Remedios Copa
Colectivo Prometeo
Las circunstancias actuales no dejan lugar a dudas; la constatación de que los riesgos que nos venían advirtiendo los científicos eran reales y que están experimentando una aceleración mucho más veloz de lo esperado, hace necesaria una divulgación urgente para la toma de conciencia social y política.
El debate es urgente y para que sea efectivo ha de estar basado en criterios científicos y en el análisis de hechos reales en los que se están materializando las amenazas, que posibilite el conocimiento de los problemas reales que se ciernen sobre el planeta y sus habitantes sin estar mediatizado, disfrazado o distorsionado por intereses ideológicos, políticos, o especulativos y financieros de las grandes corporaciones y las élites económicas.
Más allá de las guerras en la competición feroz por acaparar los últimos recursos para un escaso número de la población, dejando al resto condenado a la desigualdad, la indigencia o el exterminio, existe –si se actúa con rapidez y eficacia- la posibilidad de una serie de alternativas que podrían frenar, retrasar, o paliar las consecuencias más adversas de la escasez de recursos, la crisis climática, o la hambruna y mortandad que las consecuencias de ambas traerán consigo si no actuamos de inmediato.
Estamos en un momento crítico a partir del cual ya no habrá vuelta atrás. Si modificásemos las estrategias de desarrollo industrial, el uso de racional de los recursos escasos y finitos del planeta, cuidásemos el medioambiente y la biodiversidad, la humanidad tendría una oportunidad de salvarse y salvar el planeta, porque de lo contrario, también la especie humana corre el riesgo de extinguirse.
Es hora de cambiar el discurso y pensar otro paradigma que apueste por la vida, una vida digna, más humanizada que la actual deriva que está tomando, y también más feliz; una vida con otros criterios de producción y consumo, con mejor desarrollo de nuestras capacidades y relaciones con nuestros semejantes; unas relaciones sociales más fluidas y solidarias; en definitiva, cambiar de modelo sin renunciar a una vida digna.
En este sentido, el Decrecimiento, como decía el Presidente de la Rede para o Decrecemento Eo-Navia, Galiza, O Bierzo, en la Jornada realizada esta semana en Santiago para la que la Rede contó con la participación de Antonio Turiel, el Decrecimiento no es una ideología, es la salida más razonable, (posiblemente la única), a la situación de limitaciones planetarias de recursos finitos y las consecuencias de los problemas derivados de la contaminación, el calentamiento global y el cambio climático.
Como afirmaba Antonio Turiel en la mencionada Jornada, la crisis climática, el agotamiento de los recursos fósiles y de otros materiales escasos en el planeta imprescindibles tanto para producir las energías renovables como para el almacenamiento y la distribución de la energía eléctrica, pero también para el desarrollo de todas las tecnologías digitales, robótica, e incluso para la industria armamentista, después de escucharle, es evidente que nuestro enemigo y principal amenaza no es Putin, sino el expolio descontrolado de los recursos del planeta, la desigualdad y miseria generada por el neocapitalismo salvaje y la contaminación que provocó con ello.
Llegados a este punto no estaría de más recordar que la guerra supone el mayor contaminante medioambiental y consumidor de energía fósil y recursos escasos en este momento, a lo que podemos añadir la contaminación por el sabotaje de los Nord Stream 1 y 2, en 2022, o el ataque al gaseoducto TurkStream, entre otras aberraciones. Seguir consumiendo recursos escasos para llevarse por delante las vidas de miles de personas, destruir ciudades enteras, causar sufrimientos atroces y poner en peligro incluso la vida en el propio planeta, no es la mejor opción. Guerras que además persiguen la rapiña y apropiación ilegítima de los recursos para una élite privilegiada y muy minoritaria.
Una delegación de la Rede para o Decrecemento Eo-Navia, Galiza, O Bierzo y Antonio Turiel, científico e investigador del CSIC, mantuvieron el miércoles reuniones en el Parlamento de Galicia con representantes políticos del PSOE, BNG y PP, para trasladarles, (y por extensión al Gobierno gallego), con datos científicos la realidad de las amenazas cuya aceleración está sorprendiendo, como a la urgencia climática se une la escasez de recursos en el planeta y por consiguiente, como afecta esto a la sociedad gallega.
En este contexto se expuso una visión de las ventajas y desventajas de las medidas que se están tomando en relación con el cambio climático y los proyectos de desarrollo industrial que se están barajando, a los que no hay que valorar solamente a corto plazo.
El cambio que supone la política de la U E en relación con el clima es verdaderamente preocupante a la luz de los datos científicos expuestos: Fase de aceleración a nivel medioambiental, escasez de recursos, (grupo de 17), aumento de los eventos extremos…Disminuir el presupuesto en este capítulo, posponer o flexibilizar medidas, no es buena idea.
Todo esto hace necesaria una transformación de la sociedad, de la política y del modelo de desarrollo económico. Tenemos una necesidad imperiosa de abrir ya debates sobre los problemas y diseñar soluciones.
La propuesta de la Rede para o Decrecemento Eo-Navia, Galiza, O Bierzo incidió en tres puntos, cuyo contenido requeriría otro artículo, por lo que me limito a señalarlos: Comisión Galega de Protocolos e Coordinación diante de eventos extremos; Comisión para vertebrar a sociedade galega post-fosilística; Creación da Asamblea Cidadá polo Clima e de Eventos Extremos.
En su exposición se hizo hincapié en la conservación del medio y la biodiversidad autóctona, la soberanía alimentaria y la producción de proximidad, garantía de comunicaciones en caso de apagones, información y concienciación de la población para esas situaciones de riesgo.
Estamos inmersos en una crisis civilizatoria y vamos hacia un momento muy convulso y peligroso y, en opinión de los expertos, Europa va completamente desorientada.
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