Ejecución de Luis XVI.Reinterpretación |
Juan Rivera
Colectivo Prometeo
Si no fuese
por el nauseabundo olor del pensamiento político que desprenden hasta podía
resultar enternecedora la escena que
desde el domingo noche se repite por los rincones de España: miles de “patriotas de opereta” ( para ellos la Patria es un significante vacío pues
excluyen en la formulación a las personas que la habitan) mirándose una y otra
vez la mano derecha cuajada de pulseras con la bandera rojigualda. Intentan entender porqué el amuleto no ha funcionado como antídoto ante la “kryptonita” de
las fuerzas del Mal y los conjuros sin duda satánicos tras los que se
parapeta “ la Izquierda” hispánica.
Si no fuese
porque en España desde hace décadas – salvo contadas excepciones y a riesgo de que
sobren dedos- juntar “ dignidad” y “ periodismo” es un oxímoron[1],
pues la gran mayoría de periodistas dejaron de disimular hace mucho tiempo para
convertirse en “ la voz de su amo”, a
estas alturas la prensa estaría ridiculizando a los Moreno Bonilla, Díaz Ayuso,
Martínez Almeida y demás dirigentes del PP (que llegaron al poder sin ser la
lista más votada) cuando proclaman - aunque aguantando la risa para que no se derrame
el cinismo que sus bocas destilan- que no se puede permitir un gobierno de “
perdedores” sino que debe ponerse alfombra para que lo haga la lista más
votada.
Otro ejemplo
de caradura, ley del embudo, doble rasero…y todos los calificativos que
deseemos añadir. Como diría mi madre “para mear y no echar gota”.
Si no fuese
porque los informes PISA de Educación atestiguan -con tozudez año tras año- el
pobre dominio que los españoles tenemos en competencia matemática, los tertulianos
que pusieron toda la carne en el asador para que el amigo del narco Marcial
Dorado llegase a la Moncloa, reconocerían, aunque fuese con la boca chica, que
cuando hablan de que “el PP ha ganado las elecciones y representa a la
mayoría de España” están como su amado líder, mintiendo.Y además lo saben.
Pitágoras de Samos
les pondría orejas de burro y los mandaría al rincón de reflexionar (aun
sabiendo que “reflexión” y “derecha extrema/ extrema derecha” también entra en
la categoría de oxímoron) pues hasta la persona más iletrada llega a comprender
que el 45`65%, (incluyo en este apartado a PP+Vox+ UPN) de los votos son – para
nuestra desgracia como país- muchos votos pero no la gran mayoría.
Fuera de la ecuación se sitúan el 54,35% de los españoles, es decir un 8,7% más de compatriotas lo que traducido en votos son “solamente” unos 2,5 millones de diferencia a favor de la “ minoría de perdedores”.
Minucias sin
duda que los alumnos aventajados de la escuela de papagayos que repiten hasta
la hartura todas las consignas que llegan de Génova o de la calle Bambú donde
se sitúa la sede nacional de Vox, no consideran dignas de tener en cuenta. No
vaya a ser que les estropee el relato.
En definitiva se
trata de esto último. Como vendedores de humo intentan que les compremos el
relato, el marco ideológico en el que nos tenemos que mover “sí o sí”. Lo que
nuestro Gramsci definía como hegemonía política y cultural.
Tal como hicieron cuando a través de encuestas prefabricadas repetidas hasta la saciedad por los Ana Rosa Quintana, Herrera, Ferreras, Vallés… de turno o con la puesta en circulación de todos los bulos posibles (sabiendo -al igual que sabían sus maestros nazis-la falsedad de los mismos, desde la manipulación del voto por correo al vaciado de pantanos para aumentar la sequía) para configurar una realidad falsa que solo tenía una salida: la inevitable victoria del PP y del primo con aire y modales de matón que se sienta con ellos en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.
Poniendo a la vez sordina a las acciones coordinadas de ambos partidos en las Instituciones que ocupaban donde por un lado negaban derechos colectivos mientras por otro colocaban sin disimulo en la mesa (“obras son acciones…”) el ideario más putrefacto del Franquismo.
Por eso -
igual que el señorito del cortijo de postguerra (del que copian la actitud) no
comprendía las miradas hoscas de los jornaleros- cuatro días después siguen sin
comprender ni asimilar que pese al calor y a la hipermovilización de la Derecha,
la gran mayoría de españoles les haya sacado el dedo corazón de la mano
izquierda y dedicado una peineta a sus intenciones de volver a arrastrarnos a
la sociedad negra y pacata de la Dictadura. Con una participación del 70 % para
que no puedan decir lo de “poco significativa”.
Si no fuese
porque están ciegos de soberbia hubieran caído que predicar “centrismo y moderación”
mientras se comparte cama con parientes que no disimulan su nostalgia del Régimen
también era otro oxímoron. Y van…
De ahí que no entiendan
la sensación de alivio que -bálsamo tonificador- se instaló la noche del pasado
domingo en la gran mayoría de hogares españoles. Esta vez sí está correctamente
aplicado el término “mayoría”.
Tampoco asimilan
que zumbara en los oídos la coletilla que tenemos reservada para las
grandes ocasiones, el “No Pasarán”, lo que acentúa aún más el autismo político
donde se han instalado.
No han visto
lo que los demás teníamos claro: tras las primeras medidas tomadas en los
ayuntamientos y comunidades del “Bifachito” salidos de las elecciones de mayo,
la amenaza de involución no era una entelequia. Era una certeza.
Y
afortunadamente, pese a ir sudados, la movilización ciudadana ha parado el
primer golpe. Pero no olvidemos que el dinosaurio sigue estando entre nosotros.
Si realmente
tuvieran en sus venas un ápice del patriotismo que pregonan con la boca, no con
los actos, estarían dando saltos de alegría pues el principal temor que exhiben, la ruptura de España, ha quedado conjurado.
Sin un solo acto
de violencia, ni un cutre grito de “A por ellos” cargado de odio, el apoyo al independentismo
catalán ha reducido su cuota a niveles no vistos desde hace mucho tiempo. Menos de un millón de votos, y cuarta y quinta
fuerza de Cataluña ( ERC y Junts) en número de apoyos, con menos votos juntos que el PSC en solitario. Y dejando
el puesto segundo a Sumar. Los que sitúan el "peligro de ruptura" como principal caballo de
batalla deberían estar haciendo la ola a la Izquierda catalana que ha logrado volver la endiablada situación como si fuera un calcetín.
Así que resultaría paradójico y significativo que la Derecha española termine poniendo una vela en la capilla de Puigdemont y los suyos para que se pronuncien con un "No" en una hipotética investidura y propicien la repetición electoral. Ese paisaje no les inquieta. Cuando les beneficia nunca hay riesgo de que España se rompa.
Y para más inri, Bildu, que no es ETA por mucho que quieran (solo tendrían que leer un poco e informarse) declaró desde el minuto cero que sus representantes no permitirían nunca un gobierno ultra.
Pero claro
para ello antes hay que activar neuronas y cuando la que se tiene está patinando
mientras canta “ que te vote Txapote”- pasándose por el forro las protestas de
personas dignas como Consuelo Ordoñez, hermana de Gregorio Ordoñez, asesinado
por ETA- poca esperanza de que cambie el manido discurso debe tenerse.
¿Y Sumar? A falta del voto CERA ( españoles residentes en el extranjero) ha obtenido 3.014.006 , un 12’31% y 31 diputados. No es necesario el recordatorio. Sabemos que con respecto a los obtenidos por Unidas Podemos son 4 diputados menos.
Pero sería injusto obviar que en las elecciones municipales de dos meses antes, juntando los de las candidaturas Podemos+ IU, los de En Comú Podem y los de Podemos o IU en solitario sumaban 1.382.940.
Si le añadimos los de Más Madrid,
Compromís y CHA se alcanzan 2.176.164.Es decir por ahí aparecen más de 800 mil
votos que antes no estaban, así que antes de sacar el flagelo deberíamos mirar
si tenemos la espalda para muchos trotes.
Dan ganas de
parodiar a Labordeta y gritar su “ A
veces me pregunto que hago yo aquí”.
¿Se han hecho cosas mal? Por
supuesto. ¿ Se ha tenido la sensación de que han existido vetos? También. ¿ Se
podía haber gestionado mejor la situación? Sin duda.
Pero lo que no tiene mucho sentido es el continuo “ vuelve la burra al trigo” como expresión de hartazgo y fastidio sobre lo que se repite tantas veces sin que ningún interlocutor se mueva un ápice de su discurso.
Una cosa es jugar al papel de poli bueno / poli malo y otra muy distinta es dar un recital de patadas en las espinillas a tu compañero, lanzando mensajes que a los dos segundos son matizados, cuando no rebatidos, por el aliado.
“ Cuerpo a tierra que vienen los míos” tal como decían gritaba en situaciones de enredo interno el político conservador Pío Cabanillas.
La primera bola de partido se ha
salvado pero el peligro acecha. Hay espacio para la esperanza y para crecer
siempre que tengamos claro hacerlo juntos y sin mirar de reojo. Lo de dejar el
carnet en la puerta y trabajar unidos que tanto repetía Julio. A quien teóricamente
todos admiraban y quieren imitar como guía.
Tiempo para serenarnos y crecer tenemos de aquí a próximas citas.
Lo importante es que nos lo creamos.
Que la Derecha nos tilde de "perdedores" entra dentro de su naturaleza y además es el guion que está obligada a seguir. Que nosotros por nuestras pequeñas miserias terminemos convirtiendo su deseo en realidad es otra historia.
No somos perdedores. No hemos perdido. El niño del chiste de la bicicleta que decía "Mira mamá. Sin manos" y terminaba diciendo "Mira mamá. Sin dientes" no se apellida ni Sánchez ni Díaz. Se llama Feijoo-Abascal.
Sin ninguna duda ambos disfrutarían empujándonos para que tras caer nos tuvieran que hacer una dentadura postiza. Nos conviene no olvidarlo
[1] Figura retórica de pensamiento que consiste en complementar una palabra
con otra que tiene un significado contradictorio u opuesto.
Genial Juan. Un abrazo.
ResponderEliminarBien, Juan. Como sueles. Buen rapapolvo. Hay, quizá, motivo para la esperanza
ResponderEliminarMuy bueno, enhorabuena por tu gran análisis de los resultados. Toca seguir luchando contra la manipulación mediática y para mejorar nuestra "patria". Claro que sí se puede si realmente se quiere, no consiguieron pasar! Un abrazo grande
ResponderEliminarNo puedo estar màs de acuerdo en el análisis y valoración que haces del resultado de las elecciones generales pasadas.
ResponderEliminarYo desde mi punto de vista y opinión personal, incidiria e insistiría en una cosa fundamental; esta es, la superación de las diferencias que se dan en los partidos de la izquierda, poniendo por delante un programa común que no será tan dificil, con el que todos se identifiquen y conseguir la unidad tan anhelada de la izquierda, con la que conseguiremos doblegar a la derecha.
Firmado: Luis Miranda López.