martes, 5 de julio de 2022

La Narrativa de la Hipocresía

                                                                    
Remedios Copa
Colectivo Prometeo

Mucho se habla estos días sobre que Occidente, (EE UU y OTAN), han ganado la guerra de la narrativa frente a Rusia. Claro está, si se prohíbe el acceso a las plataformas que puedan informar sobre el otro bando, cometiendo así el mayor ataque a la libertad de información producido en la U.E. es fácil arrastrar a la opinión pública hacia el relato único que se quiera imponer. En estos momentos, no es fácil que los medios de comunicación permitan que los periodistas a su servicio se aparten del relato oficial, un relato único que en realidad desinforma e impide crear opinión fundada y que la ciudadanía tenga criterio propio. Honrosas son las excepciones en este sentido.

En la “democrática” Ucrania, Zelenski ha cerrado todo canal de comunicación que no sea fiel a su discurso e incluso ha ilegalizado y apartado del aparato estatal a partidos y organizaciones que disientan de su actual política. Eso sí, el batallón Azov, asociación formada por neonazis, continúa considerada como parte del aparato del Estado y actuando a sus anchas, quemando incluso miles de toneladas de las reservas de cereales cuando tienen que retroceder en una zona, sin importarles que la población ucraniana se quede sin el alimento básico imprescindible. Esa es la manera de defender la democracia en Ucrania.

De la UE no vamos a hablar en este contexto porque, escuchadas las palabras de Pedro Sánchez cuando se le preguntó por Europa, no cabe duda al respecto:  “Europa somos OTAN”, afirmaba ayer.

La otra versión de Europa la dio Zelenski en su discurso para la Cumbre de la OTAN definiendo la guerra de Ucrania: “Es una guerra por el derecho a dictar las condiciones en Europa, por cómo será el futuro orden mundial. Por eso es absolutamente necesario apoyar a Ucrania incluso ahora, con armas, dinero y sanciones políticas contra Rusia, lo que detendrá su capacidad de pagar la guerra”. ¿Les ha quedado claro el objetivo de Zelenski, de su guerra y el de quienes la apoyan?

De momento, la única certeza es que el precio europeo por las sanciones impuestas a Rusia son inflación, recesión económica, desempleo, desigualdad y hambruna como consecuencia y pérdida de derechos y coberturas de bienestar social en aras del fomento de la inversión en gastos militares. Esto sin olvidar que la U E está perdiendo su autonomía y la capacidad de soberanía para establecer su política exterior e intereses económicos y geoestratégicos. Ahora “Europa somos OTAN”. Y ya se sabe, la OTAN es el arma instrumental de los EE UU en el mantenimiento de sus intereses económicos y geopolíticos. No hay que olvidar que para Biden el “América primero” incluye los intereses estadounidenses en cualquier parte del globo.

Pese a que la crisis energética, la escasez de recursos y el cambio climático, apuntan inevitablemente a la necesaria moderación de la producción y el consumo y a la relocalización de la producción, la descarbonización y el consumo de proximidad, los EE.UU. y la OTAN optan por mantener la globalización para preservar los intereses económicos del neocapitalismo, sin importar en absoluto el regreso a las energías peligrosas y altamente contaminantes como son el carbón y las centrales nucleares. Sin importarle tampoco que nos haya metido en una guerra absolutamente contraria a nuestros intereses. Eso ya lo está empezando a entender la ciudadanía europea que es la que ahora lo empieza a sufrir las consecuencias en sus propias carnes. Y ya veremos, de seguir por estos derroteros, lo que sucederá en otoño y en el gélido invierno.

La UE está pagando las consecuencias económicas y sociales de la guerra sin ganar nada a cambio, pero sí perdiéndolo todo, nuestra independencia y capacidad de crecer, de tener unas fructíferas relaciones comerciales con nuestros aliados naturales, en fin, que al parecer estamos asistiendo a la muerte de la soberanía nacional y también a la europea.

¿Qué nos ha dejado la Cumbre de la OTAN mientras tejían proyectos de guerra en el templo del Arte y otros espacios de ensueño?

Además de unos gastos estratosféricos en un país que tiene una inflación del 10,2%, la mayor desde 1985, y una inflación subyacente del 5,5%, la más alta desde 1983, la pretensión de Biden de imponer acuerdos de ampliación de armamento en las  Bases de la OTAN en Rota, vulnerando así el Acuerdo votado en el Referéndum sobre nuestra participación en la OTAN, eso sí, ahora ya nada se someterá a la aprobación del pueblo; total para qué, ya se sabe lo que hace EE UU con los Gobiernos que no obedezcan sus imposiciones y no estén dispuestos a servir dócilmente a sus intereses.

Pero hay más: La OTAN señala a Rusia como la amenaza más directa y a China como un desafío. La OTAN renace en Madrid para una época de conflictos globales. La OTAN se pertrecha para una época de choque entre potencias. La OTAN declara la segunda guerra fría. La pregunta del millón es ¿a los intereses de quién responden todos estos titulares sobre los acuerdos tomados en Madrid?

¿Acaso han consultado a la ciudadanía europea sobre esa declaración de guerra fría?  ¿Lo hicieron anteriormente para romper las relaciones con Rusia e imponer todo tipo de sanciones que se vuelven contra nosotros mismos? ¿Quién es Zelenski para plantearnos la obligación de asumir su guerra y pagar sus consecuencias, so pena de que Rusia nos invada?

De nuevo nos hallamos con la profecía autocumplidora. Los visionarios de occidente continúan con su expansión de la OTAN acorralando a Rusia en sus fronteras, amenazan y provocan a Putin desde todos los ámbitos, y si se defendiera, lo que ahora es el pretexto para acorralarle lo convertirá en causa para atacarle. Putin advirtió  de que no piensa atacar ni se opone al ingreso de países nórdicos  en la  alianza, siempre que no se instalen Bases y armamento de la OTAN en sus fronteras.

Dice un viejo proverbio que no hay que humillar tanto al enemigo que le obligues a atacar. Occidente no debería olvidarlo; pero lo hará, porque es su pretexto para que la profecía se cumpla.

Por cierto, ¿por qué no se habla de los más de 100.000 soldados estadounidenses que recientemente desembarcaron en Sudán? Será que cuando lo hace EE UU no es una invasión. Ahora también se olvida que Ucrania, en su guerra interna, viene masacrando ucranianos desde 2014. También será que los muertos ucranianos solo son muertos si los matan soldados rusos.

 

 

 

 




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