José Aguza Rincón
Colectivo Prometeo.
Vaya por delante que mi
campo laboral fue el sanitario y tal vez mi pensamiento en el terreno
educativo, pueda diferir de quienes desarrollan su actividad dentro
de la enseñanza o de los padres con hijos en edad escolar, pero sí
es cierto que existe un descontento importante desde hace décadas en
este ámbito.
Existen importantes
diferencias educativas de unas Comunidades a otras dentro del estado
español y no digamos si nos comparamos con otros países del
entorno.
Que la Educación en
Andalucía tiene problemas, a nadie que tenga hijos en la escuela o
la Universidad, se le escapa y no tiene que venir el nuevo Consejero
Sr. Imbroda, que no ha descubierto nada nuevo, en tono alarmista a
aterrorizar a los andaluces, con su amenaza de emergencia educativa y
propuestas de “revolución”. ¡Miedo me dan las revoluciones de
la derecha!
¿Acaso no es sospechosa
su idea de que como los tiempos están cambiando, nuestros hijos no
deben pensar en un futuro de estabilidad laboral en el que puedan
jubilarse un día? ¿Acaso pretende decir que un profesor, un
enfermero o un médico no siempre podrán trabajar en su profesión o
su lugar de residencia?
Esto solamente sugiere
que su idea de futuro es la precariedad laboral, ¿esa es su
revolución educativa?
Es necesario un acuerdo o
pacto de Estado, de largo recorrido, como es el caso de países como
Finlandia, Suiza, Islandia u otros estados europeos, donde
indiferentemente de quien gobierne, las leyes educativas no se
modifican continuamente dependiendo de la ideología del gobierno,
manteniendo de forma permanente e inalterables sus modelos educativos
consolidados y no politizados.
Son altamente sospechosas
las comparaciones que hace de la enseñanza concertada el Sr.
Imbroda, que en nuestra Comunidad no deja de aumentar de detrimento
de los centros públicos y frente a las carencias y recortes.
Es imprescindible
aumentar el presupuesto para Educación al menos al 6 ó 7% del PIB.
Baste decir por ejemplo, que en Portugal la educación es obligatoria
hasta los 18 años y cuenta con un presupuesto del 5%, superior al
que tiene España y las subvenciones a la educación concertada se
han reducido al 50% mientras sus rendimientos escolares en apenas dos
décadas, pasaron de ser un país de bajo nivel cultural a situarse
por encima de la media europea y superando a nuestro país, en el
décimo lugar de Europa, según el Informe PISA.
Según otro informe, el
World Economic Forum, el sistema educativo español ocupa el puesto
38 de 137 a nivel mundial, ocupando Suiza, Singapur o Finlandia los
tres primeros puestos.
Dependiendo de los
estudios, existen incongruencias en los datos, al ocupar España el
sexto país mundial de mayor matriculación en enseñanza superior o
universitaria, lo que no significa que todos terminen. Igualmente el
nivel respecto a Formación Profesional o Idiomas, nuestro país
vuelve a quedar relegado, quedando en el puesto 50 y 56
respectivamente del total de 61, aunque a nivel de Ingeniería seamos
los terceros a nivel mundial.
El fracaso escolar en la
educación secundaria sobrepasa en España el 23%, mientras que en
países como Finlandia apenas llega al 2%. En Andalucía el riesgo de
abandono ronda casi el cuarto de millón de alumnos y la solución no
pasa exclusivamente por la puesta en marcha de un programa de
refuerzo educativo en verano. Es una tarea continuada de
estimulación, fomento de creatividad y potenciación del talento del
alumno a lo largo de todo el curso. Es necesario favorecer la
conciliación de vida familiar y laboral que permita a los padres
compartir más tiempo con los hijos favoreciendo el desarrollo
afectivo, emocional y educativo.
Por otra parte sería
necesario el aumento de la edad de comienzo de la enseñanza
obligatoria, dado que es uno de los problemas que muchos alumnos
arrastran al inicio de su formación. En Finlandia comienza a los
siete años.
Otro objetivo debería
ser la reducción o eliminación de deberes para el hogar y fomentar
el tiempo de ocio y juegos, que mejoran las relaciones y desarrollo
del niño.
El actual Consejero de
Educación habla de la confrontación de ideas que puede estar bien,
pero dentro de un consenso político estable de la Enseñanza,
asegurando la estabilidad de los modelos o planes de estudio a lo
largo del tiempo y asegurando la motivación tanto del alumnado como
del propio profesorado y que no debe reducirse a Andalucía, sino que
debiera ser un objetivo del Estado a nivel nacional.
Este es precisamente el
motivo del éxito de la educación en Finlandia, donde la valoración
del profesorado es muy alta, gozando de un gran prestigio social y
equiparándose a la del médico, donde sólo acceden los mejor
preparados, con una elevadísima nota de acceso (9 sobre 10) y donde
se encuentran perfectamente remunerados.
La enseñanza es gratuita
desde infantil a la Universidad, incluyendo asistencia sanitaria y
comedor en primaria y secundaria.
Es un país donde se
tiene muy en cuenta la educación como una inversión de futuro.
Por esto, pienso que la
escuela debe ser un espacio de formación libre, excluyendo las
ideologías y fundamentalmente la religión (la Iglesia debe quedar
al margen de la Enseñanza) y que de una vez por todas, nos alejemos
de experiencias y modelos fracasados, dando una estabilidad educativa
y progresista.
Es urgente la redacción
de una nueva Ley de Educación y no una reforma o un parcheo de los
fracasos anteriores, no exclusivamente para Andalucía, sino a nivel
estatal, pero para eso es necesario tener voluntad de consenso y
miras de altura por el futuro de nuestro país y de nuestros hijos.
Ya está bien de
demagogias y de favoritismos políticos. Es prioritario salir de los
despachos y contactar a pie de calle con el pueblo, con los alumnos y
sus representantes y sus necesidades y actuar con coherencia, si de
verdad queremos alcanzar protagonismo con la sociedad y la cultura a
nivel internacional.
Para terminar decir que
es imprescindible dotar de un Presupuesto adecuado y fomentar los
recursos del Sistema Educativo Público, frente al excesivo auge de
la enseñanza concertada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario