miércoles, 8 de mayo de 2013

¿ ESTADO DE SHOCK EN PARTE DEL PROFESORADO?



 
José A. Naz Valverde
Profesor y exdelegado sindical
FCSM Córdoba
 
     El día 9 todos los sectores de la Comunidad Educativa convocan Huelga en la enseñanza. Nunca hemos tenido más razones para reaccionar de manera unánime en la Educación Pública. La nueva ley que está en trámite retrotrae el modelo educativo a épocas pretéritas en lo ideológico, concibe el sistema educativo como un mero instrumento del mercado, que tiene como objetivo preparar para “competir”, eliminando sus funciones de “formación” y “educación”. Los contenidos, organización y distribución de materias, itinerarios, optativas y todo el esquema organizativo convierte los centros en fábricas de venta de “paquetes” de conocimientos, sin justificación pedagógica ni epistemológica, y muy diferentes de los sistemas de nuestro entorno con los que se pretende competir. Se acaba con la ya escasa participación y representación de los sectores de la comunidad educativa, impidiendo la mínima democratización en el funcionamiento de los centros. Y tiene fuertes tendencias privatizadoras.

     Pero lo más “fuerte” es el papel degradado al que se relega al profesorado, la incertidumbre de sus funciones y la pérdida de derechos laborales. Su “autoridad docente” no sirve ni para certificar el nivel de aprendizaje de su alumnado, que tiene que ser evaluado por alguien externo que realiza los exámenes que conceden los títulos. Su plaza está a disposición de la planificación que haga la dirección, que puede determinar los “perfiles” del profesorado que necesita, obligando a desplazamientos forzosos de funcionarios definitivos. No tiene apenas presencia en los escasos órganos “de consulta”, pierde las pocas competencias en temas educativos que tenía como miembro del claustro. Y su sueldo dependerá en parte de “los resultados”, contados en aprobados, sin consideraciones de ningún otro tipo. Eso mientras tenga trabajo, porque la tendencia, ya aplicada y experimentada, es la reducción galopante de puestos y el aumento de conciertos privados.
Todo ello viene a llenar un vaso de recortes de sueldo (una media de 3.000€ al año), un aumento de horas de clase, de número de alumnado por aula, de pérdida de sueldo si está enfermo, de aumento de horas de dedicación burocrática a funciones más allá de la docencia directa y un largo etcétera que ya viene soportando.
Pues, a pesar de todo esto, parece que hay una parte de compañeros y compañeras, que en muchos claustros puede ser mayoritaria, que no piensa hacer huelga. Si descartamos que puedan estar de acuerdo con todas estas barbaridades que están sufriendo en sus carnes; si suponemos que son conscientes de que el fracaso de la movilización sólo puede acarrearles (acarrearnos a todos) más pérdidas progresivas de derechos y de condiciones laborales; si damos por hecho que su dignidad y su inteligencia no les puede llevar a renunciar a defenderse y a ser solidarios con sus compañeros por los míseros 80€ de descuento que acarrea ejercer su derecho a huelga. Si partimos de todas estas premisas, sólo queda una explicación posible, ampliamente explicada por pensadores y psicólogos y que sirve para interpretar la misma “no reacción” en grandes capas de la sociedad que están sufriendo similares atropellos: LA TEORÍA DEL SHOCK. Han infundido de tal manera el miedo y la resignación que pueden hacer lo que quieran con las personas, sin que reaccionen, como las ovejas cuando son llevadas al matadero, como las imágenes de las películas de los campos de concentración nazis que nos muestran una fila de judíos tendidos en el suelo, inmóviles, esperando a que el oficial de las SS vaya administrando el tiro de gracia en la nuca.
 





                           

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