Remedios Copa
Colectivo Prometeo
Si llevamos décadas de
advertencias de los peligros a los que nos avocaba el capitalismo
extractivista, el consumismo absurdo más allá de lo necesario, la nefasta
cultura de usar y tirar y la obsolescencia programada, ahora nos venden como
alternativa fantástica para resolverlo todo las energías verdes, la economía
circular y la sostenibilidad.
Hemos pasado de denostar
mencionar siquiera el Decrecimiento a esgrimirlo como bandera para vender la
moto de supuestas soluciones que gozarán de ingentes cantidades de dinero
público destinadas a manos de un escaso número de grandes empresas,
mayoritariamente extranjeras, que haciendo gala de los eslóganes de verde y
sostenible llenarán sus arcas de beneficios a la vez que contribuyen a la
contaminación, el calentamiento global y la destrucción de la economía, el
medio de vida y la salud de las personas en cuyos entornos naturales se
explotan los nuevos negocios de lo verde y la sostenibilidad. Esos proyectos
distan mucho del verdadero Decrecimiento.
Verde y sostenible es la economía que respeta el medio natural de una zona y la biodiversidad propia del ecosistema, con producción y consumo de proximidad y agro-ganadería extensiva, con un desarrollo equilibrado de la transformación y comercialización de los productos propios de la zona y un desarrollo industrial equilibrado y sostenible que favorezca entre otros aspectos la fijación de la población al territorio, fomento de la calidad de vida y la salud, el respeto a la cultura y la soberanía alimentaria del territorio. Pero como podremos observar, los conceptos de ecológico, energías verdes y desarrollo sostenible que abanderan las multinacionales persigue y provoca todo lo contrario de lo que tales conceptos y el Decrecimiento pretenden. Es lo que ocurre cuando el contrario se apropia del lenguaje y manipula en beneficio propio los conceptos de un proyecto, ideología o filosofía.
Haciendo un poco de
historia reciente, cuando en 2016 se organizaron en Ibiza unas jornadas
“dirigidas a despertar una conciencia crítica activa sobre el presente y futuro
de las pitiusas”. La prensa recogía entonces la información comunicada por el
Col-lectiu Desperta: “es un pequeño grupo de afinidad que ha nacido con la
intención de ayudar a fortalecer el tejido asociativo, vecinal y de todas las
plataformas que trabajan por la transformación social y el decrecimiento
económico y turístico de Eivissa”. En
definitiva, el objetivo era el “debate sobre la necesidad de decrecer
turísticamente”. Un problema que no afecta únicamente a Ibiza.
Hablar de Decrecimiento
asustaba entonces incluso a quienes formaban parte de muchos de los colectivos
que luchaban por defender en su territorio formas de vida y actuaciones que sí
eran y son decrecentistas y luchaban por implementar en sus comunidades principios
y formas de vida que son propios de la filosofía del Decrecimiento. Pero el
capitalismo, los políticos y las Administraciones no es que no se atrevieran a
mencionar el Decrecimiento, es que lo rechazaban de plano; unos porque lo
consideraban contrario a sus intereses, otros porque temían perder votos, y las
Administraciones porque ya se sabe con quienes acostumbran a alinearse.
Ahora ya se están dando
vuelta las tornas, pero unos, como apuntaba antes, lo están manipulando y
tratando de venderlo como progreso hacia lo verde y sostenible encaminado a sus
pingues beneficios; otros, como el caso de Ibiza o las Plataformas,
Asociaciones y Redes que luchan en todo el territorio estatal para defenderse
de los efectos de esa utilización perversa que, corporaciones económicas,
políticos y Administraciones cómplices, está produciendo en el medioambiente,
la economía autóctona, la biodiversidad, la salud y la forma de vida de cada
vez mayor número de comunidades en nuestro país.
El Decrecimiento ya está
en boca de todos pero, lo mismo que la Agenda Verde, en boca de los poderosos
esconde veneno. Y si no es así, que se lo pregunten a la ciudadanía afectada
por la proliferación de parques eólicos, (incluidos en parques naturales y
zonas protegidas Red Natura, o en vías de ser consideradas como tal, y frenado
su reconocimiento por los interesados en la expansión eólica que, super expandida
en tierra ahora quieren llevar al mar), los huertos solares que cada vez ocupan
más miles de hectáreas de tierras de cultivo, o las plantaciones de eucaliptos
que además de arruinar la agricultura ocupando sus tierras, también han
arruinado la ganadería extensiva y la recuperación de razas autóctonas que con
tanto esfuerzo venían poniendo en producción empresarios jóvenes.
Hoy día en Galicia, la
proliferación de las plantaciones de eucaliptos han sustituido a los bosques
autóctonos, bosques de alimentos: nogales, castaños, frutales entre otros,
plantaciones de cultivo y ganadería extensiva y, con ello se van pequeñas industrias
de transformación, negocios de turismo rural, etc. A cambio, se abren minas a
cielo abierto, se expulsa a la población de su medio natural, se autorizan y
subvencionan proyectos como ALTRI, la mayor papelera de Europa que la Xunta
apoya implantar en el corazón d Galicia y cuya contaminación nos afectará a
todos…
Con respecto a los
efectos de la contaminación de ALTRI en relación con la salud, es más que
recomendable ver en YouTube la
conferencia “charla RISCOS
PARA A SAÚDE DA MACROCELULOSA ALTRI...” y también “Altri: a sede
insostible”, un documental que habla de los futuros efectos. A pesar de haber
publicado artículos en los que ya abordaba la problemática de ALTRI, ambos
documentos permiten ahondar en información que desborda los límites de lo que,
por razón de espacio, puede contener un artículo.
Con respecto a los
nefastos efectos de las macrorenovables, que ni son verdes, ni justas, ni
sostenibles, también da para un buen repaso en el que se pueden ver las
repercusiones que la ciudadanía viene denunciando en las distintas comunidades
de todo el Estado. Porque frente a los poderes fácticos, solamente la
movilización ciudadana unida puede poner coto a los desmanes.
El Tribunal Superior de
Justicia de Galicia acaba de suspender de manera cautelar tres proyectos de
parques eólicos ya autorizados por la Xunta. El Tribunal basó su sentencia en evitar el daño ambiental irreversible que
su construcción puede provocar. Esta suspensión cautelar se añade al bloqueo de
otros 52, cuyo pronunciamiento se llevó a cabo a raíz de las peticiones de
suspensión cautelar promovidas por colectivos ambientales y vecinales.
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