según su trabajo a cada cual según sus necesidades.”
15.
Otra idea de Marx muy tergiversada tanto por la burguesía como por la
práctica soviética ha sido su defensa de la propiedad común o colectiva.
16. ¿Qué suelen decir los ideólogos de la burguesía? Los
comunistas (o socialistas) te van a expropiar todo, tu refrigerador, tu
carro, tu casa, etcétera.
17. ¡Cuánta ignorancia! Marx ni
ningún socialista o comunista ha pensado jamás en expropiar los bienes
de uso de las personas. Lo que Marx ha planteado es la idea de devolver a
la sociedad lo que le pertenece y que ha sido apropiado injustamente
por una élite, es decir, los medios de producción.