Juan
García Ballesteros,
Presidente del Colectivo Prometeo y miembro del
FCSM
En
casas tradicionales andaluzas, todavía vemos “pozos con dos
bocas”. Son pozos colocados en la medianera de tal forma que el
costo se repartía entre las dos casas y los vecinos de ambas
disfrutaban de su agua propia en tiempos en que la única posibilidad
era ir a las fuentes públicas para abastecerse.
La transición del
78, pozos con bocas construido desde fuera, ha contribuido a que los
dos partidos mayoritarios (PP y PSOE) vayan turnándose y
abasteciéndose del agua del poder sin que en estas casi cuatro
décadas hayan tenido ningún otro partido que les pudiera hacer
sombra y tener la posibilidad de tomar la soga del pozo y poder
repartir el agua a la inmensa mayoría de la población. Durante
estos 37 años la ciudadanía, que ha marcado a cuál de los dos
partidos le correspondía tirar de la soga, el agua la han repartido
tan mal que han sido los que ya tenían su propio pozo los más
beneficiados para acaparar más agua, mientras que la mayoría de la
ciudadanía se ha visto privada del agua necesaria e imprescindible
para vivir: sueldo digno, derechos laborales, vivienda, derecho a los
servicios públicos (sanidad y educación), dependencia, paro,…
El
bipartidismo no quiere soltar la soga. Han vivido demasiado cómodos,
haciendo y deshaciendo a sus anchas. El pozo, casa particular de los
poderosos aunque tire de la soga el bipartito, con su poder
económico, político y social, esconde no sólo aguas pestilentes,
sino que se ha apoderado de otros pozos (justicia, fuerzas de
seguridad, hacienda, medios de comunicación,…) que controlan a su
antojo y que utilizan para salvar sus desafueros, beneficiar a sus
compinches (banqueros, grandes empresas, ricos,…) y atacar a los
adversarios.
Pero
desde hace un año aparece un partido que aspira a tomar la soga y
repartir el agua entre la inmensa mayoría de la gente. Esta
posibilidad pone muy nervioso al bipartidismo que se siente amenazado
y plantea una auténtica guerra mediática para hundir la posibilidad
de cambio.
Es
una guerra informativa muy desigual. La casi totalidad de los medios
de comunicación
tradicionales
(prensa, radio y TV) son propiedad de la derecha económica y la
oligarquía empresarial. Dispone de artillería pesada para combatir
a los que no consideran sus adversarios políticos, sino sus
enemigos. Estos sólo utilizan las armas de la argumentación y el
razonamiento para contrarrestar la ofensiva. Y como todo vale en esta
guerra, los partidos del régimen y tertulianos, estómagos
agradecidos, disparan con falacias y mentiras, machaconamente, contra
todo aquel que pone en cuestión un sistema político corrupto,
antidemocrático y anticonstitucional que atenta contra los DD.HH.
Si
la denigrante campaña que han orquestado contra J C Monedero la
hubieran montado contra los miles de corruptos que campan a sus
anchas tanto en el PP como en el PSOE posiblemente hubiera caído más
de un Gobierno y las cárceles estarían llenas de políticos sin
escrúpulos. Saben que Monedero es muy peligroso porque es un
intelectual comprometido con la acción, un intelectual orgánico
(como diría Gramsci) en defensa de las clases subalternas, a las que
han dejado sin voz y sin derechos en las últimas décadas. El que,
junto a él, otros intelectuales orgánicos (Iglesias, Errejón,
Valiente, Bescansa, Echenique, Rodríguez,… ) hayan creado un
partido, Podemos, para oponerse a esta salvaje crisis que tanto daño
está haciendo a la inmensa mayoría de la ciudadanía y, además,
proponer alternativas viables, democráticas y populares, planteando
la posibilidad de un cambio real del régimen monárquico de la
transición, ataca directamente a la línea de flotación del
bipartito.
La
lupa gigante del miedo aplicada por los medios de desinformación de
la derecha económica a los dirigentes de Podemos no tiene parangón
en nuestro país. Las portadas continuadas en las que colocan a sus
dirigentes con falsas acusaciones y mentiras, contrasta con los miles
de imputados (algunos condenados) tanto del PP como del PSOE con
acusaciones gravísimas de fraude fiscal, malversación de fondos
públicos, prevaricación y falsedad documental y que no aparecen
nada más que de pasada en estos medios. Saben que los ríos de tinta
gastados para demostrar que ”todos los políticos son iguales”
les pueden servir para salvar muchas cabezas de empresarios, altos
dirigentes políticos y banqueros. Temen que Podemos, si llega al
Gobierno, levante las gruesas alfombras de la corrupción y que las
instituciones del Estado, sean judiciales, administrativas o
políticas, se pongan al servicio de la limpieza del país de
corruptos, ladrones y mentirosos. Temen que la basura acumulada en
los despachos y cuentas bancarias (aquí o fuera) de estos dirigentes
sirva para meterlos en prisión y obligarles a devolver lo robado.
Antes
no, pero cuando se dan cuenta que la amenaza se hace palpable, que
Podemos va a acabar con el bipartidismo, cuando ven peligrar sus
privilegios, intereses e influencias, emanados de una caducada y
tramposa “transición democrática”, echan mano de todos los
resortes de su poder para atacar ferozmente a sus
adversarios-enemigos políticos, aunque en realidad no existan
razones sustanciales, sino cuestiones menores y que como se está
demostrando no implican imputación, ni delito alguno.
Cuando
sus propias mentiras, sus corruptelas, sus mangoneos, sus
incumplimientos son tan palpables, tan indiscutibles y aunque se
disfracen de olvidadizos, de ignorar sus públicas vergüenzas
mirando para otro lado y se presenten como “salvadores de un pueblo
al que destrozan”, está claro que la inmensa mayoría de la gente
ya no los cree. Los ataques contra Podemos se les están volviendo en
su contra y este partido seguirá avanzando porque es la última
apuesta que les queda a millones de personas que desean y necesitan
cambiar esta dura situación.
Nuestro
país necesita una limpieza a fondo, una regeneración de la vida
pública, un cambio de sistema que devuelva la ilusión, la alegría
y la esperanza a esos millones de españoles sin trabajo, a esos
cientos de miles de jóvenes emigrantes, a esos miles de
desahuciados, a muchos cientos de miles marginados de los servicios
públicos imprescindibles, a esos millones de excluidos sociales y a
todos los que obligan a perder su dignidad por un puesto de trabajo
esclavo, pero necesario para su supervivencia.
Podemos
ha abierto el camino y está en marcha. Pero será tragado por este
régimen monárquico de la transición si no cuenta con un fuerte
apoyo social. Este camino debe ser la confluencia de diferentes
partidos, sindicatos, colectivos, plataformas y mareas, la unión de
la inmensa mayoría de la ciudadanía que sufre en sus carnes la loza
de la austeridad y los recortes. Sólo así, despertando la
conciencia, movilizando y luchando entre todos seremos capaces de
transformar esta realidad y conseguir una sociedad más justa, más
democrática, más igualitaria, más libre, más participativa, más
fraternal.
Tenemos un problema grande y del que me preocupa bastante, con todos aquellos que estan desahuciados, o al menos eso creo yo, y digo esto porque en el momento que pierden las vivienda estas familias, pierden su empadronamiento, y cuando pierden este, ¿ Donde pueden votar? ¿O estoy yo equivocado? ¿ Se pueden empadronar todos en las casas de sus familias o amigos? Si no es así me corregis. Son miles los que han perdido sus casas, como votos que puede perder el partido de Podemos, ya que estas personas, creo que no votaran a los gobiernos que estan implicados en sus desahucios, como el PP$OE, y realmente el partido les necesita tambien. Un saludo.
ResponderEliminarPues es cierto lo que dices.
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