Ginés
Fernández González
Exsecretario
General del PCRM
I
Vivimos
una crisis mundial, la perdida de esta perspectiva puede llevar a
análisis y conclusiones erróneas. Incluso ahora pasados más de 30
días de confinamiento en España y casi cuatro meses desde que se
conociera la existencia de la pandemia, realizar cualquier análisis
concluyente puede llevar a error.
Pero,
si se pueden avanzar algunos de los efectos y por tanto a algunas
conclusiones eventuales
según vamos conociendo los datos y lo números. Podremos
analizar la actuación de cada uno de los gobierno del planeta,
tiempo habrá una vez salvada la población de ver en perspectiva
esta grave crisis de civilización.
Think
global, act local!! Piensa globalmente, actúa localmente.
La frase del sociólogo, biólogo y botánico gales Patrick Geddes,
inicialmente utilizada para la planificación urbanística y después
por el pensamiento ecologista, ahora puede ser tenida en cuenta en
esta crisis sanitaria, social y económica.
El
mundo vive una fiebre neoliberal desorbitada, las políticas de
recortes, ataque a las clases trabajadoras y a los servicios públicos
es el paradigma en el que se sustenta la idea de “su” sociedad
perfecta: la demonización de lo colectivo y la sublimación de lo
individual, según el credo neoliberal.
Esta
crisis ha cambiado muchas cosas, entre ellas la comprensión de que
lo que parecía importante e imprescindible y que ya no lo es, de lo
que se podía hacer y no se podía hacer.
II
Cierto
es que la crisis son una oportunidad, según en la dirección en la
que se conduzca. Ha tenido que ser una crisis sanitaria ¿Quién se
lo iba a esperar? La que ponga patas arriba – recordamos el libro
de Eduardo Galeano que es buena lectura en estos momentos- la
estructura económica, social y política actual. Esta parece una
oportunidad para cambiar el actual estado de las cosas pero… no
como en la crisis del 2008, que en palabras de Sarkozy se iba a
refundar el capitalino y nos dieron tres tazas más.
“No
esperes resultados diferentes si siempre haces lo mismo”,
Albert Einstein.
De
ahí la pregunta ¿estan todos los gobiernos, las instituciones
regionales y mundiales en posición de haber aprendido la lección?
En mi humilde opinión: NO. Por eso antes he mencionado la actitud
que cada uno de los gobiernos tome ante esta crisis es, además de
significativo, importante.
Pero
si como parece los gobiernos no están dispuestos a cambiar el actual
estado de las cosas ¿lo estamos los ciudadanos? ¿Podríamos
comenzar a poner las bases para cambiarlas mediante la utilización
de redes ya existentes o en crear otras nuevas?
III
Spain
is different.
Eslogan del franquismo para atraer turistas en los tiempos de la
dictadura.
Mientras
esto sucede en el mundo ¿Qué está pasando en España?
El
eslogan franquista no se queda solo en eso, es un síntoma de la
política española, así cuando en todos los países europeos los
partidos de la oposición se han puesto junto a sus gobiernos para
salir de esta pandemia, en el país de Quevedo se están dedicando a
poner piedras en el camino, mentir o directamente llamar a un golpe
de estado, a un levantamiento armando. En España, además de la
salud y las vidas de la población, está en peligro la democracia.
El
gobierno actual, como todos los gobiernos llegó tarde a tomar
medidas, pero es justo decir que junto a Italia, tomo las medidas más
contundentes en lo referente al aislamiento social, a la vez que tomo
medidas que afectan tanto a los sectores productivos como a los
trabajadores y la población más necesitada, aunque esta sean aún a
día de hoy insuficientes, pero nada que ver como se afrontó la
crisis del 2008.
Medidas
criticadas de forma contradictoria por la derecha, o mejor dicho por
las derechas, creo que desorientada en esta situación y más
interesada en el interés partidista que en el bien general de la
población.
Algunas
consideraciones. El actual gobierno de coalición toma posesión el
10 de enero, sin apenas haberse sentado en el sillón le toca
gestionar esta pandemia para la que no hay manual o experiencia
anterior de la que tomar nota alguna.
Recibimos
la pandemia con una sanidad castigada y mermada de medios económicos
y del personal por los recortes llevados a cabo por los gobiernos
estatales y autonómicos en 2012 y los años posteriores. A la vez,
la investigación esta bajo mínimos por las políticas del
austericidio y falta de prioridad de los gobierno de la derecha. Con
unas residencias de mayores privatizadas y en manos de fondos buitre
en las que la falta de recursos y la mala atención a nuestras
personas mayores ya era patente antes del coronavirus.
Con
una producción industrial debilitada y algunos sectores como el
textil, el de la producción de material sanitario, la agricultura y
otros que se producen por empresas españolas en otros países, el
caso más llamativo es Inditex. Un sector agroalimentario explotado
y exprimido por las grandes superficies y los trabajadores en las
peores condiciones de trabajo y de salario. Con los trabajadores de
sectores fundamentales con salarios de miseria y una precariedad
alarmante, mientras se pagan cantidades desorbitadas por un
futbolista. Y con unos niveles de pobreza preocupante
fruto de las políticas de austeridad de los distintos gobiernos.
Al
igual que el virus de la explotación esta pandemia la han traído
los hombres de negocios y los turistas beodos, como nos ha ilustrado
Daniel Bernabé.
La
campaña contra el gobierno y en especial contra los ministros y
ministras de Unidas Podemos, además de ser una campaña cruel,
miserable y guiada por el odio, lo es también por el reparto de la
tarta tras la crisis, es decir a quien beneficiará el reparto de
dinero, si a los de siempre o los más necesitados.
La
mayoría social y los trabajadores no podemos permitirnos una salida
de esta crisis sanitaria, de modelo y de civilización como la
aplicada en los años 2012 en adelante, No queremos una salida de
esta crisis como la del 2008, la queremos en sentido contrario.
IV
El
fin justifica los medios o en política no todo vale. Que
tiempos son los que vivimos que hay que defender lo obvio.
(Bertold Brecht).
La
difusión de mentiras, acusaciones falsas y estrambóticas contra el
gobierno de coalición con el solo objeto de desgastar o llamando a
un golpe de estado, es una actitud que define a la oposición
política actual y también deja clara su actitud cuando llegan al
gobierno.
Por
otro lado, los poderes fácticos están jugando su papel y le han
hecho el sándwich al gobierno, por un lado la derecha política
contra todo y por otro la derecha económica pide que se vuelva al
trabajo. La vuelta al trabajo debe hacerse en circunstancias de
seguridad para los trabajadores y el resto de la población.
La
falta de cultura democrática en nuestro país y el desconocimiento
de la estructura política y territorial lleva a la manipulación,
las competencias de sanidad son de las comunidades autónomas, en la
situación de estado de alarma las competencias siguen igual. Es por
ello que, son incomprensibles las críticas del PP a determinados
aspectos de la gestión de la pandemia cuando los gobiernos de muchas
comunidades autónomas están en sus manos, y son ellos los que
tenían que haber tenido la previsión, el material y el personal
para afrontar la crisis. A un político lo mínimo que se la pide es
que sea honesto.
Y
sin embargo el PP utiliza las comunidades autónomas que gobierna
como ariete contra el gobierno en esta crisis, queriendo tapar sus
vergüenzas y la daño
de su gestión.
V
Para
una salida social de esta crisis es necesario crear una estructura
social, una movilización para que la historia no se vuelva a
repetir, para que sea la clase trabajadora y la mayoría social la
que salga beneficiada. Es necesario crear un poder social que se
contraponga a los poderes fácticos, a la derecha política,
económica y mediática.
Hay
que ser conscientes que las medidas tomadas por el gobierno son
importantes social y laboralmente, pero insuficientes, aún, para que
lleguen a la mayoría social.
Por
ello, cualquier pacto, acuerdo o como se llame debe hacerse contando
con los llamados agentes sociales y los movimientos sociales que
representan a la sociedad, no puede hacerse solo un pacto político
de cuatro partidos encerrados en cuatro paredes del parlamento. Cada
uno debe decir que propone y en que esta dispuesto a ceder de forma
clara y publica.
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