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Los 138
días transcurridos entre el 28 de Abril y éste 13 de Septiembre, son pródigos
en enseñanzas, a poco que con visión diacrónica, enfoquemos los hechos ocurridos y los
estructuremos analíticamente en procesos, secuencias y períodos. La simple enunciación de la propuesta de
Gobierno de Coalición hecha por UP al PSOE, constituía una prueba el nueve que
afectaba tanto a ambos protagonistas como a otras fuerzas políticas y sectores
de opinión pública.
¿Cómo
podría el PSOE, sedicente fuerza política de la Izquierda europeísta, negarse a
algo tan habitual en otras latitudes del
continente cuando no se tiene una mayoría absoluta? ¿No habían conseguido ambas
fuerzas políticas un acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado? ¿Acaso
el proponente, es decir UP, no había sido el alma de la alianza parlamentaria
para que la Moción de Censura contra Rajoy la ganase Sánchez? ¿No se había
plegado UP a los vetos personales del candidato? ¿Era cierto o no, que en plena espiral de renuncias y cesiones UP, había
declarado que en la cuestión catalana se supeditaba a lo que decidiera el PSOE
cogobernante? ¿Por qué entonces el no sin un evidente y profundo desacuerdo programático que los
justificara? ¿Acaso otras fuerzas políticas, necesarias para la suma de 176
diputados, no anunciaron su apoyo al pacto entre los dos protagonistas del
acuerdo? Sobre las razones que hacían imposible el Gobierno de Coalición, el
autor de estas líneas ya ha escrito anteriormente. La prueba del nueve nos dice que, hoy por
hoy, un proyecto de Izquierda con el PSOE, es impensable.
Pero UP
tampoco queda exenta del examen que dimana de los hechos. El Gobierno de
Coalición, tal y como fue planteado, es decir con la perentoriedad del O César o
nada eliminaba de entrada otras
opciones de colaboración, acuerdo o estrategia: pacto de Investidura con un
programa parlamentario común acordado,
apoyo a la Investidura a cambio de determinadas
medidas y paso inmediato a la oposición, etc. Desde el inicio UP fue
taxativa y situó el marco de
negociación. Un marco, no olvidemos, que hubiera debido plantear Sánchez
inmediatamente después del 28 de Abril. No lo hizo y facilitó la iniciativa de
UP.
Personalmente
considero que UP hizo la propuesta que debía, en función de tres razones. La
primera estriba en los escaños resultantes de las elecciones. La segunda
estriba en la dinámica y el discurso que durante décadas una parte de la
Izquierda política y los sindicatos UGT y CCOO habían desarrollado: “La unidad
de la Izquierda frente a la Derecha” para hacer políticas sociales avanzadas. Y
la tercera radica en la imagen y ejemplo hacia afuera para explicitar la
posibilidad de una contraofensiva contra la extrema derecha y su avance.
Yo no estoy
convencido de que en el interno de UP creyesen con fundamento que el pacto era
posible; la historia de las décadas pasadas y los acuerdos entre el PSOE y el
PP en cuestiones que teóricamente debieran marcar diferencias entre ambos, no
avalaba en absoluto la posibilidad de su concreción. El Gobierno de Coalición
propuesto por UP, e independientemente de lo que dicha fuerza creyera, no ha
tenido más objetivo que clarificar quién es quién en la política española.
La prueba del nueve también afecta a estos sectores
que, inasequibles al desaliento, siguen manteniendo que la “Unidad de la
Izquierda” es impensable sin el PSOE. ¿Qué dirán y propondrán ahora? ¿Seguirán
demandando de la Izquierda el apoyo incondicional en aras de la “causa común”
contra la Derecha?
Si entre
los objetivos de los proponentes del Gobierno de Coalición figuraba también que
éste se retratase aún más ante la Izquierda y la ciudadanía en general, lo han
conseguido con creces. Pero nada más. Comienza ahora para UP la prueba del
nueve. Salvo que funcionen inexplicables atavismos y miedos escénicos que
conduzcan a un SÍ gratuito o malbaratado en la Investidura, las elecciones ya están
convocadas por los hechos. ¿Por qué hago esta afirmación?
Si en la campaña electoral UP pide el voto
para conseguir una mayor fuerza parlamentaria que logre del PSOE lo que ahora
no ha sido posible, insistir en lo mismo ya no sería un error sino un delito
político (valga la expresión). Tras la oferta de Gobierno de Coalición y su
posterior rechazo por el PSOE, solamente cabe erigirse en voluntad de construir
la alternativa, con los métodos, mecanismos democráticos, programas, alianzas y
organización inherentes a esa apuesta. Es lo que lógica puesta en marcha, la
dignidad política y las necesidades de la mayoría social exigen. Es el
corolario del César o nada.
ESTE DEBE SER NUESTRO MOMENTO
ResponderEliminarCuando al PSOE se ha gastado todas las excusas, cuando queda meridiano y clarísimo que el motivo de fondo para no aceptar nunca un gobierno de coalición es que Sánchez recibe órdenes de quienes mandan, y tienen motivos para impedir la mínima influencia de Unidas Podemos en un gobierno, nosotros tampoco tenemos excusas para hacer lo que es necesario y obligado. Me explicó un poco más:
Además de la razón permanente para hacer disminuir la fuerza de Unidas Podemos, de gente incontrolada por este sistema de extracción de rentas de los de abajo por las élites, existen motivos coyunturales para aislar con un cordón sanitario a Unidas Podemos.
En el ambiente están la situación que va crear la sentencia que se está redactando, en un proceso penal, pero que será la más política e histórica de las sentencias. Se agudizará la polarización sobre Cataluña, y el PSOE se unirá al trifachito apoyando un escarmiento ejemplar, con la excusa de ser preventivo de nuevas iniciativas unilaterales, pero que alimentará a los que no quieren diálogo alguno, cuando son los presos los más partidarios de una solución política. En el interés por desviar la atención de la gente de los problemas de respuesta inaplazable como la precariedad, el paro, de garantizar las pensiones, los servicios públicos cada vez más deteriorados, sobra y estorba Unidas Podemos. Mucho más cuando ya nos anuncian un recrudecimiento de la permanente crisis estafa en contra de los de abajo. Mucho más cuando el obediente PSOE, no quiere verse obligado a cumplir su programa, o hacer concesiones al programa de UP, como sería cumplir el acuerdo de presupuestos más social de la historia, que no fue aprobado por los independentistas catalanes.
Esos son los motivos que hacen imprescindibles unas nuevas elecciones para, ya sin ataduras, formar un gobierno duro frente a una salida política en Cataluña, pero ese argumento servirá, como excusa perfecta, para un pacto con la derecha, dura con la protección de los derechos de la ciudadanía.
Ante esa hoja de ruta, para romperla, Unidas Podemos tiene no solo el reto de agudizar las contradicciones del partido socialista. Por eso no ponemos problemas a que se imponga la estrategia del PSOE en el gobierno de coalición. Para eso, rompiendo los relatos de Iván Redondo, Pablo se pliega a los vetos inasumibles o propone y propone salidas que sabe que serán rechazadas porque la repetición de las elecciones está decidida desde el inicio, y Sánchez está, desde la moción de censura, en campaña electoral con el objetivo de destruir a Unidas Podemos, como enemigo a batir por las élites, para restaurar el bipartidismo monárquico.
Por eso, más allá de si hay elecciones, o no, vienen momentos decisivos. Con elecciones es urgente que nos convoquemos a la UNIDAD, en una campaña en la que ya no solo viene el trío de Colón, también viene un gobierno pactado por Sánchez con Rivera, o Casado.
Sin elecciones, lejos de centrarnos solo en estrategias partidarias, electorales, institucionales, será el momento de cuajar la Unidad social,(ojalá sindical), político (ojalá con muchas base electorales del socialismo coherente) en un movimiento de construcción de un Ideal de España. Un movimiento político y social que sea muy amplio, muy unitario, muy democrático, pero muy eficaz por estar muy organizado, donde quepa el 99 por ciento de la gente, de sus necesidades y sus sueños. Cuando nos creen en declive, este debe ser nuestro momento.
SIN FISURAS
ResponderEliminarNinguna fisura, ambiciones teresianas, o de cualquier otra índole debe haber, ni atisbos de repartir culpas alícuotamente, a ambos actores. La culpa de todo solo la tiene el neoliberalismo de estos que se autotitulan socialistas y, en grado superlativo, la marioneta del "poder", veleta, mediocre, que es el que está después de regalarle la presidencia UP está en funciones. El que desde el primer momento ha buscado los intereses de Redondo, el de "Limpiar Badalona" que salvo los vaivenes consecuencia de la astuci política de UP, han tenido que dar. Este Sr. carece de categoría y a demás está adolecido de un enorme complejo de inferioridad por tener la desgracia de tener al lado, ahora enfrente la capacidad y dominio político de Pablo Iglesias, y no saber lo que es la gratitud.
Si hay personal de ese que dice ser de izquierdas, o que aparenta serlo, y se queja de hastío y no va a votar, ni lo ha sido ni lo es, porque ahora es cuando se merece la plantilla darse con una piedra en los dientes. Y que se haga verdad si no es Presidente en septiembre no lo será nunca, y como me voy a reir, a la marquesa de Triana le pasó lo mismo.