lunes, 9 de marzo de 2020

El 'lebensraum' de Trump (IV)




Julio Anguita
Colectivo Prometeo

     La desaparición de la URSS en 1991 fue considerada como la demostración de la superioridad ecogtación mundial; la Globalización se desarrollaría en la matriz incontestable del mercado, la competitividad y el crecimiento sostenido. A la llamada Guerra Fría le sucedía el nuevo orden unipolar hegemonizado militar y económicamente por USA. La creación en 1995 de la Organización Mundial del Comercio (OMC) marcaba un hito en la consolidación de la red comercial mundial dominada por la tríada EEUU, UE- Alemania y Japón. El proteccionismo era abominado por ser considerado una abominación residual del pasado. En este apoteosis de victoria sobre el "eje del mal" de entonces, la URSS, Francis Fukuyama recuperó el concepto hegeliano del Fin de la Historia al escribir un libro con ese título en el que se puede leer que el igualitarismo de EEUU representa el logro de la sociedad sin clases prevista por Marx.
    El acceso a la presidencia de Trump el 20 de Enero de 2017 se producía en un contexto geopolítico y económico muy diferente al de la década de los noventa del siglo XX. De entrada, al orden unipolar le había sucedido otro de carácter multipolar tanto en lo político como en lo económico y militar. China competía comercialmente con EEUU, la Rusia de Putin se recobraba a pasos agigantados del desastre de 1991 y El Órgano de Cooperación de Shanghai (Rusia, China, India, Pakistán, etc.) creado en el 2001 eran señales más que evidentes de que las cosas distaban mucho del paisaje idílico y triunfalista de Fukuyama.

   Pero la cosas no iban mejor en Europa. La construcción del Nord Stream 2, gaseoducto que transportará por el Báltico gas desde la empresa rusa Grazprom hacia Alemania y Europa en detrimento de la vía gasística ucraniana más aceptable para USA, ha creado un foco de tensión entre USA y su principal aliado de la Europa continental, Alemania. Las previsiones de transporte de gas de los dos Nord Stream, calculan que se elevará a la cantidad de 110.000 millones de metros cúbicos al año. Tanto Alemania como USA son conscientes de las implicaciones geopolíticas del asunto, pero la economía es la economía.
   En este orden de cosas hay que situar las decisiones de Trump sobre los aranceles con China, con España y otros países. La propia OMC ha sufrido las consecuencias de la animadversión presidencial. Y es que el comercio denominado libre desde la óptica del intercambio desigual, se vuelve incómodo cuando son otros los que se presentan como competidores firmes y con actitudes de expansión. USA la campeona del librecambio y la libertad comercial se erige ahora como una potencia que no desdeña, por ahora, un cierto y determinado proteccionismo. Sus intereses, es decir los de sus multinacionales, ya no tienen la seguridad de que el campo les pertenezca en su totalidad. Esa constatación de que el Imperio ya no es tan firme en lo económico, en lo comercial, con graves crisis financieras y con una deuda pública insoportable, les hace añorar con especial delectación sus empresas militares del pasado más reciente y son tentados a exhibir con hechos su enorme potencial bélico y nuclear. Su lebensraum económico y político merma; la tentación de recuperarlo vía presión militar es muy fuerte, tal y como veremos en el próximo artículo.

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