miércoles, 11 de enero de 2017

In memoriam: Gonzalo Puente Ojea


Francisco Delgado
Presidente de Europa Laica 
 
   Gonzalo Puente Ojea, Diplomático y ensayista, presidente de Honor de Europa Laica, ha fallecido de muerte natural en la madrugada del 10 de enero de 2017 en su casa de Getxo, a los 92 años de edad.
   Había nacido el 21 de julio de 1924, en Cienfuegos, (Cuba), pero de familia gallega. Ha sido testigo excepcional de la vida política española del siglo XX y parte del XXI.
   El desempeño de distintos puestos y destinos diplomáticos le ha permitido conocer a los principales personajes que llevaron adelante la transición política española. Ha sido autor de más de 25 libros y de diversidad de ensayos y artículos sobre el hecho religioso, ateísmo, laicismo, libertad de conciencia, antropología y política. Entre otras muchas responsabilidades públicas, fue durante un breve periodo embajador de España ante la Santa Sede (1985-1987).

Sus restos han sido incinerados hoy  día 11, a las 10:30 en el cementerio de Derio (Vizcaya). En fechas posteriores, aun sin determinar, sus cenizas serán trasladadas a Madrid para ser enterradas en la tumba familiar en el Cementerio de la Almudena, donde también se encuentran las de su compañera Pilar.
Posiblemente será el momento de hacerle una despedida civil, de acuerdo con sus creencias y, posiblemente, se organice algún homenaje póstumo, como continuación del que hiciéramos el 31 de enero de 2015.
El pensamiento laicista de Gonzalo Puente Ojea, entre otros, inspiró la fundación de Europa Laica y sus trabajos y reflexiones han formado de nuestra teoría política.

A modo de recuerdo agradecido y de semblanza de urgencia
De uno de sus últimos trabajos
LA CRUZ Y LA CORONA. Ed. TXALAPARTA 2012
La «transición a la democracia»…  consistió en una versión continuista de la ideología monárquica, caracterizada por un pacto de concordia y reparto entre los dos poderes universales, la Cruz y la Corona, y basado en la teología política cristiana. La misma que impidió la modernización del Estado, al tiempo que las naciones europeas ilustradas, abrían sus puertas a la exigencia de las libertades, de la ciencia, de la razón y de la crítica urgente de valores obsoletos. Esa que sigue gozando hoy aquí de exorbitantes privilegios.
*(En próximas fechas, se publicarán diferentes semblanzas, como recuerdo a una persona muy lúcida, que entendió con una enorme clarividencia el proyecto laicista y republicano, para la construcción del Estado y cómo y por qué defender radicalmente el Derecho a la libertad de pensamiento y de conciencia. De las cuales nos iremos haciendo eco).

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