Detener la espiral bélica desatada en el conflicto entre Ucrania y Rusia a través del diálogo y la negociación, parar la guerra económica de la OTAN contra Rusia que tendrá un efecto bumerang especialmente sobre los países de Europa y puede provocar una nueva crisis económica mundial, e impedir que adquiera una dimensión de III Guerra mundial con consecuencias terribles para la humanidad y el planeta, debe ser una prioridad en la movilización social en defensa de la Paz, por la disolución de la OTAN, y por construir unas nuevas relaciones internacionales basadas en la seguridad mutua, la cooperación y la solidaridad.
Para comprender las causas de esta guerra y encontrar su salida política para restablecer la Paz es necesario analizar los cambios geopolíticos que han sucedido en los últimos tiempos, tomar nota de la estrategia militar de la OTAN y EEUU en los países del Este de Europa, y la desestabilización de Ucrania en 2013 con el golpe de estado del llamado “EuroMaidan” auspiciado por el gobierno de Estados Unidos en alianza con organizaciones ultranacionalistas de extrema derecha nazi como “Pravy Sektor” y “Svoboda” que dividieron la sociedad ucraniana provocando una guerra civil que dio lugar a la creación de las repúblicas independientes de Donestz y Lugansk de mayoría social obrera y de cultura rusa, así como el referéndum de la población de Crimea y su decisión de federarse con Rusia.
La apuesta por la globalización neoliberal de Estados Unidos y las principales potencias europeas enriqueció a las grandes multinacionales, bancos y fondos especulativos generando una gran desigualdad, y alimentando las burbujas que precipitaron la depresión económica mundial en 2008. La deslocalización productiva y las inversiones de Estados Unidos hacia China que benefició a sus élites capitalistas, sin embargo, en ausencia de una política de redistribución de la riqueza hacia la clase trabajadora norteamericana que compensara la desertización industrial fruto de las deslocalizaciones, generó un profundo malestar social que se expresó en la elección del presidente Trump, y una enorme división tras su derrota electoral que dio lugar al asalto del Capitolio.
La conversión de China en la fábrica del mundo ha facilitado su modernización y crecimiento hasta convertirse en la primera potencia económica en el comercio internacional. Para el imperialismo norteamericano el gran negocio que significó China se ha transformado en su principal competidor y adversario en la geopolítica mundial.
Paralelamente, en el continente europeo se desarrollaba un creciente intercambio comercial entre Alemania y Rusia beneficiosa para ambos países que catapultaban a Alemania como el segundo competidor internacional con Estados Unidos.
En este este contexto, la estrategia militar de Estados Unidos en Europa ha consistido en extender la OTAN hacia el Este de Europa para cercar a Rusia.
Ante las crecientes tensiones en el seno de la OTAN y tras las declaraciones de Macron que señalaban la “muerte cerebral” de esta alianza militar, el gobierno norteamericano emprendió una peligrosa estrategia para unir y reforzar la OTAN con la finalidad de preservar su dominación internacional y afrontar los retos con China y Rusia, tal como recoge un reciente documento de reflexiones y orientaciones de la OTAN.
El conflicto de Ucrania con las repúblicas independientes de Donetsz y Lugansk, que ha costado mas de 14.000 muertes en dicha región como resultado de los constantes bombardeos y ataques militares del ejército y milicias ultras de Ucrania, ha sido utilizado por Estados Unidos para empujar a Rusia a la intervención militar. El traslado de tropas de Estados Unidos y de la OTAN a los países bálticos, Rumania y Bulgaria, la solicitud del gobierno de Ucrania de entrar en la OTAN, la creciente presión militar contra las repúblicas independientes, y la ausencia de voluntad negociadora del gobierno de Zelenski para garantizar la neutralidad de Ucrania, el abandono de sus pretensiones de entrar en la OTAN, así como reconocer y respetar las republicas de Donetsz y Lugansk, han provocado finalmente la guerra abierta con Rusia.
Mientras el imperialista Joe Biden se frota las manos tras el acto de sumisión del gobierno alemán al atender sus exigencias de cerrar el gasoducto Nord Stream 2, que le permitirá enriquecerse con el negocio de suministrar gas a Europa, etc., la ciudadanía y pueblos de Ucrania, Repúblicas independientes y Rusia sufren las terribles consecuencias de la guerra, también de la guerra económica impulsada por los gobiernos de la OTAN.
Mas que nunca movilizarse por la PAZ y contra la guerra exige defender propuestas que den una salida política para restablecer la paz y seguridad entre Ucrania, Repúblicas independientes de Donetsz y Luganks, y Rusia. En consecuencia, llamamos a movilizarse por las medidas que pueden facilitar un acuerdo de PAZ:
Compromiso de neutralidad de Ucrania y abandono de sus aspiraciones a entrar en la OTAN, reconocimiento de las repúblicas independientes de Donestz y Lugansk, acuerdo de seguridad mutua entre Ucrania y Rusia, y de reforzamiento de la cooperación económica. Al mismo tiempo, la OTAN debe salir de los países del entorno de Rusia, así como retirar en lo inmediatos las tropas, armas, aviones y barcos de la zona. Suspensión inmediata de las sanciones económicas a Rusia. Puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2 para asegurar el suministro energético a Alemania y resto de Europa.
El capitalismo provoca las guerras. El imperialismo norteamericano es el mayor causante de guerras, muertes y sufrimiento tras el final de la segunda guerra mundial, y puede arrastrarnos a una III guerra mundial. La clase trabajadora, la ciudadanía pacifista y solidaria, hemos de movilizarnos y exigir al gobierno de España la retirada de tropas y recursos militares de los países que rodean Rusia, salir de la OTAN, cerrar las bases norteamericanas en España, suspender las medidas de sanción económica, y promover las condiciones para el diálogo y negociación entre Ucrania y Rusia que finalicen la guerra y aseguren una paz duradera.
Por la Paz, OTAN NO, abajo el imperialismo, viva el socialismo
28 febrero 2022
Socialismo 21
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