Fuente: Cuarto Poder
[ A raíz de los dos artículos firmados por Héctor/ Manolo/ Julio sobre el "Decreto Dignidad" y las réplicas a las reflexiones de nuestros compañeros ( podéis encontrarlo todo en el blog buscando la entrada "Matteo Salvini"), se ha generado en la red un interesante debate.
Posteriores informaciones periodísticas han agrandado la repercusión e introducido dosis de desconcierto y estupor por las afirmaciones puestas en boca de algún firmante, sobre lo que pretendían políticamente con sus escritos.
Hoy Manolo Monereo aclara algunos de los puntos más controvertidos.Creemos la clarificación muy necesaria ya que sabemos - porque así nos lo han transmitido desde todos los rincones de España- que la confusión en muchos sectores de la Izquierda ha sido una realidad tangible.
Reproducimos la entrevista aparecida en Cuarto Poder ]
El artículo publicado por Héctor Illueca, Manolo Monereo y Julio Anguita el pasado 5 de septiembre en cuartopoder.es
ha suscitado un impresionante debate en medios de comunicación y redes
sociales que ha abierto un mar de dudas sobre la actual situación
política europea y el papel que han jugado, están jugando y deben jugar
las izquierdas en ella. Respuestas desde la discrepancia y desde el
apoyo a las tesis planteadas por los autores han sido publicadas en
distintos medios de comunicación. Diferentes tonos, algunos amables y
otros no tanto, hemos encontrado en los argumentos publicados durante el
debate.
En este periódico, publicamos dos respuestas más, las cuales también fueron muy debatidas públicamente. La primera, la escrita por Miguel Urbán y Brais Fernández, ambos militantes Anticapitalistas, y, la segunda, por Alberto Tena y Giuseppe Quaresma. Ayer mismo, los tres autores del primer artículo volvían a responder en este diario a algunas de las críticas. Para intentar resolver algunas dudas que puedan quedar pendientes, preguntamos a Manolo Monereo (Jaén, 1950), diputado de Unidos Podemos y colaborador de este periódico,
sobre la polémica suscitada y sobre un debate que tiene que ver con la
viabilidad de la Unión Europea, la respuesta que esta está dando a la
crisis migratoria y con hacia dónde van las izquierdas en la actualidad.
– A lo largo de este debate, se ha destapado una vieja
discusión de la izquierda sobre si es posible reformar la Unión Europea
para desarrollar políticas que beneficien a las clases populares o es
necesario romper con ella. ¿Es posible dentro del Euro desarrollar estas
políticas?
– Nuestra posición en esto es clara y rotunda. La UE es una máquina
de construir fascistas y extrema derecha porque provoca enorme
desigualdades sociales, una pérdida de la calidad de la democracia y
abandona la soberanía popular. La UE ha constitucionalizado las
políticas neoliberales, ha construido una Europa bajo la hegemonía
alemana y ha incrementado las desigualdades sociales, dejando a un lado
la democracia como la conocíamos. Esta UE se ha convertido en la mayor
enemiga de Europa. Nosotros queremos una UE europea y no norteamericana.
– ¿Y tiene cabida dentro de esta institucionalidad europea una alternativa de izquierdas?
– Al juicio de Anguita, Illueca y el mío, no. Lo que planteamos es un
cambio en los tratados fundamentales y la salida del Euro, sobre todo
de los países del sur. Siempre se han establecido unas reglas que le
vienen bien a Alemania y perjudican a los países del sur. Una Europa
alemana es una Europa que rompe con una parte de la historia europea, la
ligada al movimiento obrero, a lo social, al sindicalismo de clase y a
la soberanía popular. Construir una Europa contra las patrias, pueblos y
sociedades es hacer que la extrema derecha vuelva. Lo que planteamos es
que si la extrema derecha vuelve es por una izquierda que ha sido
incapaz de generar un proyecto de sociedad que rompa con unos criterios
que sólo favorecen la desigualdad, la pérdida de democracia y la pérdida del sentido de esta para las mayorías sociales.
– A raíz de esta polémica, El Confidencial publicaba
que están creando una corriente dentro del ámbito de Podemos que podría
conectar con Salvini. ¿Hay alguna iniciativa de organizar algo así?
– Yo no sé de dónde ha podido salir algo así. Lo que queremos organizar
es una asociación al servicio de la III República y eso no tiene nada
que ver con Unidos Podemos ni con nada de esto. Lo que queremos hacer es
que en nuestro país, en un momento en el que la corrupción llega a la
casa de los borbones, se propicie un debate político y cultural en torno
a la república. Eso va más allá de Unidos Podemos y de la izquierda. La
III República no sólo será de la izquierda, será democrática,
federalista, defensora de los derechos sociales e irá más allá de la
izquierda tal y como la conocemos hoy.
En otro artículo en
ese mismo medio, se plantea que están ustedes tomando posiciones ante
una posible ruptura del espacio de Unidos Podemos. ¿Ve esta ruptura en
el horizonte? ¿Creen que ya no es posible esa unidad popular de la que
tanto tiempo llevamos hablando?
– Nosotros nos sentimos muy a gusto en Unidos Podemos. No sólo no
queremos romper la actual unidad, queremos ampliarla. Estamos en una
estrategia de unidad popular que hemos defendido siempre, hemos dedicado
libros enteros para defenderla, y nos sentimos orgullosos de ser parte
de este espacio. Queremos fortalecer este espacio, ampliarlo, para
convertirlo en una alternativa de gobierno de mayorías. Defendemos el
proyecto originario, no queremos ser una fuerza subalterna ni una
muletilla de izquierdas del PSOE. Queremos fortalecer Unidos Podemos.
– Se les ha criticado mucho que, al hablar del Decreto Dignidad italiano, hayan pasado por encima sobre las políticas racistas y xenófobas de ese gobierno.
¿Qué opinión le merecen las políticas migratorias de Salvini? ¿El
secuestro de decenas de personas migrantes en un barco sin facilitarles
un puerto o el censo de gitanos que se ha empezado a elaborar en Italia?
– Lo que nos parece increíble es que se ataque a Salvini y no a la UE,
como si la UE hiciera políticas migratorias diferentes a las que Salvini
hace. Creemos que el dominio de lo políticamente incorrecto es el
dominio del doble valor de las palabras. La UE ha hecho unas políticas
que no son diferentes a las de Orban, de Polonia o la extrema derecha.
La UE está generando una línea de hierro que impide que lleguen
migrantes, estamos externalizando las fronteras al Sahel, estamos
creando políticas muy duras contra las personas migrantes. ¿Cuál es la
diferencia que hace Salvini? La diferencia es que hace política
públicamente con esto, mientras que la UE se calla, la oculta. Estamos
en desacuerdo con la política migratoria de Salvini y de la UE, que no
se diferencian. Salvini es xenófobo y usa esa política, pero las
políticas son muy parecidas. ¿Queda claro?
– Para que quede más claro. En esta III República por la que
apuestan ustedes, ¿los derechos de las personas migrantes estarían
garantizados?
– Por supuesto, es que queremos república para garantizar los
derechos de las personas. Queremos constitucionalizar todos estos
derechos. Lo que advertimos es que si no se resuelven los problemas en
el origen, no se resolverá nunca el problema migratorio. Y hace falta un
New Deal en África, no un Plan Marshall. Un nuevo acuerdo de Europa con
los pueblos africanos, hace falta que de una vez por todas se
transfieran rentas para propiciar el desarrollo en África para que los
africanos puedan vivir por sus propios recursos, para que las grandes
multinacionales no sigan comerciando con los recursos africanos y sigan
sobreexplotando África. Queremos que los cuadros sociales de África se
puedan desarrollar para que puedan desarrollar sus países. Frente a
esto, las políticas de la UE lo único que hacen es propiciar el libre
cambio y la extenuación de los recursos naturales y hacer insostenible
la vida en África. Eso hace que todas estas personas abandonen sus
países, porque no pueden vivir en ellos.
– Otra medida que
se les ha criticado es que no hayan criticado la medida del Flat Tax
italiana, que iguala la carga impositiva entre todos los niveles de
renta…
– En el artículo de ayer planteábamos que esa es la gran debilidad
del gobierno italiano actual. Mientras que desde el Movimiento 5
Estrellas se está planteando una redistribución fiscal, el dominio que
tiene Salvini hace que favorezca a su base social, la pequeña empresa
del norte de Italia. Nosotros estamos más de acuerdo con otros sectores
del gobierno que plantean reformas progresivas en Italia. Pero todo eso
se está discutiendo en Italia, el problema es que eso no se discutía con
el PDI. Queremos señalar que la supuesta izquierda italiana está más a
la derecha de lo que está este gobierno en este asunto, ese es el
problema. Mientras ahora se discute, antes no se discutía. Es una
crítica a la izquierda italiana y a la socialdemocracia europea.
– En un artículo en Ctxt de Clara Ramas,
se plantea que, tal y como dice Nancy Fraser, el ‘neoliberalismo
progresista’ dominante en buena parte de Europa hoy establece una
dicotomía entre ese multiculturalismo globalista y bienitencionado y las
clases populares y el precariado que se ven como clases retrógradas.
¿Es necesaria esta dualidad, no se puede romper?
– Nancy Fraser es nuestra maestra, es una de nuestras referentes
intelectuales. Estamos de acuerdo con su crítica a esta supuesta
izquierda, que es una izquierda neoliberal. Plantea, por ejemplo, el
dilema entre el reconocimiento y la retribución, que el reconocimiento
al movimiento feminista tiene que ir acompañado de una retribución de
las rentas y de poder. Para decirlo en un lenguaje más clásico, sin
horizonte socialista la lucha social se queda sin fundamento útil.
Nosotros reivindicamos un horizonte anticapitalista y socialista que
rompa con la UE y favorezca a las clases trabajadores.
Antes el
problema de la izquierda era el capital, ahora el problema de la
izquierda es que no conoce a su pueblo, se separa de él, no es capaz de
generarle alternativas. Eso deja a la extrema derecha todo el territorio
para que recomponga su estrategia. Para nosotros es un problema muy
complejo. Si la izquierda no se basa en el reconocimiento y en la
redistribución, el multiculturalismo será enterrado por las doctrinas
neoliberales. Lo que está en crisis es la izquierda de Blair y de
Clinton, la que nosotros referenciamos es la de Melénchon, Corbyn,
Lafontaine y Pablo Iglesias. La izquierda que tiene un horizonte
socialista y anticapitalista, sin eso estamos perdidos.
–
Se ha mostrado en contra del Euro. En esta lucha contra el Euro,
¿cabrían alianzas con fuerzas de extrema derecha que también lo están?
– Nosotros proponemos alianzas con las izquierdas que están en contra
de esta UE. Queremos establecer un acuerdo basado en la democracia, en
la defensa de las libertades y derechos sociales y con una perspectiva
democrático-socialista. No tenemos que ver nada con una extrema derecha.
Para nosotros, la defensa de las libertades democráticas y derechos
sociales es fundamental.
Estamos convencidos de que no se puede
construir Europa contra los estados, patrias y pueblos, eso es una
concepción neoliberal y no se corresponde con la realidad. Lo que se
está construyendo es un orden neoliberal en una Europa de hegemonía
alemana que no se corresponde con los intereses de los pueblos. Si no
establecemos una Europa que sea capaz de hacer confluir democracia,
patrias, pueblos y derechos, vendrán tiempos peores.
–
¿Cómo valora la iniciativa de parte de la izquierda alemana ‘En Pie’ que
adopta una postura diferente con respecto a la migración de la de la
izquierda tradicional?
– Pido coherencia. Enseñarle nosotros a Sarah Wagenknecht, a una
parte de Die Linke o a una parte de la socialdemocracia lo que es
democracia me parece un límite. Nosotros no tenemos ninguna reserva en
el carácter democrático y social de esta fuerza alemana. Intentamos
entenderla y explicarla, porque serán nuestros aliados en las elecciones
europeas, igual que lo serán Melénchon, el Bloque de Portugal y otras
fuerzas de izquierdas. Es decir, no aceptamos la mayor, que esta fuerza
sea una fuerza chouvinista, imperialista o antidemocrática, creemos que
eso no tiene fundamento. Por cierto, las encuestas les dan un gran
resultado electoral, está habiendo una recomposición de la propia
izquierda alemana.
La prueba de la izquierda siempre es saber cómo
juzga a los poderes. Los mayores críticos de la política alemana con
los países del sur son Sarah Wagenknecht y Oskar Lafontaine. Para
nosotros, esa es la prueba del nueve de que están en la izquierda. Otra
cosa son sus debates sobre política migratoria y estamos convencidos de
que estarán en los valores centrales de la izquierda alemana en esta
materia.
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