Manuel Marrero Morales
Colectivo Prometeo
FCSM
Aquel
sábado aciago para el PSOE en que se procedió a la eliminación de Pedro
Sánchez como Secretario General de un partido hecho jirones, se
culminaba un proceso dirigido desde el IBEX 35 y sus lacayos Felipe
González junto con el guiñol de Susana Díaz, apoyado por la portavocía
de Cebrián y el períodico EL PAÍS. Es en esos momentos de pérdida de
control del aparato del partido cuando algunos nos dicen la verdad: las
descalificaciones entre ambos sectores, las denuncias hechas por unos,
los presuntos informes de los servicios secretos, las reagrupaciones en
función de intereses espúreos que nada tienen que ver con lo que le
interesa a la población...
En esas situaciones límite en que
parece que alguien pudiera salirse del guión preestablecido, hemos
constatado que la multiplicidad de medios de comunicación no implica
pluralidad de opiniones ni mayor libertad de expresión. Todos a una se
lanzaron a placar al hipotéticamente díscolo Secretario General
socialista, por si tuviera la ocurrencia de no apoyar al corrupto PP,
que tan eficazmente defiende los intereses de los poderosos frente a los
débiles. Había que prestar un servicio al sistema, aunque se produjera
un vergonzante espectáculo.
El objetivo común de. los trillizos
(PP-PSOE-Cs) ha sido imposibilitar cualquier gobierno del Estado en que
se pudiera contar con Unidos Podemos. Y así hemos asistido a movimientos
varios del "todo vale": recogida de dimisiones, guerra fratricida,
resucitar de políticos enriquecidos y apolillados que sirven a los
poderosos,... hasta alcanzar la excusa perfecta para que no hubiera otra
opción que la defendida desde el 20 de diciembre por estos sectores,
apoyar a un gobierno del PP.
No hay candidato alternativo, casi no
hay órganos decisorios más allá de una gestora sin autoridad
democrática, por tanto es impensable que haya unas terceras elecciones
que podían ser catastróficas para el PSOE, con un PP que podría alcanzar
la mayoría absoluta con su apéndice Cs y un posible adelantamiento de
Unidos Podemos. Es la coartada perfecta para que se cumplan los
designios profetizados por los sectores antiPodemos. Se mantiene el
sistema, que es lo que cuenta, aunque haya que sacrificar a uno de sus
partidos que lo sustentan. Ellos saben que cuentan con una frágil
memoria colectiva y con unos medios a su servicio que continuarán
intoxicándonos.
Sólo falta encontrar argumentos para ejecutar la
felonía de propiciar que el corrupto PP siga gobernando mediante una
abstención y sólo se discute el tamaño de los abstinentes: si son sólo
los 11 imprescindibles (voluntarios sobran), si se aplica la disciplina
de voto y todos tienen que abstenerse (misión imposible, porque algunos
diputados padecen gastritis y no están dispuestos a digerir esa
abstención). Les queda también la opción de la "libertad de voto" para
no evidenciar la debilidad del aparato.
Cualquiera de las
opciones que tome el PSOE, con el único objetivo de salvar sus propios
muebles y permitir que el PP gobierne en contra de los intereses de la
mayoría social que no ha votado al partido de la corrupción, colocará al
partido de Felipe González y otros "barones" como partido de gobierno
por mucho que quieran disimularlo y negarlo.
Es el PSOE, con su
connivencia con el PP, quien ha decidido otorgar a Unidos Podemos el
papel de única oposición y a Pablo Iglesias de visibilizarse como
alternativa real a Rajoy. Efectivamente, es una gran responsabilidad,
que seguro va a contar con el apoyo de las movilizaciones en las plazas y
en las calles. Será el preludio de algo esperanzador: seguir ampliando
la presencia en los Ayuntamientos, Cabildos o Diputaciones y en los
Parlamentos autonómicos. Demostrar que se es capaz de gobernar con
solvencia para la mayoría social, como anticipo de una mayoría suficiente
que haga alcanzar el gobierno del Estado para desarrollar un proceso
constituyente, que nos haga iguales a todos ante la Ley y que propicie
un reparto más justo de la riqueza. Manos a la obra.
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