Cortar el
nudo gordiano
Julio Anguita
Colectivo Prometeo / FCSM
La
expresión cortar el nudo gordiano deviene de una leyenda en la que
Alejandro Magno (356 – 323 a. C) al arribar a Frigia (actual
Anatolia en Turquía), tuvo que someterse a la prueba de deshacer un
nudo de complejísima trabazón como condición indispensable para
conquistar dicho territorio. Ante la imposibilidad de conseguirlo, el
macedonio optó por cortarlo con un fuerte tajo de su espada. Por
ello se suele utilizar lo de cortar el nudo
gordiano cuando la resolución de un
problema es tan sumamente difícil por medios habituales que se
impone una solución creativa y fuera de lo habitual. Los nudos
gordianos en política suelen presentarse en épocas de crisis
profundas en las que los métodos habituales y homologados son
totalmente inútiles en orden a una solución presidida por la
justicia y la democracia integral.
La actual coyuntura
económica, social, política y de valores es de una complejidad tal
que el Poder ejerce con toda tranquilidad e impunidad. La esperanza
de que se produjese una ruptura o al menos una brecha en el bipartito
no ha tenido, por ahora y con los resultados andaluces a la vista, la
confirmación deseada. Pero esa previsión o condición sobre la que
el Frente Cívico hacía y hace pivotar su trabajo tiene como segunda
condición sine qua non
la configuración de una unidad programática, política, de discurso
y valores plenamente instalada en la construcción de la Alternativa:
al Gobierno, al modelo de Estado y al de Sociedad. Es decir, un
contrapoder de creciente consolidación con independencia del nombre
que quiera dársele.
Desde esta óptica
debemos asumir que el panorama es más bien desalentador. La punta de
lanza contra el bipartito que parecía representar Podemos (a pesar
de su debilidad estructural y ambigüedad programática) no parece
ahora como probable, aunque, desde luego, tendrá un gran peso
institucional. El que el bipartito se viese obligado a pactar para
seguir conservando la representatividad del Poder era, además del
deseo de Felipe González, la evidencia que necesitaba una parte de
la población todavía abducida por el engaño de la dicotomía
derecha – izquierda representada por el bipartito. Y frente a ello
el contrapoder (con Podemos o sin Podemos) asentaba su capacidad de
Alternativa.
Lo que está ocurriendo
no es otra cosa que el tsunanmi desatado sobre unas fuerzas
políticas, sociales y conjunto de plataformas, movimientos y
sindicatos. Un tsunami que no es otra cosa que la brutal realidad de
la hegemonía total del discurso neoliberal que arruina a los
discursos sempiternamente reiterativos y de lugares comunes de
quienes, a pesar de enfrentase heroicamente a las fechorías del
sistema, lo hacen en el eje de los valores del adversario. Llegan las
campañas electorales y las cuestiones claves como el euro, la deuda,
la UE, la banca, las eléctricas, la reforma fiscal, etc. desaparecen
en una sfumatura que pretende ampliar el arco de votantes. No se dan
cuenta de que esa es la mejor manera de perder credibilidad y
votantes.
Al día siguiente de las
elecciones la cuestión de la gobernabilidad, los pactos y los
asentamientos institucionales vuelve al primer, sí no único punto
del orden del día. Y vuelta a empezar. Manifestaciones, luchas (a
veces heroicas), plataformas, manifiestos, alianzas que duran hasta
que se producen las primeras convocatorias electorales, etc. Y ahora,
en estos momentos, crisis en las formaciones políticas, búsquedas
de nuevas siglas (y siempre desde la vocación unitaria), maniobras
palatinas en el foro para el mayor solaz y trabajo de la los medios
dedicados a la rumorología, los confidenciales y las tertulias de
“debate político” y demás zarandajas.
Mientras tanto Grecia
está prácticamente sola en su lucha contra la barbarie de la UE, el
FMI y el BCE. El TTIP avanza pese a las denuncias en foros, debates y
zonas de la red. El orden mundial basado en la liquidación de la
democracia, la soberanía nacional y el derecho internacional se
configura ya como de inminente consolidación. Venezuela es el centro
de la agresión imperialista que tiene, en nuestro país a uno de sus
ejecutores, Felipe González, y además la asepsia timorata de
quienes pretenden, por mor de cálculos electorales, pasar del tema
sin “contaminarse”.
Creo que desde el Frente
Cívico debemos seguir apostando por la paciente estrategia de sumar,
aunar, unir y establecer afinidades programáticas y de valores,
plasmados en un discurso político de carácter profético tal y como
lo expliqué en mi último artículo. Pero en mi dimensión de
militante del PCE y de IU quiero hacer una última reflexión que
siendo un tanto esquemática por razón de espacio desarrollaré en
lo sucesivo. En estos momentos es de urgente fundación una fuerza
política de carácter marxista que beba de la tradición
revolucionaria del PCE y del espíritu fundacional de IU. Una fuerza
que necesita de comunistas y militantes de la izquierda. Pienso con
toda sinceridad, no ajena de dolor, que hoy por hoy ni el actual PCE
ni la actual IU están a la altura de esa tarea. Necesitan refundarse
en algo mucho más profundo que un cambio cosmético. Por cuestiones
de espacio resumo sus características.
- Ruptura total con el régimen de la Transición. En el PCE hay antecedentes de esta posición.
- Poner en marcha un proceso de alianzas en orden a construir la triple Alternativa que más arriba cité.
- Confrontar con el bipartito como portador de un mismo discurso económico, político y europeo.
- Establecer las alianzas en función de programas y de propuestas económicas. energéticas de consumo y culturales que siendo de carácter alternativo sean viables e inmediatas a niveles locales, comarcales y de mayor ámbito.
- Explicitar con valentía y decisión un discurso político que supedite la economía a la consecución de los DDHH. En consecuencia librar una lucha ideológica y de valores contra contra la trilogía capitalista: mercado, competitividad y crecimiento sostenido.
- Dar por inasumible el Tratado de Maastricht y sus derivaciones. Rechazar el TTIP
- Participación en las instituciones con la predeterminación de cambiarla en el eje de otras formas de hacer política.
- Iniciar un proceso constituyente que desemboque en la III República Federal.
- Establecer fuertes relaciones diplomáticas y económicas con los países iberoamericanos
- Ser conscientes de que este programa no puede aspirar a ser viable en la inmediatez de los eventos electorales, y en consecuencia establecer una estrategia de largo alcance basada en la difusión de nuevos valores, la movilización permanente y bien preparada y la indispensable lucha ideológica sin concesiones a coyunturas, modas o campañas para las instituciones.
Creo
que estamos en unos momentos en los que seguir mareando la perdiz,
hablar de esencias en peligro por la actitud de supuestos enemigos
es una manera como otra cualquiera de acabar con una tradición
gloriosa so capa de defenderla.
Extraordinario, como no podía ser de otra manera señor Anguita.
ResponderEliminar<<<de la dicotomía derecha – izquierda representada por el bipartito.<<<
En este caso no nos confundamos el PSOE no es de izquierdas. Mas bien están en el neoliberalismo. ¿Que otra cosa pueden ser Toni Bler, Sredes y otros, aunque dentro del PSOE existen muchos socialistas que nos hacen falta.
Por otra parte creo que nos haría falta hacer un análisis de por que se derumbo el muro de Berlin para buscar una alternativa al capitalismo.
No tengo ánimo de disentir con la propuesta de Julio Anguita y, francamente, después de leerla, no tengo ánimo para nada. Para los que ganamos la mitad o menos de la mitad de lo que necesitaríamos para vivir, no hay largos plazos.
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