Juan García
Ballesteros
Presidente del
Colectivo Prometeo / FCSM
Resulta
preocupante el nivel de miedo y resignación que transpira nuestra
sociedad. Al escuchar a un joven decir “Estoy contratado a media
jornada, trabajo 8 ó 10 horas y cobro 400 euros. Pero bueno, por lo
menos tengo algo”, piensas que casi todo está perdido. Estamos en
el momento en el que el discurso del opresor (Gobierno y medios de
comunicación –defensores del neoliberalismo-) es asimilado por una
gran masa de oprimidos, cuya pasividad, incultura política, falta de
sentido crítico y conformismo, les lleva a aceptar como inevitable
una dura realidad que sufren sin que sean capaces que darse cuenta
del poder que tienen para revertirla. Mientras tanto, los partidos
corruptos (PSOE y PP) que han arruinado nuestro país, siguen gozando
de una aceptación popular que les permitirá seguir acabando con lo
poco que queda público, con las pensiones y deteriorar aún más los
derechos laborales y sociales. El voto ciudadano, aunque hay otras
formas democráticas (concienciación social y política –unidad-,
manifestaciones, huelgas,…), es una de las maneras de apartar de la
escena pública a aquellos partidos que incumple sus programas
electorales, que actúan en contra de los intereses de la inmensa
mayoría de la población (benefician a los poderosos) y que utilizan
las instituciones en su provecho con el robo y la corrupción como
elementos esenciales de su actuación política. Como dice Julio
Anguita:
“Quién
vota a los corruptos los legitima, los justifica y es tan responsable
como ellos”.
Está
muy claro que el Gobierno del PP quiere acabar con lo poco que queda
de estado de bienestar. Por ello, ha reducido los presupuestos
destinados a sanidad (enfermos de cáncer y hepatitis C que mueren
por falta de atención y medicación), dependencia (personas que
fallecen por falta de cuidados y hospitalización), paro y educación.
En 2013, España destinó sólo el 4 % del PIB en gasto para
educación (media europea el 5 %). La más perjudicada la Escuela
Pública.
Esto supone que, en la Unión Europea, sólo Rumanía dedica menos
porcentaje que España. Claro, este miserable Gobierno quiere a unos
ciudadanos incultos, analfabetos para que puedan ser fácilmente
manipulables. Sabe que las clases poderosas siempre tendrán los
medios económicos necesarios para que sus hijos puedan ir a colegios
privados.
Hay
datos preocupantes, pues el deterioro político (cada vez menos
democracia) y social (pérdida de derechos fundamentales) es
alarmante. Desde que el PP está en el Gobierno: han emigrado,
buscando un trabajo que España les niega, unos 700000 jóvenes, se
han perdido unos 32 millones de horas de trabajo (equivalentes a
800000 empleos), la gran mayoría del trabajo creado (más del 90 %)
es temporal y a tiempo parcial, hay 13 millones de ciudadanos en
situación de exclusión social (2,5 millones de niños), hay cerca
de 5 millones de parados (casi un 50 % entre los jóvenes), se han
perdido muchos derechos laborales y sociales, se han producido
cientos de miles de desahucios y privatizaciones en los servicios
públicos, se ha reducido drásticamente la inversión pública en
servicios fundamentales (educación, sanidad o dependencia), se está
acabando con los Fondos de Reserva de la Seguridad Social (sólo
quedan 39000 millones de los más de 63000 que había en 2011) y se
ha disparado la deuda pública, ya cercana al 100 % del PIB (más de
un billón de euros).
Refiriéndose
a la situación económica de nuestro país, Joseph Stiglitz, Nobel
de Economía de 2001, “ha
acusado al Partido Popular (PP) de generar un "miedo
electoralista" cuando él es uno de los causantes de que España
esté en bancarrota"
(Público, 20-10-15).
Nuestro país estará hipotecado durante varias generaciones. Nuestra
sociedad no tiene futuro y esto supone que somos un país fallido que
lo están convirtiendo en un estado policial para acabar con las
manifestaciones y repulsas ciudadanas ante los atropellos de los
últimos gobiernos que han defendido los intereses de la oligarquía
y de los poderes económicos (bancos y grandes empresas), en contra
del bienestar y calidad de vida de una gran mayoría social.
¿Dónde
está esa idea de “juventud rebelde” que lucha por un mejor
porvenir? ¿Cómo es posible que se haya llegado a este nivel
aguante, de pasividad y que esos millones de parados y excluidos
sociales no se levanten contra este sistema injusto, depredador, que
les condena a una vida y un futuro inciertos? ¿La incultura, el
consumismo, los padres y abuelos que mitigan la situación familiar?
Nada justifica que los millones de ciudadanos que están sufriendo el
drama de carencias en sus necesidades básicas para una vida digna se
resignen y acepten su situación.
Es
importante que la inmensa mayoría de la población se movilice, se
responsabilice para cambiar este sistema injusto. Pero los más
perjudicados, los que más padecen, deben tomar conciencia y
comprender que su lucha es necesaria, que también ellos deben ser
protagonista del cambio social, político y económico que nuestro
país necesita. Es imprescindible sustituir de forma radical y
democrática este sistema impuesto desde las instancias europeas que
sólo beneficia a los poderes económicos, mientras hunde en la
miseria, el hambre y la exclusión a millones de ciudadanos. Pero,
como hemos podido comprobar con Grecia, el enemigo (Unión Europea)
es muy poderoso. Sólo con la fuerza de la inmensa mayoría de la
población, alrededor un programa común de cambio real, se pueden
recuperar nuestros derechos, nuestra autonomía política y económica
y conseguir un futuro de dignidad y bienestar para las generaciones
venideras.
¿Programa común de cambio real?... vale, pero cambio, ¿de qué calado? (porque el capitalismo basado en la libre empresa, libre competencia y el lucro como motor de impulso económico ya está agonizando), y ¿hasta qué situación de hastío, desolación, sufrimiento e indignación estará dispuesto a aguantar el pueblo antes de activarse , reaccionar y ponerse manos a la obra?
ResponderEliminar