Manifestantes de la oposición venezolana queman vivo a un defensor del gobierno bolivariano |
Presidente
del Colectivo Prometeo
Nos engañan, nos
manipulan, nos machacan desde los medios de comunicación públicos y
privados continuamente con la vergonzosa afirmación que Venezuela es
una dictadura. Propiciado desde el partido más corrupto y más
degenerado de la UE, el PP, cuyos representantes no responden a las
críticas, exigencias y controles que todo partido que se llame
democrático debe ofrecer a la representación de la soberanía
popular, el Parlamento, y se refugia en un país extranjero,
Venezuela, para tapar sus vergüenzas. Este Gobierno que sí es
antidemocrático, pues no acepta los acuerdos del Congreso, los
paraliza, que reprime con dureza a los pacíficos opositores, sean
músicos, titiriteros o simplemente manifestantes, algunos de ellos
actualmente en la cárcel (presos políticos), conculcando la
libertad de expresión y manifestación, que tiene
domesticados-controlados determinados sectores de la judicatura
(vergonzosa actuación de Rajoy como testigo de la Gürtel),
saltándose a la torera la separación de poderes, que crea aparatos
policiales clandestinos para espiar y controlar a los adversarios
políticos, que tiene a cientos de sus “dirigentes modélicos”
imputados y al propio partido, que está hundiendo en la miseria, el
hambre, la desesperación y la exclusión social a millones de
ciudadanos, se atreve a criticar al Gobierno de Venezuela y apoyar a
la extrema derecha terrorista que lo quiere derribar.
Desde un punto de
vista político y social, en Venezuela ha habido en los últimos 19
años 19 elecciones, que han sido ratificadas como limpias y
democráticas por cientos de observadores internacionales (ONU, OEA,
UE, ALBA,…), dos de ellas perdidas por el Gobierno. Nicanor
Moscoso, Presidente del Consejo de Expertos Electorales de América
Latina, dice que “En Latinoamérica no existe otro sistema
electoral más seguro que el de Venezuela”.
Cuando Hugo Chávez
ganó las primeras elecciones en 1998 planteó una nueva Constitución
para cambiar la historia de su nación con tres objetivos muy claros:
soberanía
popular
(el pueblo como protagonista de los necesarios cambios económicos,
sociales y políticos), independencia
(ser un país libre en la toma de decisiones, sobre todo respecto a
la influencia yanqui y de la banca mundial) y manejo
y administración de sus recursos naturales
(petróleo, gas natural, oro, cobre, reserva de agua, diamantes,…).
La Constitución Bolivariana, aprobada por el pueblo en 1999, recogió
estos tres importantes objetivos. Esto supuso una ruptura total con
la soga neoliberal que esquilmaba las riquezas del país que
controlaban la burguesía y oligarquía venezolanas y las grandes
empresas multinacionales (sobre todo estadounidenses). Los cambios
sociales, económicos y políticos en los últimos 19 años han
transformado al país y ha mejorado sustancialmente las condiciones
de vida de la población, sobre todo de los más pobres.
El Gobierno
democrático bolivariano comenzó una lucha titánica con fuertes
inversiones sociales para dar identidad a millones de ciudadanos,
acabar con pobreza extrema, mejorar y casi erradicar la mortalidad
infantil, escolarizar a todos los niños, establecer una sanidad
pública y gratuita, construir miles de viviendas sociales, casi
acabar con el paro (5%), dotar a la ciudadanía de herramientas para
su propia organización y toma de decisiones relacionadas con todo lo
público, posibilitar medios de comunicación alternativos
controlados por los propios vecinos y, sobre todo, intervenir y
administrar los recursos naturales para que su riqueza recayera en la
mejora de las condiciones vida de los venezolanos.
Todo ello produce un
choque de intereses entre el Gobierno Bolivariano y los poderes
fácticos que han dominado y controlado el panorama social, político
y económico hasta 1998. Pero la burguesía y oligarquía venezolanas
a pesar que cuenta con muchos medios económicos (bastantes de la
CIA), con poderosos medios de comunicación, con el control de una
parte importante de la economía y con el apoyo yanqui, no ha sido
capaz de derrotar por medios democráticos al Gobierno Bolivariano.
Como ocurrió con otras democracias de izquierdas (Chile de Salvador
Allende) desde la llegada al Gobierno de Chaves la extrema derecha
golpista y terrorista, encuadrada en la Mesa por la Unidad
Democrática (MUD), planteó acabar con el estado democrático
venezolano.
La
ofensiva desatada por las élites económicas venezolanas contra el
Gobierno de Chávez ha continuado con el de Maduro. La extrema
derecha oligárquica venezolana controla una parte importante de la
comercialización y distribución de alimentos (los retienen o los
queman para que haya desabastecimiento), cuenta con el apoyo de los
grandes medios de comunicación nacionales y de los países
extranjeros que defienden al capitalismo neoliberal (entre ellos
España), que tergiversan la situación del país y hacen continuas
llamadas a la rebelión y a la sedición. Pero además, y en una fase
de guerra total, utiliza las calles para sembrar el terror e intentar
por la fuerza derribar al Gobierno, esperando que el conflicto social
violento se generalice y propicie la intervención militar de países
extranjeros. No podemos olvidar que en Colombia hay siete bases
militares americanas dispuestas a actuar en cualquier momento y
países dispuestos a intervenir (Colombia, Méjico,…) en nombre de
los DDHH y las libertades en Venezuela, aunque sea uno de los países
de Latinoamérica que más lucha por “preservar la paz y mantener
la institucionalidad democrática”, según acuerdo del Consejo de
DDHH de la Organización de Naciones Unidas del pasado mes de Junio.
Los métodos, para
esta insurrección violenta, son ya de sobra conocidos. En estos años
ha habido dos intentos de golpe de estado. Y, desde hace tres años,
hay continuas manifestaciones de grupos terroristas (Guarimbas,
grupos terroristas comandados por Leopoldo López y Henrique
Capriles)
que siembran el pánico entre la población. Son grupos organizados,
no demasiado numerosos, pagados con fondos de la CIA a través de la
Fundación
Nacional para la Democracia (NED),
que cuenta con todo tipo de materiales (casco, escudos, máscaras
antigás, palos, piedras, cócteles, armas de fuego,…) para
enfrentarse de forma violenta a la fuerzas de orden público, atacar
o quemar organismo públicos y privados (hospitales, colegios,
ayuntamientos, sedes de partidos de izquierdas,…) y acabar
sembrando la muerte y el terror entre los ciudadanos. En 2014, los
guarimberos mataron a 43 personas. Desde el pasado mes de Abril se ha
intensificado la insurrección violenta como estrategia para derribar
al Gobierno de Nicolás Maduro. Desde que comenzó esta última
ofensiva, son ya más de 115 personas asesinadas, entre
ellas 30 chavistas quemados vivos, más de 20 policías y fuerzas de
orden público asesinados, al igual que muchos ciudadanos y algunos
manifestantes guarimberos muertos por la detonación en sus manos de
los explosivos que portaban (se ve que la CIA no los enseñó a
manejarlos correctamente).
Da
escalofrío desde el otro extremo del mundo contemplar las imágenes
(que millones de ciudadanos con incapaces de analizar y se convencen
de las mentiras que acompañan) que nos ofrecen nuestros medios de
desinformación públicos y privados de los manifestantes “pacíficos”
enfrentándose a las fuerzas del orden público y atentando contra
normales ciudadanos. Se puede observar que son grupos terroristas
organizados para delinquir, con cascos, pasamontañas, máscaras
antigás, escudos, cócteles molotov, armas de fuego,…Mientras
tanto, el Gobierno de Nicolás Maduro se muestra conciliador –grave
error- y ha liberado de la cárcel a un terrorista, Leopoldo López y
sigue llamando al diálogo con la oposición. Ël debe saber que eso
no es posible, que esta oposición sediciosa no quiere la paz. En
Enero los representantes de la extrema derecha rompieron las
conversaciones, “no desean un acuerdo pacífico y democrático,
sino tumbar por la fuerza al Gobierno” ¿Qué pasaría en cualquier
país europeo y, sobre todo en España (Ley Mordaza), si se dieran
esas manifestaciones? Posiblemente esos guarimberos estarían en la
cárcel para toda su vida. (Comparemos esto con los presos y
encausados que hay en España por manifestarse pacíficamente o
criticar la nefasta labor del Gobierno). Sin embargo, a esos
terroristas, Rajoy, Rivera, González y toda una camada de élites
fascistas los tacha de “demócratas” y a los que la justicia
venezolana condena, los llaman “presos políticos”.
Está
claro que la dura situación social, política y económica,
organizada desde las élites oligárquicas, que vive el pueblo
venezolano es consecuencia de una falta de decisión política, que
muestra demasiada condescendencia con estos asesinos. El Gobierno de
Nicolás Maduro tiene en sus manos herramientas legales y
democráticas, amparadas por la Constitución de 1999, para acabar de
una vez con las llamadas a la rebelión contra el Gobierno
democrático desde los medios de comunicación privados venezolanos,
restablecer el control y los canales de distribución de alimentos y
productos de primera necesidad y acabar con la barbarie terrorista.
¡Será
o ellos (oligarcas y sus cómplices) o el triunfo del pueblo y la
revolución bolivariana!
Un análisis mas ajustado a los hechos. Se agradece ante la pueril y malvada manipulación del imperio y sus lameculos.
ResponderEliminarMe ha encantado el artículo. Esto mismo ocurre en otros países africanos, en donde se subvencionan grupos terroristas para derrocar un gobierno.
ResponderEliminarSabes Juan haces un paralogismo para no reconocer lo que ocurre de verdad
ResponderEliminaren Venezuela.Te imaginas tu blog alli,criticando al presidente.Seguro que
vives como un burgues expresandote como un proletario y fabricandote un
mundo aterrador.Como decia Holbach:El sentimiento de ser libre se funda en nuestra ignorancia. No hay ‘fronteras’ para el pensamiento libre. Salud.
El Escevola.
Excelente análisis. Una realidad de lo que sucede realmente en Venezuela. Las condiciones de esta nación ha demostrado que el pueblo tiene la razón. Y coincido con Usted de que Maduro ha sido muy noble con estos vende patrias. porque si fuera al revés estos ya hubiesen actuado de manera catastrófica con el gobierno de Maduro. Saludos fraternos.
ResponderEliminarAl anónimo, yo le diría que se imagine un incitador a la violencia como es López, y sus amiguetes, habría que imaginarlos aquí, dónde estarían, si a un Sr. como José Bódalo por un empujón no aclarado le han caído tres años de cárcel. O que le ocurría a quienes tiran a la policía cocteles Molotov, si aplican lo de terrorismo hasta la saciedad, qué ocurría con esta gente. Pues muy fácil aquí estarían en la cárcel. Y sus dirigentes también. Sin embargo las oligarquías y sus adláteres en España defienden a estos delincuentes, los apoyan y los llaman insurrectos, esa es la doble vara de medir.
ResponderEliminarProverbial artículo de Juan. El neocapitalismo posee los mass media y todo su aparato ideológico mundial para denostar todo movimiento anticapitalista que acaezca en el globo. Y en América Latina se han dado procesos de autonomización respecto del capitalismo mundial, algo que el sistema no puede permitir; de ahí ese ataque visceral contra Venezuela que, con diferencias, nos recuerda lo ocurrido con la Unidad Popular chilena.
ResponderEliminarDesde la izquierda debemos hacer críticas a la revolución bolivariana, pero desde la lealtad y apoyo a Venezuela en estos momentos de acoso del capitalismo global contra ella.
Joaquín Luque Tenllado