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Imagen:www.adnrionegro.com.ar |
Remedios Copa
Colectivo Prometeo
A propósito del
Decrecimiento, Manuel Casal Lodeiro hace en la Revista 15/15\15 una traducción del resumen que Ted Trainer realiza en su
blog sobre su libro “La Vía de la Simplicidad”, de cuya traducción recogeré en
este artículo algunas consideraciones.
Conste que se trata de
reflexiones críticas sobre la dificultad de llevar adelante el decrecimiento
necesario para evitar el colapso.
Una de sus conclusiones
es que “esta sociedad es incapaz de resolver sus problemas porque está en
proceso de autodestrucción. No hay ninguna posibilidad de evitar un colapso,
posiblemente terminal, por una combinación de razones biofísicas y sociales.
Esto podría significar el fin de la Humanidad pero también podría abrir camino
a la transición a medida que la gente se vaya dando cuenta de que el viejo
sistema no se va a ocupar de ellos y que deben relocalizarse, ser
autosuficientes, cooperativos y frugales. Nuestra tarea consiste en aumentar la
cantidad de personas que se pongan manos a la obra para intentar construir la
alternativa mientras el viejo sistema se desmorona”.
Trainer dice que lo que
debemos hacer es contribuir a aumentar la concienciación sobre esa perspectiva, porque no se podrá
lograr nada mientras esa concienciación no enraíce en la ciudadanía. Es
consciente de que la clase capitalista se resistirá furiosa pero pese a ello
“su poder disminuirá a medida que los sistemas fallen y su legitimidad se
desvanezca”.
Considera que la
bibliografía decrecentista no reconoce la magnitud del decrecimiento que sería
necesario para alcanzar una sociedad sostenible y justa, porque “está de sobra
demostrado que si queremos vivir de maneras sostenibles que puedan ser compartidas
por todo el mundo, las tasas de consumo per
cápita del mundo rico deberían reducirse quizás hasta el 90%”.
Frente a esto está el
argumento tecnosolucionista que confía al avance técnico para desacoplar el PIB
de los impactos sobre el medioambiente y el consumo de recursos, aunque a día
de hoy ya es evidente que, salvo en zonas muy limitadas, ni está siendo posible
ni lo será en el futuro.
Por esa razón, el gran dilema del Decrecimiento para Trainer es que un decrecimiento de la magnitud que él estima necesario “significaría descartar y librarse de la mayor parte de fábricas, medios de transporte, comercio, inversiones, industria, finanzas y negocios lucrativos existentes en la actualidad. Y hacerlo en una economía, en una sociedad y en una cultura que están, antes que nada, fiera y ciegamente entregada al incremento constante y sin límites de la producción, del consumo y de los estándares de vida. Y en segundo lugar, se trata de una economía estructurada de tal modo que tiene que crecer si no quiere implosionar”.
Si el capitalismo no se puede mover hacia el decrecimiento, (puesto que su esencia es el crecimiento continuo), el objetivo debe ser la transición a algún tipo de Vía de la simplicidad, reconociendo el hecho de que deberíamos enfocarnos en alcanzar estilos de vida y sistemas mucho más simples. La solución de la Vía de la simplicidad se describe en
el texto aquí resumido [N. de E.: y más extensamente en el libro
La vía de la simplicidad, editado por Trotta en 2017], junto con las razones por las cuales podría permitir unas reducciones drásticas en el consumo de recursos.
Trainer insiste en la importancia de la estrategia. La tarea que tenemos por delante, asegura, consiste en cambiar las ideas y los valores, esto es, la cultura; y se muestra partidario de las vías alternativas “como aconseja el anarquismo”. Podría ser una revolución pacífica afirma y, si bien reconoce que las posibilidades de triunfo no son buenas…there is no alternative!
El Decrecimiento aboga por un desarrollo local lento y sostenido, con visión de futuro y a la vez de conjunto porque la contaminación y el abuso en el consumo de recursos que se produce en una zona afecta al conjunto del planeta. El calentamiento global y el cambio climático, independientemente de qué industrias y en qué zona del planeta se produzca el daño, tiene consecuencias globales aunque el lucro será solamente para una élite. Frente a esta realidad actual, el Decrecimiento reclama actuaciones urgentes que conlleven soluciones reales y sostenibles, verdaderamente regeneradoras del planeta, justas en el acceso de todos a los recursos naturales, prudentes y equitativas en el consumo de recursos y materias primas escasas y, por supuesto, frenando el esperpento de desarrollo y formas de vida actual y deslizándonos hacia una mayor conexión con la naturaleza, respeto por el medio, solidaridad y empatía con nuestros semejantes y fomento del desarrollo personal y comunitario basado en otro tipo de valores que el modelo actual no contempla.
Nada de esto, como dice Trainer, será facilitado por el sistema neoliberal actual, ni siquiera el socialismo y por ello hace la referencia al anarquismo. Hay concordancia entre los pensadores que confluyen en la necesidad de un cambio de paradigma alternativo y la idea pasa por formas de producción y consumo diferentes entre las que se plantean diversas alternativas económicas que van desde las economías colaborativas, cooperativas, economía circular, etc.
Todas ellas pasan por prescindir de la forma de producir actual, del modelo de crecimiento continuo, especulativo y financierizado. Abogan por una economía que sea verdaderamente sostenible y enfocada al interés social; una economía que frene la contaminación y el cambio climático y que dista mucho del modelo “verde” que las grandes corporaciones y lobbies nos están vendiendo y de las reglamentaciones que están implementado los gobiernos a su servicio, razón por la que los expertos apuntan a la necesidad de otro tipo de organización social para humanizar la economía y garantizar la vida en el planeta.
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