Rafael Juan Ruiz
Sindicalista de Co.bas y miembro del Colectivo Prometeo y FCSM
Cuando desde los sectores más
concienciados socialmente de la población se critica la externalización o
privatización de los servicios públicos (aquellos que estaban cubiertos con
personal funcionarial o laboral de las administraciones), aún hay personas, enmarcadas
en las clases más populares que piensan que “tampoco es para tanto”.
Curiosamente, desde los sectores
empresariales y los sectores políticos del centro derecha (PSOE, PP, ahora
Ciudadanos) la visión es la contraria. Mientras menos personal tenga la
administración mejor.
Los mencionados sectores empresariales
y políticos son defensores de que el estado tenga el menor número personas
empleadas. Dicen que así se aligeran las cargas y no se necesitan tantos
impuestos. La realidad es bien distinta. Los impuestos siguen altos para la
clase trabajadora, pero para dedicar nuestro dinero a salvar bancos, a pagar
autopistas y aeropuertos inútiles, y a llenar los bolsillos de algún que otro
(centenar, claro) de corruptos y corruptas que, además, llevan ese dinero a
paraísos fiscales para evadir.
Se preguntarán que a qué viene la
entradilla. Pues debido a que la empresa PROAZIMUT S.L., es la adjudicataria
del servicio de Teleasistencia del Servicio Andaluz de Salud. Es decir, una
actividad que, en vez de hacerla plantilla funcionarial o laboral de la
administración andaluza (Junta de Andalucía) es pagada a una empresa privada
para que la haga. Por lo tanto, personas con la fuerza de un gran colectivo
ante la patronal son sustituidas por otras en pequeñas empresas en las que
cobran un tercio del salario normal y perseguidas en caso de luchar por sus
derechos laborales. Por eso, es de entender que las clases poderosas prefieran
que el Estado sea lo más delgado posible. Para que el dinero que se les pagaba
a las personas empleadas en él se dedique a pagar sus burbujas inmobiliarias o
financieras, y para que les contraten esos mismos servicios a un buen precio y
ganar mucho, muchísimo dinero, a costa de los y las de siempre: las
trabajadoras y trabajadores.
Estas políticas de destrucción de
empleo mínimamente digno y con derechos colectivos han sido aceptadas por las
dos fuerzas mayoritarias. Aunque cuando ha habido reformas laborales han hecho
el papel de estar en contra, incluso montando huelgas generales, la realidad es
que su lucha solo duró ese día, cuando saben perfectamente que las luchas son
largas y continuadas en el tiempo. Es más, en grandes empresas incluso han
firmado ERES por el que cientos de miles de puesto de trabajo en unas
condiciones laborales dignas han sido sustituidos por empleos basura. Extraño
concepto del sindicalismo de clase.
Por todo ello, el sindicato
Co.bas de Córdoba está hoy en alma con Antonio, quién, además, sufre una
minusvalía severa, del 40%, y quién, por culpa de estas actitudes
empresariales, se ha quedado sin sustento. Hoy todos y todas estamos en el
CEMAC de Sevilla. Y el Frente Cívico “Somos Mayoría” de Córdoba llama a la
población a ser consciente de las mentiras que nos cuentan para hacernos ver
que la economía y el mercador laboral son cosas que funcionan por sí solas.
Nada más lejos de la realidad. Ambas dependen de la decisión de los
gobernantes. Con el mismo dinero o menos hay dos opciones: Dárselo a empresas
para que nos exploten o dedicarlo en empleo potencialmente digno y con más
posibilidad de derechos (y siempre de mejor calidad para las personas usuarias)
desde la gestión pública.
¡¡Hoy, todos y todas
somos Antonio!!
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