Colectivo Prometeo
La
repetición electoral del 10 de noviembre tiene lugar fundamentalmente porque
los grandes poderes fácticos (IBEX, IGLESIA Y EJÉRCITO) de esta querida España,
no están dispuestos a permitir que entre en el gobierno de la Nación la coalición de izquierdas Unidas Podemos. Esto
ha convertido a nuestra gloriosa España
en un tubo de ensayo y transmutación de la realidad social de
esos poderes ocultos que nunca dan la cara y se esconden entre bambalinas, moviendo los hilos hacia el bipartidismo. Los ciudadanos y las
ciudadanas son sus auténticos conejillos
de laboratorio, manejados por algunos medios de comunicación de masas y la inoculación
del miedo y la culpa entre sus células para conseguir sus objetivos.
Pedro
Sánchez, el breve, es su baza más importante en esta coyuntura, en ese intento
de manejar a las masas con un resultado final con las cartas marcadas. Su
repuesto, como es lógico, es Pablo Casado y de esta manera quieren restauran el
régimen que lleva cinco años
tambaleándose.
El
presidente del Gobierno en funciones quiere pactar los grandes temas de estado
con su teórico adversario principal: el P.P. dicho de otra manera, está
dispuesto a plegarse a los que vienen mandando en este país desde 01 de abril
del 1939. Sin embargo, además, pretende
doblegar al resto de grupos contrarios a
ese régimen del 78: republicanos, comunistas, anarquistas, Independentistas
incluyendo hasta nacionalistas vascos
(católicos). Para ello cuentan con las cartas marcadas que le ofrece el “Jefe
del Casino”, que ha dictaminado, por encima de cualquier norma escrita en
nuestra Constitución, que el partido más votado se queda con todo el botín y
que al resto solo le queda la posibilidad del pataleo.
La
coyuntura que se vislumbra en el horizonte no es nada halagüeña para nuestro
pueblo y mucho menos para las clases populares ( personas asalariadas,
pensionistas, agricultoras, etc). La guerra comercial iniciada por Estados
Unidos con China tiene su continuidad con la Unión Europea,
Los
conflictos bélicos en territorios tan cercanos a nuestra frontera se van
implantando como setas: Irak, Siria, Libia, Egipto, Turquia, Ucrania... ; el
Brexit impactará de lleno a nuestras
exportaciones y al turismo de sol de nuestro país; se avecinan tempestades
sociales y políticas de austericidio que sirvan para inocular ese miedo a las
clases populares.
El
problema de Cataluña se agrandará con la sentencia del Tribunal
Supremo, aderezado de un toque de Terrorismo para que no falte nada.
Hace
unos años vivimos un punto de inflexión que tambaleó de manera significativa al
Régimen del 78. Fue cuando las clases populares entendieron que el miedo debía
de cambiar de bando. Hasta ese momento la responsabilidad la hacían recaer de
forma miserable en las espaldas de las clases populares. Por otro lado, la
gente joven tomó conciencia de que había que movilizarse y cambiar su futuro.
Emergieron del hartazgo de tanta mentira, corrupción y tomadura de pelo. Las
movilizaciones sociales se extendieron por doquier. Entonces, se abría una
puerta a la esperanza que no debemos ni podemos cerrar ahora.
Quien
esté en contra de esta farsa debe de tener claro unas cuantas cuestiones:
primera, que la mejor manera de defender nuestros intereses es procurar no
distraer ningún voto hacia los partidos del Régimen del 78. Segunda, que
también deben de movilizarse en las urnas aquellas fuerzas minoritarias que
participaron activamente en las movilizaciones del 22 de marzo del 2014. Y,
tercera, recuperar ese espíritu de
unidad y de esperanza que nos hizo
pensar que la realidad se puede transformar. Es muy importante que la gente
joven y las personas adultas, desencantadas de la política actual, no se dejen
influenciar por el pasotismo y la dejadez.
Unidas
Podemos se ha convertido en el grupo principal de la resistencia hacia una
República Popular integradora, sobre la
base de la Justicia y Libre de corrupción. Por tanto deberíamos tenerlo
presente a la hora de hacer valer nuestro voto, junto con el de millones de
personas más.
Aunque
las cartas estén marcadas, esta partida la podemos y volveremos a ganar. No se
trata de si vamos a gobernar o no, se trata de derrotar al trilero que viene
jugando con este pueblo, demostrándoles que hemos aprendido la lección y no
daremos un paso atrás.
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