Rafael Juan Ruiz
Colectivo Prometeo y Frente Cívico "Somos Mayoría"
Es muy difícil de digerir lo
ocurrido en nuestra ciudad durante la pasada Semana Santa y, si me apuran aún
más, lo que está viniendo después. Por segundo año consecutivo el entorno de
NUESTRA Mezquita-Catedral, incluyendo el Campo de la Verdad, ha vivido una
semana bloqueado, maltratado y sitiado. Y, por lo que nos transmiten nuestros
mandatarios municipales así seguirá, pues han dejado que quien decida qué zona
de la ciudad ocupa para sus actos sea la Agrupación de Cofradías.
Las personas que vivimos en la
zona no sabemos, en esas fechas, cómo volver a casa habiendo salido al mediodía
porque, a partir de cierta hora, no te dejan pasar. No hay transporte público
dependiendo de dónde estés. Y, por supuesto, ni pensar en pasar por la propia zona
de la Mezquita-Catedral. Durante más de una semana, la zona se convierte en un auténtico
parque temático de pago impuesto que coarta la libertad de aquellas personas
que no les gusta ese espectáculo, que no son creyentes o que, simplemente,
necesitan circular de manera normal por sus calles. Personalmente tuve que
aguantar a algún energúmeno decir, al intentar acceder a mi casa, que si no me
gustaban las procesiones que no saliera, sólo por pedir educadamente que me
dejaran pasar hacia ella. Sin otra alternativa. Si a las 19’00 horas estabas en
Claudio Marcelo y querías ir al Campo de la Verdad, tenías que ir al Puente de
San Rafael o al del Arenal.
Aún recuerdo como se trasladó la
feria de mayo al Arenal para tener más sitio y para no molestar el normal
desarrollo de la actividad en la ciudad. En este caso, hemos retrocedido.
Hasta aquí pudiera ser que
algunas personas tuviéramos que asumir el perder nuestra libertad en pro de un
espectáculo que disfruta otra parte de la ciudadanía. Podríamos hacer un
esfuerzo como lo hacemos en tener que consentir que militares con símbolos,
ideas y actitudes fascistas recorran la zona porteando o acompañando a una
figura religiosa. Como tenemos que aguantar que las víctimas de ese cuerpo
militar aún estén en cunetas mientras son bendecidos y apoyados por políticos e
Iglesia, y esa parte de la ciudadanía. Pero, lo que ocurre en esta carrera oficial
es mucho más grave que eso (que ya lo es) Con la colocación de palcos y sillas,
como se ha demostrado en miles de fotos que han circulado por toda España,
sobre andenes de la Mezquita-Catedral o en la Puerta del Puente, se ha dañado
nuestro Patrimonio Cultural, que es de la Humanidad. Recuerdo de niño esos
mismos andenes destrozados por la dejadez (cuando no expolio) del franquismo y
cómo nos gastamos cientos de millones de euros públicos para arreglarlo. Para
luego regalársela por 30€ a la Iglesia Católica. Con la instalación de la
carrera oficial en esa zona, se ha actuado sin criterio, de forma bárbara e
importando un bledo las consecuencias de esa instalación. Lamentable, a partes
iguales, la actitud de la Consejería de Cultura (no se podría esperar otra cosa
teniendo en cuenta su titular en Córdoba) y del Ayuntamiento. ¡No me quiero
imaginar qué hubiera pasado si la décima parte de este despropósito lo hubieran
hecho manifestantes por los derechos laborales, por las pensiones, o por la
lucha feminista! El Ayuntamiento ha demostrado claramente que está “donde tiene que estar”, es decir, en el
lado contrario a la representación vecinal, como ha venido denunciado la
Federación Al-Zahara desde el año pasado. Impresentable.
En el teatrillo de “boutades” se
incluyen además opiniones lanzadas desde algunos periodistas apelando a la
“acción social” de las cofradías en los barrios donde se radican. Me da la
repetida impresión de que, de verdad, algunas personas piensan que esta
sociedad, de manera general, se traga todo. Y a veces creo que,
lamentablemente, tienen razón. Sin entrar en valorar lo atinadas de ciertas
afirmaciones o de si una sociedad ha de depender de acciones seudocaritativas,
¿qué tendrá que ver que una cofradía acoja a los jóvenes en su banda o ayude a las
personas pobres de su barrio con la ocupación y destrozo de la zona turística y
patrimonial principal de la ciudad? ¡Por supuesto que los cofrades son vecinos!
pero ¿eso da derecho a privatizar y estropear un espacio público? ¿Y todavía
nos pide “tender puentes y comprensión”? ¿Más aún? ¿Ahora sí hablamos?
O a la Agrupación de Cofradías pedir
disculpas por los errores cuando los podían haber subsanado antes. Si la
Agrupación sabe que no se pueden poner andamios para palcos en los andenes y en
las paredes de los monumentos porque está prohibido, porque se lo han dicho y,
simplemente, porque se estropean, ¿por qué no lo evitan en vez de pedir
disculpas después “por pequeños errores subsanables”? Evidentemente, intentan
parecer amables frente al intransigente que no deja que dañen los monumentos o
que se molesta por quedar aislado en su propia ciudad. Lo dicho. Creen que nos
tragamos todo.
Vivo en plena zona afectada. El
año pasado y este me he encontrado con muchísimos turistas que estaban
sorprendidos porque no podían pasear por la zona que les hizo venir a Córdoba. Que
les parecía increíble que hubiera que pagar por ver las procesiones. Que
incluso se les tapara la visión con láminas a la altura de los ojos. Y cuando
se enteraban que ese dinero iba para unas asociaciones privadas, su
incredulidad no tenía límite. ¡¡Y todavía pretenden hacernos creer que es en
beneficio de la economía de la ciudad!!
Hablemos, sí. Como viene pidiendo
la representación vecinal desde el año pasado y no sólo no se le escucha, sino
que se le excluye de las comisiones creadas al efecto. Hablemos, sí, pero desde
el respeto a la ley (¡vaya!) que exige que se cuiden los monumentos y los
espacios públicos. Hablemos, sí, pero sin la imposición previa de que la
carrera oficial de la Semana Santa sea dónde hoy es y de la forma que hoy es.
Entonces, hablemos. Hace unos meses, ahora, siempre, hablemos.
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