Juan Rivera
Colectivo Prometeo
Despertamos
con el amargo desayuno de la aplastante victoria del ultraderechista
Bolsonaro (55,1 % frente al 44,9% de Haddad, casi 11 millones de votos de diferencia) en las
elecciones presidenciales celebradas en Brasil. Nuevamente el
discurso de la intolerancia,militarismo, odio al diferente y
desprecio al pobre encuentra un nutrido caladero de votos. En este
caso la puesta en escena viene acompañada de un alineamiento público
y estético con los sectores religiosos más reaccionarios de las
Iglesias católica y evangelista del país convirtiendo la pesadilla en lema:“Dios por encima de todos”.
No
banalicemos la situación pues no estamos ante “ versos
sueltos”.Huele más a preludio de campo minado porque cuando el
electorado brasileño se ha dirigido a votar sabía que el exmilitar
-nostálgico de la odiosa dictadura que asoló su país entre 1964 y
1985- ve como solución económica
la de “privatizar
aceleradamente” las
empresas públicas
rentables, como medida medioambiental
abandonar el “ Acuerdo de París” sobre el cambio climático y en
educación prohibir
las enseñanzas de igualdad de género, raza o cualquier otro
concepto que linde con derechos humanos aunque sea tangencialmente
pues la Educación debe estar- según él- para “ atender
las necesidades de la Economía”,
no para formar personas.
De propina se declara partidario de
“acabar con cualquier
activismo” ( léase
grupos defensores de derechos sociales, ONG´s, seguramente a medida
que avance su mandato – aún no es capa de verbalizarlo – meterá
en el saco a partidos y movimientos opositores) , califica de “
terroristas” las
protestas de campesinos sin tierras o pregona dar barra libre al uso
de la violencia por parte de los cuerpos de ¿ seguridad?:
Afirmaciones como "Si un policía mata a veinte
delincuentes con diez tiros a cada uno tiene que ser condecorado"
así lo atestiguan.
Todas
estas barbaridades ¡y muchas más! eran conocidas por los brasileños
antes de depositar la papeleta, lo que no ha impedido , al igual
que ocurrió en EE.UU., Italia, Hungría ,Austria, o Francia con
gran fuerza o países nórdicos y Alemania con menor relevancia, el
respaldo creciente a las tesis.
El
grito de “ nosotros primero”
es la epidemia de moda. Los brasileños, estadounidenses, franceses,
italianos ...o españoles, tienen que ser los primeros para todo.Salvo cuando se trate de pagar impuestos para hacer más grande a la
Patria, que en ese caso resulta imposible sustraerse al tirón o al (nada)
discreto encanto de los paraísos fiscales.
Ojalá
el nuevo presidente brasileño empiece su mandato con la coherencia de predicar dando ejemplo y se aplique su relato.
Entonces lo veremos subirse con toda su familia al avión y
retornar definitivamente a su país de origen,Italia, para
reconectar con sus parientes de la norteña Anguillara Veneta
buscando la huella de su bisabuelo Vittorio. Ya saben, el inmigrante sin
papeles que llegó pobre y con una mano delante y otra detrás al
país carioca, con la legitima aspiración- aunque ahora no parezca tan legítima si otros lo intentan a ojos del bisnieto triunfador- de proporcionar a los suyos un
futuro mejor.
En
el vuelo puede llevar al primer mandatario que lo ha felicitado,
Donald y con una pequeña escala devolver a su tierra de origen
-Alemania- al nieto de Friedrich Drumpf ( así se llamaba entonces,
no Trump) el avispado y poco escrupuloso inmigrante que a los 16 años
emigró a EEUU donde hizo fortuna con hoteles y restaurantes que
funcionaron como prostíbulos durante la fiebre del oro. Se nota que
cuando el rubicundo y ultraconservador político estadounidense
habla de “ redes mafiosas y trata de personas”, mientras hace una
pausa en la construcción del muro de la vergüenza de su frontera
Sur con el objetivo de parar la inmigración latina, domina el tema.
Al
finalizar su viaje de regreso ( indiano triunfador,¡qué más puede
pedir!), Bolsonaro tiene todas las papeletas para convertirse en el
más querido asesor del ministro Matteo Salvini, dado que comparten
al 100% raíces patrias y prejuicios ideológicos.
Volvemos a asistir, con la impagable ayuda de los medios de difusión
, al festival de quitar hierro a las propuestas retrógradas,
minimizar los excesos hasta ahora verbales del ganador, mirar a otro
lado y santificar el “ pelillos a la mar”, pues el Orden ( en
esta acepción el verdadero, el auténtico poder, no la frasecita
“ orden y progreso” de la bandera brasileña ) piensa que pronto
domesticará el instrumento por él financiado y le limará las
aristas, mientras tapa los excesos.
Sigue
la misma dinámica de los años 30 del siglo XX cuando loaba a
Mussolini como “ estadista” a la vez que Hitler ( 1938) se
quedaba a las puertas del Nobel de la Paz.¿ Imagináis la cara que
se le pudo poner en 1941 , cuando se perfila la “ solución final”
al industrial, gran empresario o millonario judío que apoyase con
su voto en sus inicios al Partido Nazi para que éste sirviese de
freno a su gran enemigo, la hidra roja del KPD?
La
misma que se le pondrá dentro de poco al negro de la favela, al
pobre hasta ayer beneficiado por el programa de ayuda “ Bolsa
Familia” o a la feminista convencida que , hastiados de las
corrupciones y fallos de la izquierda han dado una oportunidad , pero
no a la paz de Lennon, sino al partido belicista. Especialmente
cuando descubran en sus propias carnes que no pertenecen a la élite
económica para la que van a gobernar los nuevos y que , además, en
muchos casos cargan con el estigma racial ante unos ojos de Gran
Hermano contrarios a la igualdad.
El
festín, el atracón que se va a dar la ultraderecha en el gran
estado sudamericano hace relamerse a nuestros gatos autóctonos.
Veremos donde quedan los ardientes defensores de los derechos
humanos...en Venezuela, cuando desde Brasilia, Sao Paulo o cualquier
rincón de la Amazonia a punto de caer deforestada, se pasen por la
entrepierna los derechos de quienes cuestionen fondo y forma del
partido pro golpista.
Uno
de los elementos más aterradores, por significativos, es que la
campaña electoral brasileña se ha desarrollado casi sin debates
directos sobre programa y con el tronar en las redes de noticias
falsas. Ahora le vemos sentido a los programas de televisión basura.
Tenían como misión ser pioneros, abrir el camino al consumo masivo
de noticias enfocadas a las vísceras para que no se sean analizadas
racionalmente por el cerebro. No nos extraña que entre los sueños
húmedos de Casado y Rivera esté el de comparecer travestidos de
Belén Esteban y gritar a los cuatro vientos “ Españolito,¡cómete
el pollo!” en la acepción polisémica de encontrar un pueblo
dispuesto a tragarse todos los desfalcos y corrupciones de la
Derecha y de camino el aguila/ pollo de la bandera rojigualda
franquista. A ello ayuda una monarquía bajo el “ nuevo” rey
Felipe VI que ideológicamente es percibida por el 70% de los
españoles como de derecha ( 47.5%) o extrema derecha (23.2%).
¿A quiénes nos enfrentamos? Básicamente a una organizada empresa de
esparcidores, no recogedores, de basura. De ahí su predilección por
las cloacas y estercoleros del Sistema. Y no olvidemos su
especialidad: las coartadas. Hoy “ mimar la esencia cristiana” de
nuestra cultura europea frente a la amenaza del inmigrante con piel de
cordero que esconde al feroz islamista.Ayer contra el peligro
comunista o los librepensadores.Anteayer de los judíos, cátaros...
Siempre defendiendo el pensamiento único.
Suena
a chiste pero la tragedia es que no lo es. El ejemplo siguiente, prueba palmaria de lo antes expuesto, vale más que un tratado.
Viniéndose arriba,sin ningún Rajoy gritando en voz alta “¡Viva el vino! “, ayer el candidato del PP a la Junta de
Andalucía pedía que se considerase delito meterse con la
Virgen Macarena.Suscribo totalmente la réplica del candidato de
Andalucía Adelante Antonio Maillo: No hay mayor insulto que un
genocida como Queipo de Llano esté enterrado en ese recinto y que al
PP le parezca estupendo ¿ Cuándo los conservadores españoles
dejarán de hacer apología del Franquismo?Nunca.
Estas "salidas" sí reflejan la esencia del pensamiento ultra,ese que se
expande por América y Europa bajo el paraguas de culpabilizar “a
los otros”. No nos pongamos de perfil, ni aquí ni en Brasil.Con
las cosas de vivir no se juega. Que luego sacudirse el yugo le cuesta
“sangre, sudor y lágrimas” incluso a muchos de los que
apadrinaron o quitaron importancia al sinsentido.
GENIAL
ResponderEliminarDesgraciadamente tienes toda la razón.
ResponderEliminarBrillante análisis. Enhorabuena