Juan Rivera
Colectivo Prometeo
FCSM
Cuando en una clase de
Historia los alumnos piden que les intente dibujar con un ejemplo el
concepto de “Franquismo sociológico” que acabamos de
abordar, recurro a una anécdota vivida hace varias décadas.
Un buen día tocaron el
timbre del piso familiar (barriada de viviendas sociales,vecindario
de albañiles, limpiadoras, dependientas, jornaleros y lo que hoy
definiríamos como “ precarios”, ese magma de empleos sin
asegurar y horas no declaradas que traspasa desde siempre la vida de
millones de españoles.Microeconomía real) y al abrir encontramos a
tres mujeres con residencia en las calles del centro del pueblo,
“señoras de toda la vida” que, por las pintas, era la
primera vez que visitaban al que despectivamente en sus círculos
llamaban “barrio de los vikingos”.
Llevaban unas hojas en
la mano y en ellas recopilaban firmas pidiendo el indulto para “Don
Domingo”(sic). Añado antecedentes históricos: el Don se
refería a Domingo
Solís Ruiz,
hermanísimo del sempiterno ministro de Franco y sonrisa del Régimen
José Solís Ruiz.
Teníamos en común lugar de nacimiento y, gracias al Latín, un
gentilicio respetable.
Si
os molestáis en remover hemerotecas, la Sala Segunda del Tribunal
Supremo acababa de desestimar (1994) el recurso de casación
interpuesto a la sentencia dictada por la Audiencia de Jaén en junio
de 1992 que condenaba a los tres máximos responsables de la Caja
Rural y Unión Territorial de Cooperativas ( UTECO)- entre ellos al
susodicho y su hijo- a un total de 11 años de cárcel por delitos de
falsedad en documento mercantil y apropiación indebida. El caso se
remontaba a 1982, los autos de procesamiento se habían dictado en el
86 y el juicio se celebró en el 92. Tiempos acordes a la costumbre
que la Justicia española impone cuando el afectado tiene un don
diferente al de “don
nadie”.
Cuando
las buenas señoras, más acostumbradas al ajetreo de las mesas
petitorias que a visitar portales en territorio comanche, acabaron
una perorata que incluía conceptos como “extraordinaria
familia”, “ favores debidos” o “ buen nombre del pueblo”
mi madre les preguntó: “
El hijo de mi vecina Luisa, tres bloques más abajo, ha sido detenido
por unos robos. Es drogadicto y tiene SIDA.¿ También estáis
recogiendo firmas para su indulto?”
A lo que las tres al unísono contestaron:”¡
Nooooo! ¡Ese es un chorizo y un ladrón!”.
Los
alumnos siempre captan el concepto.