Fuente: Comiendo Tierra
Juan Carlos Monedero
Un trío político sin amor, sin sexo y sin precauciones
Investiduras: huir de melodramas sin final feliz
Decía Bertrand Russell que la vida no es un melodrama devastador
compensado con un supuesto final feliz. La investidura de un gobierno
tampoco. Malvives, sufres y encima el final es una basura. No se trata
tampoco de ocultar las dificultades ni de magnificar los problemas en un
momento de crisis política y económica en Europa (ahí está el creciente
auge de la extrema derecha). Fortaleza para enfrentar sin miedo a los
que quieren asentar las desigualdades, templanza para entender la parte
de verdad que portan los demás; justicia para pedir cuentas a los
responsables; y prudencia para saber cuándo es el momento para que las
cosas puedan pasar. Todo lo contrario de lo que exigen las urgencias
electorales y los plazos agónicos de las investiduras.
Ni los cocineros más creativos han inventado un plato de sardinas a
la plancha con nata, ni crema pastelera con lentejas estofadas ni
deconstrucción de café con leche al alioli. Hay cosas que no van juntas
ni poniéndote imaginativo. Si lo cocinas es solamente porque sabes que
nadie va finalmente a comérselo. Una mera representación. Y si alguien,
por hambre y desesperación, se atravesara ese mejunje, terminaría
vomitando más temprano que tarde. El resultado es que estarías igual de
hambriento que al principio, pero con la camisa sucia, la garganta
irritada y el cuerpo revuelto. Si lo vas a vomitar de inmediato, no te
lo comas. Y esto no es una metáfora: esto va por mezclar a Unidos Podemos con Ciudadanos e, incluso, con esa parte del PSOE que apenas
tiene diferencias con el PP.
En la degradada política española, el viejo régimen se niega a decir
la verdad sólo porque unos medios igualmente del régimen les cubren las
espaldas y les prestan la respetabilidad que ya no tienen. La ausencia
de democracia interna en los partidos o la desconfianza en la
participación popular por parte de las élites hacen el resto. La vieja
guardia del PSOE y del PP o la vieja guardia remozada de Ciudadanos
siguen moviéndose como si la ciudadanía no hubiera perdido en los
últimos ocho años buena parte de lo ganado desde la recuperación de la
democracia. Nadie rinde cuentas, nadie tiene responsabilidades. Y el
pueblo, tachado de idiota resignado, tiene que tragar la bazofia de
siempre porque de lo contrario tendrá que ir a otras elecciones y le
están repitiendo machaconamente que antes morir que perder la vida. Si
el grupo PRISA no hace más que repetir que unas terceras elecciones son
el Apocalipsis igual tenemos que empezar a pensar que, más allá del
enfado que nos producen, igual tienen algo positivo. NI hay que ir a
votar con miedo ni hay que dejar de ir a votar por miedo.
Una España que sale del bipartidismo y quiere entrar en la promiscuidad
Parece que en la política española pueden hacerse cuantas mezclas se
requieran antes de asumirse que la vieja política ya no sirve para
gobernar. Nos está costando como pueblo salir de la infancia miedosa y
asumir que ya nos toca crecer. Ciudadanos puede en nombre de España irse
con el PSOE, luego puede marcharse con el PP sin que a España le salga
sarpullido, luego puede regresar otra vez en brazos del PSOE, siempre
por el bien de la patria (¿Verá Ciudadanos el bien de la patria en otro
lado que no sea hacer de muleta de los viejos partidos? ¿Es que se nos
ha olvidado el caradura de Girauta gritando ¡Es inimaginable que
Ciudadanos vote en una investidura a Rajoy!¿ ¿Y Rivera insultándo al
Presidente y pidiéndole que se vaya?). De la misma manera, el PSOE puede
reformar el artículo 135 de la Constitución cuando está gobernando o
declararse, ya en la oposición, bolchevique, de la misma manera que
acuerda con el PP todas las grandes políticas de ajuste en Europa y
luego representa en Madrid escenas desabridas donde hacen como que ni
siquiera se dan la mano. O el PP puede hacer campaña con el sempiterno
“España se rompe” y luego pactar con el PNV o vaya usted a saber si con
la antigua Convergencia la Mesa del Congreso y el Senado y los grupos
parlamentarios.
Fracasados los acuerdos de Ciudadanos con el PSOE y con el PP, parece
claro que la alternativa que no sea mantener el engaño sería un
gobierno del PSOE con Podemos sostenido en un claro programa de
gobierno, donde tampoco pueden incorporarse ingredientes que no encajan
por ser de la derecha españolista -como Ciudadanos- o de la derecha
nacionalista -como el PNV o PDC-. Ingredientes que más temprano que
tarde indigestarían la comida. Pero Sánchez no lo va a hacer porque no
le dejan en su partido. Se lo dijeron muy claro: “sólo con Podemos, nada
de nada”. Y Sánchez intentará regresar a diciembre. Hay una única clave
para interpretar al PSOE: sus dirigentes están intentando única y
exclusivamente salvar su puesto de trabajo. Ahora regresa a la cocina,
otra vez, Sánchez. No porque nadie vaya a comerse ese plato, sino porque
cree que así vamos a terceras elecciones y le puede intentar echar la
culpa a Podemos. Hace falta mucha paciencia para no mandarles a freír
espárragos por desmemoria y falta de imaginación.
Sánchez necesita prolongar su mentira porque así está prolongando su
vida política. No hay ni un solo gramo de otra interpretación. El
espectáculo que está dando el PSOE es de sainete costumbrista, y la
interpretación de Sánchez le llevará a que cuelguen su retrato al revés
en la sede de Ferraz después del próximo congreso. Contarnos que el “no”
a Rajoy es una señal del gran compromiso con las mayorías del PSOE es
como pensar que Felipe González grabó un vídeo de apoyo a un broker del
petróleo con el dinero en Panamá por razones de compromiso con el
socialismo. Los dirigentes del PSOE son políticos profesionales.
El superviviente por excelencia trae ahora el “cóctel Sánchez”. La
preparación es atrevida: unas gotas de bronceador, un chorro generoso de
nueva derecha, aroma artificial de viejas promesas, 3/4 de jugo de
barones, unas gotas de salsa Perrins a la Susana, servido eso sí, en
vaso de cristal de Unidos Podemos. Frío o caliente, porque da lo mismo.
Puestos a seguir el disparate ¿por qué no gobierna Rivera con la
abstención del PSOE, de Podemos y, ya puestos, del PP? Total, la
voluntad de los españoles ya casi va a dar lo mismo. ¿O por qué no
dimite Rivera por el bien de España para que Ciudadanos pueda abstenerse
en un gobierno del PSOE y Podemos? ¿O por qué no se van Sánchez y Rajoy
y le pedimos a Goldman Sachs que escoja a un economista de la casa para
que gestione los ajustes que vienen? Y el Rey, insistiendo en esa
faceta de rey prudente que te da no poder hacer otra cosa que quedarte
callado.
El fraude de un gobierno tripartito sin coherencia ideológica
Los que venimos de familias humildes sabemos que las cosas malas se
rompen mucho antes. Más vale esperar, ahorrar un poco más y comprar un
abrigo o unos zapatos que duren por los menos un invierno. La necesidad,
es cierto, a veces manda, pero a perro flaco todo se le hacen pulgas.
Un gobierno tripartito con la derecha (PSOE, Unidos Podemos y
Ciudadanos) es un fraude democrático. Una gran coalición del PSOE y del
PP es una burla, pero no un fraude. Es la ciudadanía quien la compra.
Sánchez lo sabe, pero lo propone porque lo importante ya no es España ni
la voluntad de los españoles, sino cómo se coloca cada cual en las
inconcebiblemente posibles terceras elecciones. Ciudadanos es un partido
creado por la derecha económica para apuntalar el modelo de ajustes y
recortes apuntalando al PSOE y al PP e intentar frenar a como fuera a
Podemos. Que es lo que hace en Madrid y en Andalucía y es lo que ha
intentado hacer en las investiduras fallidas. Rivera tiene como
compromiso central asumir los mandatos económicos de la Troika, y como
coartada decir con ademanes menos militaristas el repetido España se
rompe que alimenta a una derecha sin ideas. Bruselas ya no da más tiempo
a estos viejos actores. ¿Cuánto duraría ese gobierno? Apenas dos
semanas después de conformado, Rivera exigiría cumplir con las
exigencias de la Troika. ¿Y entonces? ¿Se disuelve el gobierno? No. El
PSOE y Ciudadanos estarían de acuerdo y Unidos Podemos, traicionado,
tendría que salir del ejecutivo. Es decir, los votos de Unidos Podemos
sólo habrían servido para investir a un gobierno de Rivera presidido por
Sánchez. ¿Esto es lo que esperan los millones que salieron a protestar
el 15-M?¿Esto es lo que esperan los que han tenido que marcharse fuera
de España a buscar trabajo?¿Esto es lo que esperan los que llevan años
sin trabajar y los que trabajan más horas y ganan menos?¿Esto es lo que
esperan los universitarios que ya no pueden pagarse la matrícula, los
desahuciados que perdieron su vivienda y sus ahorros, los ancianos que
mueren sin la ayuda a la dependencia, esperando vanamente operaciones
que no llegan o que ven mermados sus salarios porque tienen que pagar
las medicinas?
Los problemas urgentes de España pasan por apostar todo y más por la
creación de empleo digno, lo que pasa por abolir las reformas laborales
del PSOE y del PP y hacer un esfuerzo desde lo público como lo que
significó el Plan Marshall después de la Segunda Guerra Mundial. Sin
empleo digno que cotice a la Seguridad Social, el Estado no tendrá
capacidad fiscal y las empresas seguirán cerrando o sobreviviendo con
empleo semiesclavo. El papel de los autónomos es esencial, y no pueden
seguir siendo tratadas por la administración como complemento de las
grandes superficies y de las multinacionales. De no atacarse con
celeridad los asuntos labores, seguiremos la espiral tercermundista.
España tiene que impulsar, como cuarta economía del euro, un giro en las
políticas de austeridad en Europa que dejen de ordeñar a una vaca a la
que se le quita cada vez más pasto. Las enormes desigualdades en España
tienen que ver con la impunidad, de manera que es esencial un plan
radical contra la corrupción que pase igualmente por reformar una
judicatura que debe empezar a rendir cuentas al pueblo al que sirve. En
la situación de necesidad en la que viven millones de españoles, es
urgente recuperar la Ley 25 que garantice mínimos vitales a los
colectivos más golpeados, sin olvidar a las mujeres y los ancianos, y
sin perder de vista que las urgencias económicas están dejando de al
lado las urgencias ambientales que cada vez son más amenazantes (y que
el PP y el PSOE solventan colocando a los líderes políticos en los
consejos de administración de las empresas energéticas o mandándoles al
Banco Mundial).
Ganar por cansancio
El cansancio electoral no puede hacer perder de vista que Europa se
está jugando su especificidad, su Estado social y democrático de
derecho. Las agencias de calificación, las patronales y los grandes
bancos ya han manifestado que los derechos laborales son cosa del
pasado. El hundimiento de la URSS y la debilidad sindical enterraron lo
que se ganó en 1945 cuando las potencias del eje Fueron derrotadas. La
derecha asume ese escenario. Ahí están el PP, Ciudadanos, el PNV y la
antigua Convergencia. En muchos lugares de Europa, la socialdemocracia
también ha aceptado las nuevas reglas (ahí están los recortes sociales y
la confrontación con los trabajadores por parte de Hollande y Valls en
Francia o el hecho incontrovertible de que el Partido Socialista alemán
está gobernando con Merkel en Berlín). En España, sólo el accidente de
que el PSOE está en la oposición le hace parecer distante de esas
políticas. La ciudadanía tiene que darse nuevos instrumentos para
confrontar esas políticas que van contra las mayorías. Eso es lo que
significa Podemos. Su razón de ser está en encontrar soluciones que no
acepten la retirada que exigen las demás fuerzas políticas. Y por eso,
su razón política no puede negociar con las razones políticas que quiere
superar bajo riesgo de que se mimetice y las mayorías no vean en ella
una fuerza política con capacidad de representar sus intereses. La
gravedad de la situación no puede solventarse con tácticas electorales y
electoreras
Ojalá el pueblo español castigará inclementemente en las urnas a los
políticos que les mienten. Ojalá el pueblo español entendiera que cuando
no va a votar, está dejando que Rita Barberá se tronche de risa en el
Senado o que Ignacio Granados se parta de risa en la cárcel. Porque
dejar de votar es multiplicar el voto de la derecha, que vale entonces
por dos y por tres. El PP sabe que puede jugar al cansancio, porque sus
votantes se cansan menos que los de los demás partidos. Y esa
responsabilidad no puede delegarse. Y Podemos debe saber que tarde o
temprano gobernará en España, y para eso es importante no cargar con la
ceniza que cae de esa hoguera de mentiras en donde arde la política
española de los últimos cuarenta años. Que los que no han traicionado
puedan intentar gobernar sin lastres ni contradicciones.
No hay regeneración con engaños. Y un tripartito lleno de
contradicciones irresolubles, es el salvoconducto que necesita el PP
para erigirse en el partido de oposición frente a un experimento que
apenas duraría unos meses. Recordemos el PP en la calle contra Zapatero.
Estatut, matrimonio de parejas del mismo sexo, excarcelación de presos,
fin de ETA. Daba lo mismo. Un gobierno del PSOE con Unidos Podemos le
regalaría al PP la oportunidad de volver a esa oposición hooligan que
representan las maneras neofalangistas de Rafael Hernando y las mafiosas
de buena parte del gobierno (como el Ministro que se inventa pruebas
falsas contra los opositores y ahí sigue), pero tendría que intentarse
porque en España aún hay mucha gente que cree que el PSOE es de
izquierdas. Son las cosas de tener una derecha comprometida aún con la
nostalgia del franquismo. Pero si no hay garantías de que se pueda hacer
algo a favor de las mayorías -y cualquier acuerdo con Ciudadanos lo
impide- le corresponde a Unidos Podemos asumir que tiene la obligación
desde la oposición de ganarse el respeto de los dos millones de votos
que apenas le faltan para gobernar este país y dejar atrás este pasado
que se resiste a marcharse.
Juan más claro el agua. No hay más pero a la ciudadanía, ojo mayoritariamente, le da igual. El analfabetismo político es vergonzoso, gente que cobra la limosna de los cuatrocientos y pico, y otros que no cobran nada, están jugando el dominó en un bar, y a cualquier comentario de alguien sensato, te salen con lo de Venezuela o que le van a quitar la pensión y la segunda residencia, claro estos desgraciados no la tendrán, pero seguro tienen un cuñado que la tiene. Luego ves las entrevistas del Intermedio a los votantes del PP y te das cuenta que son cómplices de los corruptos, nada de respeto a los votantes del PP, son cómplices a secas. Volviendo al jugador de baloncesto, pretende salirse de la culpabilidad que no la tiene a mi modo de ver, la tuvo cuando pactó con la derecha, y trasladarla a Podemos, por eso deben de tener mucho cuidado. Ya están hablando de Venezuela, esta mañana en la entrevista de RNE a Garzón ya le han preguntado por ella. Terceras o cuartas, yo voy a votar a los mismos y que cada palo aguante su vela. Si hiciera lo mismo la izquierda de debates o escrupulosa otro gallo nos cantaría.
ResponderEliminarEnhorabuena Juan.