Rafael Juan Ruiz
Colectivo Prometeo y Frente Cívico "Somos Mayoría"
El refranero español es muy rico. Tan rico que tiene
donde acudir para una cosa y para la contraria sin que se le caigan los
anillos. Por eso es solo un refranero.
Algunas personas tienen el mismo
desahogo a la hora de hablar, aunque seguramente tampoco se le caigan los
anillos. Les pesan tanto y les engordaron tanto sus dedos que ya los tienen
incrustados.
El PP es experto en enfangar. Al
no tener ya nada que perder, pues está de barro hasta la cenefa, su misión
ahora consiste en intentar pringar a los demás, a título personal o a título de
partido. Lo tienen todo perdido. Perdieron el poder. Ya, por muchos casos de
corrupción más que vayan saliendo (que saldrán) el descrédito es tal que poco
le importan dos o tres más. En ese terreno, en el del fango, se defiende
muy, muy bien. Tiene a personas sin escrúpulos entre sus filas, a los que les
da igual facilitar a sus amiguetes la propiedad de inmuebles públicos culturales,
que recortar prestaciones a las personas que deja paradas gracias a sus leyes.
Y, para colmo, tiene una buena cohorte de medios de comunicación a su servicio:
desde los públicos allá donde gobiernan hasta los privados, a quienes concede
graciosamente licencias y permite deudas millonarias a costa de que sus
trabajadores ni cobren. Por eso, el debate, para ellos y ellas, no está en los
argumentos o en las necesidades de la población, sino en encontrar (o no,
tampoco es imprescindible) algún motivo para denunciar algo de la nada.
Dentro de ese tipo de personas,
hay algunas aventajadas. María Jesús Botella, es una de las pioneras en el
desahogo a la hora de hablar y de actuar. Conocida también como la "reina de las
redes sociales" en plenos, reuniones y debates públicos, comenzó con una gran
frase su periplo en el gobierno municipal del PP entre 2011 y 2015: cerró la
Escuela Municipal “Félix Ortega” por ser, según ella, una "ikastola comunista".
Por culpa de aquella ocurrencia, cientos de niños y niñas no tienen una escuela
infantil gratuita donde acudir. Y tenemos un nuevo cadáver en forma de edificio en
pleno casco histórico de la ciudad, que a punto estuvo de pasar a manos poco
públicas.
Esta señora no tuvo ningún pudor
en denunciar al C.S. Rey Heredia, cuando gestionaba 100 comidas diarias, por no tener agua corriente en su Cocina
Abierta, cuando fue ella (o su compañero Nieto, entiéndanme) la que había
cortado el agua a pesar de que "los anarcoides" queríamos pagarla. No como otros,
por cierto, a quién no había problema en sufragar lo que hiciera falta. Esta señora,
el día en que, como portavoz del Rey Heredia, hablé en el pleno municipal en el
que IU presentó una moción pidiendo la inmediata cesión del antiguo colegio a
los colectivos del Distrito Sur, a mi izquierda, no paró ni un solo segundo de
usar su móvil, su tableta y de nuevo su móvil, ya recargado. Evidentemente,
tendría papeles más importantes que jugar que el escuchar a gente que le enseña
de frente que se organiza contra sus políticas de miseria.
No seguiré insistiendo. Ejemplos
hay cuantos quieran. Pero volveré al refranero. La señora Botella, aplicando
aquel refrán que dice que "piensa el ladrón que son todos de su condición", ha
abierto la boca y ¡ha subido el pan! Y dice que la Oficina de la Vivienda es un "fortín de Stop Desahucios"(sic). Yo, al leerlo, pensé, ingenuo de mí, que la señora
Botella lo decía con alegría, pues fue ella y su partido quien, en 2013, le
entregó a este colectivo la Medalla de Oro por su labor social en la ciudad e
implicación en atender a las necesidades de los cordobeses que más lo
necesitan, si bien Nieto reconoció que no le gustaba mucho la decisión. ¡Me lo
expliquen! que diría el Macario, precursor de la peligrosa banda de títeres enaltecedores
del terrorismo.
Pero no. Lo ha hecho de forma
despectiva. Despreciando a quienes luchan sin reclamar la caridad sino
exigiendo lo que es suyo. A quienes luchan contra el robo que ha significado
dar el dinero público a los bancos para que, éstos, que provocaron la actual
crisis, salieran de ella, a cambio de que desahucien, amparados en una ley hipotecaria
declarada ilegal por Europa, a cientos de miles de gentes trabajadoras. Y, como
el PP no puede luchar contra ello con argumentos, con ideas, con convicciones,
intentan tirar al resto al barro, que es donde están a gusto Y, ahí, empiezan
las descalificaciones con titulares que duran lo que los panfletos sumisos
puedan mantenerlos, pero que no durarían ni un segundo si por pruebas en que
sustentarse fuera. Pero, el mensaje está enviado: todos son unos chorizos. Y,
así, gente que ha entendido su vida desde el compromiso social, desde el apoyo
a los demás, en poner en peligro su normalidad por conseguir que otros estén
mejor, ven como, sin beberlo ni comerlo, alguien intenta meterlos en el fango
donde ellos están, desde hace lustros, chapoteando tan agusto. Porque el sustento
argumental del PP es que las dos abogadas a las que se les ha pedido servicios
puntuales, han cobrado la friolera de 900€ y 850€, IVA incluido, por atender 27
casos, por asesorar, por realizar informes e incluso por formar, en fines de
semanas, a personas que lo necesitaban. Todo ello, además, con un contrato
menor a pesar de que no era necesario por la cantidad de la que se trata, pero
para garantizar aún más la transparencia. Transparencia que, por cierto, los
señores Miguel Reina y Rafael Navas, del anterior gobierno municipal del PP, van a tener que demostrar en el juzgado
donde irán en abril investigados por presunta prevaricación. ¿Será verdad lo
del refrán?
De paso, han intentado atemorizar
a las dos jóvenes abogadas, quienes pueden sentir el peligro de que sus
carreras se vean manchadas por las mentiras del PP y de sus folletos acólitos.
La Oficina de la Vivienda del
Ayuntamiento de Córdoba, seguro, tiene carencias. Incluso tendrá cosas que se
podrían haber hecho de una forma o de otra, quizá incluso un poco mejor. No lo
creo. Lo que sí tengo claro es que, tal y como dejó la señora Botella los
Servicios Sociales de nuestro Ayuntamiento, no hay ni para un relaxing café con
leche in Plaza Mayor. Gracias a su gestión en cuatro años, preparatoria para
privatizar hasta el caballo del Gran Capitán, y a las leyes de su partido a
nivel estatal, los ayuntamientos no tienen ni un euro para dedicar a políticas
de igualdad, de solidaridad o de ayuda a las personas que más lo necesitan.
Todo está preparado para que el dinero que haya, vaya a los bancos (reforma del
Art. 135 de la Constitución, que hizo el PP apoyando al PSOE de Zapatero) Y no
han dejado ni para poder contratar a un/a abogado/a que defienda a esas
personas que peor lo pasan. De forma que, el Ayuntamiento ha tenido que tirar
de la ayuda de personas que han defendido
cientos de casos en Córdoba, poniendo su trabajo, su vida, sus sueldos, al
servicio de esas personas. Como decimos en nuestra tierra ¡tiene tela que quienes han cobrado
suculentos sueldos por destruir nuestro bienestar quieran meter en su fango a
quienes, sin cobrar un euro, han dado su tiempo y algo más para que algunas
personas puedan mantener su vivienda! Vaya pues, mi apoyo y admiración por el trabajo realizado por el equipo organizado por Rafael del Castillo.
Seguramente, en los corrillos de algunos grupos, se oirán frases del estilo a la que soltó otra gran patriota del PP, la señora Fabra (hija de otro gran patriota al que la lotería le tocaba de forma inversamente proporcional al número de aviones que salían de "su" aeropuerto de Castellón) cuando le recortaron el paro a las personas desempleadas: "¡Qué se jodan!" En esos corrillos se podrá escuchar, con desahogo, mucho desahogo, "¡si quieren un abogado, que se lo paguen!" Todo, con tal de ponérselo más, sí, aún más fácil, a sus amiguetes.
La técnica del igualamiento, muy habitual en mentes enfermas, enfermizas y fascistas.
ResponderEliminarHacen exactamente lo mismo al igualar a los defensores de la República, la democracia y la abolición de la monarquía criminal, entre un sin fin de libertades sociales conquistadas, con los defensores del genocidio, la esclavitud, el infierno y el terror fascista, obviando, entre demasiadas aberraciones a soportar, todo componente de legitimidad moral y humana. Eso no existe para ellos.
Y no se les cae ni un solo anillo, al contrario, como te descuides te meten de hostias con los mismos anillos que no se les caen. Está claro que no todos somos iguales. Y más les vale no convencernos de lo contrario, por su bien.
Escoria humana, no tienen otro calificativo.