Lo hemos dicho muchas veces. Cuando cualquiera de nosotros ha ido a una convocatoria para detener un desahucio no ha pedido a los allí presentes el carnet de afiliación política para comprobar que eran de nuestro partido. En esos casos, como en tantos otros, todos sabemos que lo importante es detener la injusticia y no tanto de qué partido es cada compañera que está ayudando a la causa. Eso es lo que llamamos unidad popular. Y es la mejor lección para aprender a no confundir medios y fines.
En estos días sobrevuela en los medios de comunicación el fantasma de una hipotética fusión con Podemos. Ante esto sólo cabe mandar un mensaje: no hay por parte de IU ninguna intención de fusionarnos con Podemos. Lo hemos dicho muchas veces, nuestro objetivo es transformar nuestro país y para eso entendemos que la unidad es imprescindible. Una unidad construida sobre la base de la ruptura democrática, de entender que este país necesita un cambio radical, es decir, que vaya a la raíz de los problemas económicos y políticos. Una unidad con otros actores políticos, como Podemos -pero no sólo-, que son diferentes a nosotros y con los que compartimos espacio político. Pero en ningún caso defendemos una fusión. Lo que queremos es seguir colaborando, queremos trabajar juntos en las instituciones y en las calles, construyendo desde abajo y luchando contra las injusticias. Poniendo en común lo que nos une, no competir. Eso va ampliando los espacios de colaboración de forma natural, lo que es positivo. Es más fácil luchar contra la precariedad o la opresión de cualquier naturaleza si estamos unidos, si cooperamos desde un bloque que construya una alternativa política, económica y social para nuestro país. Por eso tantos enemigos nos quieren separados.
Podemos ha sido un actor político que, por decirlo de algún modo, ha dado un gran meneo a nuestro sistema. Gracias a Podemos se han producido importantes cambios en nuestro país. No hace falta insistir mucho en ello. También gracias a Izquierda Unida se mantuvo encendida la llama de la justicia social durante la larga noche de la burbuja inmobiliaria, por poner un ejemplo. Hoy, sin ignorar nuestras diferencias, trabajamos codo con codo para mejorar la vida de las clases populares. Al fin y al cabo, para eso nos afiliamos a nuestros partidos, para eso nos metimos en política.
Por eso resulta inconveniente, y ciertamente molesto, que algunos dirigentes de Podemos hayan decidido hablar continuamente mal en público de IU. Pareciera que desean poner a IU como contraejemplo de todo, como ejemplo de lo que no hay que hacer y ser. Sorprende ese comportamiento por dos razones. En primer lugar, porque es una falta de respeto a toda una organización sin la cual durante décadas no hubiera existido más que un páramo bipartidista, o sin la cual no se sostendrían importantes aspectos de los ayuntamientos de unidad a los que tanto se cita como ejemplo –ciudades como Alicante, Cádiz, Madrid, Barcelona, Santiago, Coruña, Ferrol o Zaragoza tienen concejales de IU desarrollando necesarias tareas. Por mencionar algunos ejemplos aislados. Los y las militantes de IU están siempre con humildad y orgullo contribuyendo a cambiar nuestros barrios, ciudades y el país entero. Como también los de Podemos. No nos creemos superiores, ni siquiera suficientes, pero tenemos muy claro lo que somos y defendemos. En segundo lugar, porque si hay quien no quiere la unidad con nosotros sólo tiene que decirlo claramente. No parece coherente insultar una y otra vez a quien comparte tu proyecto.
Como aliados, creemos que nuestro país necesita un Podemos que trabaje para unir y deseamos a toda su militancia, con la que compartimos luchas y esperanzas, el mejor trabajo posible. Las clases populares sufrimos las consecuencias de la crisis y del capitalismo, los recortes en sanidad, educación, pensiones y otros servicios públicos, las reformas laborales que nos esclavizan y precarizan, e incluso la muerte por frío y pobreza. Ante eso, para mí lo importante no es dedicarnos a mirar quién tiene el logo más grande sino trabajar conjuntamente para que todas esas miserias no existan el día de mañana.
Un sector minoritario de IU, y que paradójicamente tiende a hablar más de Podemos que del bipartidismo, también se ha manifestado en contra de unas declaraciones mías en las que dije que veo bien que haya gente que no distinga a los de Podemos y a los de IU. ¡Como si no lo hubiera dicho nunca! Es muy sencillo, yo soy comunista y estoy muy orgulloso de ser coordinador federal de IU, pero soy ambas cosas para hacer la revolución –para mejorar la vida de la gente- y no para anteponer los logos y el patriotismo de partido a las necesidades de la gente. Lo dije al principio, cuando se está parando un desahucio la gente que conforma las cadenas humanas es indistinguible entre sí políticamente. Sin duda eso es bello, pero también es útil. Lo inútil es que los que nos saquean y explotan nos encuentren separados y peleados.
¡Salud y República!
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