F.Botero:La Familia Presidencial
José Antonio Naz
Colectivo Prometeo
Córdoba Laica
El
escándalo de las inmatriculaciones que los obispados están haciendo de
multitud de bienes públicos aparece ya en la prensa, en los parlamentos y
en la calle. El 9 de diciembre dio una interesantísima
charla,organizada por Córdoba laica y Colectivo Prometeo, José María
Esparza,de la Plataforma en defensa del Patrimonio Navarro, que desde
hace 8 años denuncia las inmatriculaciones de más de mil inmuebles y
bienes de todo tipo y exige su devolución. Esta plataforma ha conseguido
el apoyo y la participación de más de 200 ayuntamientos, de partidos
políticos y de miles de personas de Navarra.
En Córdoba hace un
año se creó una Plataforma en defensa de la propiedad pública de la
Mezquita, inmatriculada en 2006 por el Obispado por la módica cantidad
de 30 euros. Dicha Plataforma ciudadana, formada por personas de
diferentes ideologías y clases sociales, aumenta cada día el número de
adscripciones, está generando un gran debate público e interpelando a
las instituciones responsables. Ambas plataformas comparten el sentido
común, la razón y el anhelo de justicia que les ha hecho reaccionar ante
tal escándalo. En ambas hay personas creyentes y no creyentes, incluso
ambas tienen como presidentes a católicos relevantes; Pedro, el de
Navarra, con más de 80 años y 40 de ellos ejerciendo de misionero. Pero
en Córdoba algo es distinto. Paradójicamente ante las firmas de apoyo a
la Plataforma de cientos de miles de personas de todo el mundo, la
reacción en defensa de tan flagrante apropiación, descalificadora y
denigrante aunque minoritaria, surge de la sociedad cordobesa, la
víctima más directa y que debería estar más indignada de la apropiación.
Al contrario que en los ayuntamientos de Navarra, el Ayuntamiento de
Córdoba en vez de cumplir con su obligación de defender el patrimonio
público, exigiendo la restitución de la Mezquita y de todos los demás
bienes patrimoniales, incluyendo hasta plazas públicas, calla y
justifica mientras desaparecen los bienes inmatriculados del listado de
patrimonio.
No parece razonable admitir e incluso apoyar que "te
quiten lo que es tuyo", o pensar que " lo público" no es de nadie y por
tanto no es tuyo ni te importa. Tampoco es una cuestión de fe. O en todo
caso la fe cristiana es para muchas personas el motivo para reaccionar y
enfrentarse a estas acciones de acumulación de patrimonio por la
jerarquía de su Iglesia cuyo "reino no es de este mundo". Por eso hay
tantos cristianos en estas plataformas ciudadanas que luchan por la
recuperación de esos patrimonios.
En el caso de la Plataforma Navarra
colaboran docenas de sacerdotes y monjas. Una persona de Córdoba Laica
se ha dirigido al Papa, como garante de la fe, para solicitar su
intervención en el caso de la Mezquita. Por tanto, la actitud del
gobierno municipal y de esa parte de la sociedad cordobesa que defiende
tales expolios sólo puede tener dos explicaciones:
1- La
complicidad en los beneficios, que no parece evidente. De hecho los 10 o
12 millones de euros anuales de las entradas a la Mezquita se quedan,
sin ni siquiera pagar impuestos, en las arcas del obispado, al igual que
los nuevos ingresos por la visita a la torre. En cambio las arcas
municipales, autonómicas y estatales, pagan reparaciones, mantenimiento
de los edificios y hasta el documental de la visita nocturna de la
Mezquita-catedral que, con un contenido sesgado y poco serio con la
historia y el arte, consigue unos buenos ingresos para el mismo
Obispado. Y es la Iglesia, del Estado Vaticano, quien se beneficia de
las exenciones de impuestos, como el IBI, ayudas y subvenciones.
2- El fanatismo sectario, que no necesita análisis ni razonamientos,
solo debe apoyar y defender por todos los medios las consignas de los
jefes. Así se pueden decir cosas tan irracionales como que la Plataforma
por la Mezquita--catedral de todos y todas pretende "quitarnos la
mezquita para dársela a los moros"; o que todas las personas conocidas
que se manifiestan por la recuperación del monumento, desde Mayor
Zaragoza a Antonio Gala, junto a los miles de intelectuales, escritores,
sacerdotes, personajes de las artes son "mediocres" o "enemigos de la
Iglesia".
De otra manera no se puede explicar la reacción de las
mismas personas que claman con fuerza, como la mayoría de la ciudadanía,
contra instituciones y personas políticas que se apropian de los
dineros públicos, defraudan al fisco y practican todo tipo de
corrupción. Por suerte, estas actuaciones, aunque nos asombre
encontrarlas en pleno siglo XXI en nuestra ciudad históricamente
tolerante, son cada vez más minoritarias, a medida que se transmite la
información real y se evidencian los hechos.
?Debemos entender, entonces, que el obispado de Córdoba es como robín hood y los bandoleros juntos, pero al revés? A ver si 'dios' quiere de una 'santa' vez que esto de un giro radical
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