Remedios Copa
Colectivo Prometeo
Llevamos años desde que
algunas organizaciones y otras voces discrepantes con el cariz que toma la vida
en el planeta y la política en el mundo nos vienen advirtiendo de que quienes
nos gobiernan son poderes económicos ocultos en la sombra; de que lo hacen a
través de lobbies que presionan a los gobiernos para que legislen a favor de
los intereses de esa poderosa élite, intereses casi siempre contrapuestos a los
de la ciudadanía en general y del bien común.
Cada vez se hacen más
patentes los desastres a los que conlleva la deriva impuesta por esa élite
perversa que todo lo basa en la hegemonía del poder y en sus intereses
económicos; sus directrices están impulsando el neoliberalismo global cada vez
con más descaro y crueldad, llevándose por delante la destrucción del
medioambiente, la extinción galopante de especies de flora y fauna pero también
de la salud y vida de muchas personas.
Su herramienta de poder y
control son los lobbies cuyos cabilderos manejan ingentes cantidades de dinero
para comprar voluntades de quienes tienen la capacidad de legislar gracias al
poder recibido de los ciudadanos en las urnas. En alguna ocasión se dieron
cifras del dinero manejado por los cabilderos en la UE y, según algunos
denunciantes, su dotación superaba el PIB de algunos países e incluso la
dotación de la propia Comisión de la UE.
En su momento se han
publicado reportajes, incluso emitidos
en TV, que mostraban los “festejos y agasajos” con que los diferentes lobbies,
a través de sus cabilderos, agasajaban a los políticos que asistían “para ser
informados” sobre aspectos de los asuntos que se estaban tratando en la
Comisión y/o el Parlamento europeo. Por supuesto que en esos eventos, también
se producen ofertas económicas a los responsables políticos obedientes para que
hagan valer los informes de los lobbies, a los que representan, a favor o en
contra del asunto de que se trate, siempre que sus objetivos sean distintos u
opuestos a los que la UE tenga entre manos.
Es bien sabido que,
cuando se ofrece la zanahoria, también se enseña el palo a quién la rechaza.
Estas prácticas que desgraciadamente cada vez son más comunes y descaradas en todas partes, también se dan en nuestro país. Los lobbies están presentes siempre dónde se cuecen las habas y su alcance es tan extenso como el de sus intereses.
Hoy pensaba tomar como
referencia a nuestra querida Galicia, de cuya salud medioambiental, económica y
política depende la nuestra y la del resto de las especies vivas. Y digo esto
porque soy consciente de que lo que aquí ocurre no nace necesariamente de
nuestros objetivos y necesidades; lo mismo que los efectos de los desastres que
se cometen en un punto concreto, ambos traspasan los límites geográficos de
dónde se ubique la explotación del negocio concreto.
Tanto de los desastrosos
efectos de la minería a cielo abierto y de sus vertidos ilegales que la
Administración no controla, impide, ni penaliza debidamente, como por los
graves desastres que fomenta con el apoyo a industrias altamente contaminantes
que se apropian gratuitamente de bienes comunes pertenecientes al bien común,
(agua, aire limpio y saludable, zonas medioambientales privilegiadas que son el
corazón de la Comunidad e incluso reserva de varias especies en peligro de
extinción), como es el caso de los dos últimos proyectos que afectan a Lugo, o
la implantación de parques eólicos a diestro y siniestro, aunque luego la
mayoría de los molinos permanezcan parados la mayor parte del tiempo porque
resulte imposible acumular y/o distribuir toda la energía que generan los
parques eólicos ya instalados en esta Comunidad Autónoma.
Podíamos hablar aquí
largo y tendido lo que suponen estos proyectos de “energía verde” y
“descarbonización” u otros contemplados
en la “agenda 2030”, pero no lo permite el espacio, por lo que me limito a
referir solamente algunos aspectos a considerar.
Para empezar podemos
hablar de la destrucción de la economía de las zonas afectadas por esos
magníficos “proyectos de desarrollo” cuyo alcanza insalubre y destructivo de
puestos de trabajo se extiende a cientos de Km. de su ubicación; del deterioro
paisajístico, contaminación medioambiental irreversible, (en muchos casos), pérdida
de diversidad, pero eso no es todo.
El desarrollo de los
parque eólicos indiscriminados, algunos instalados en zonas de la Red Natura ha
supuesto, además del olvido al reconocimiento de otras zonas que estaban en
proyecto, un freno a la propuesta de tal consideración a otras que reúnen las
condiciones que merece dicha consideración. Pero lo más grave no es lo que ya
se hizo hasta ahora, o incluso que lo hecho haya ido en contra de lo que se
debiera haber hecho, lo verdaderamente terrible es lo que se pretende seguir
haciendo sin escuchar a los verdaderamente expertos en las diferentes
cuestiones, ni a la ciudadanía afectada cuya salud y medio de vida alteran
irreversiblemente.
Galicia no necesita tener
en su corazón otra papelera más, la mayor de Europa, ni minería contaminante
que esquilme sus recursos y contamine su medio, tampoco necesita más producción
eólica. Todos estos proyectos no responden a necesidades de consumo en nuestro
territorio, pero sí a industrias situadas en otros países, propiedad de
corporaciones extranjeras y cuyos beneficios ni siquiera tributan en Galicia. Aquí
queda la contaminación y la economía destruida, la carbonización y la miseria.
Y la “descarbonización”.
¿De verdad es Galicia la que produce tanta contaminación que merece ser
convertida en terreno de sacrificio para compensar? ¿Compensar a quién? ¿Será
para compensar por lo que contaminará el tipo de proyectos que la Xunta apoya?
¿Acaso se ha planteado
alguien la contaminación y consumo de energías fósiles y materiales escasos que
se genera en la construcción de molinos y parques eólicos y sus zonas de
servicio? ¿Y la eliminación de esos residuos, quién y cómo se va llevar a cabo?
Pero lo más terrible de
todo esto es que la Xunta, gobernada mayoritariamente por el PP, cerrando los
ojos a todos los informes técnicos, a las Sentencias del Tribunal Superior de
Justicia de Galicia y desoyendo el clamor general del pueblo gallego, da la
espalda a todos y a quienes les votaron y, a través de la Conselleira de
Medioambiente y Cambio Climático, Ángeles Vázquez (PP), traslada oficialmente a
Bruselas la petición de desbloquear la tramitación de los parques eólicos
cuestionados (por la falta de informes objetivos, o por existir informes
desfavorables) según ella para poder cumplir con la descarbonización y la
neutralidad climática y que el TJUE se pronuncie en sentido contrario al TSXG.
Eso es dar la espalda a
los intereses de la ciudadanía gallega y a nuestro Tribunal Superior de
Justicia de Galicia, tratando de arañar lo más rápido posible la “seguridad jurídica”
para los intereses de las corporaciones económicas interesadas en el tema.
Pero ya es bien sabido
que a los lobbies no les gustan las demoras, las inseguridades jurídicas, las
sentencias contrarias a sus beneficios, ni los Gobiernos desobedientes.
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