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- Este lunes se reúne el alcalde de Córdoba con los vecinos para tratar la cesión del colegio Rey Heredia y mantener allí el centro social que creó la Acampada Dignidad.
- A final de semana concluye el plazo de un mes dado por el juez para el desalojo del Rey Heredia, plazo que los activistas han solicitado se postponga ante la reunión con el Ayuntamiento para la viabilidad del centro social.
- El sábado 10 de mayo está prevista una gran manifestación contra el desalojo y cierre del colegio que supone el colofón de varias acciones de protesta bajo el lema: “El Rey Heredia no se cierra”.
El centro social Rey Heredia, creado a partir de la ocupación hace siete meses de un colegio abandonado en Córdoba, afronta una semana decisiva en la que se conocerá si será desalojado y cerrado de nuevo o bien pasará a manos de los vecinos que han reclamado al Ayuntamiento su cesión para continuar allí con las actividades desarrolladas desde octubre por la Acampada Dignidad.
Este lunes está previsto que se reúna el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto (PP), con el Consejo de Distrito Sur, órgano de participación ciudadana a través del cual los vecinos han solicitado al Ayuntamiento la cesión en precario del colegio Rey Heredia –propiedad municipal- para gestionarlo y mantener la mayoría de las actividades sociales que se vienen desarrollando en el reconvertido Centro Social Rey Heredia.
Los vecinos ya habían solicitado hasta en seis ocasiones durante los últimos años que se les cediera el colegio cerrado para uso ciudadano y de colectivos sociales, algo que fue el objetivo de la Acampada Dignidad cuando ocupó en octubre pasado el centro que estaba abandonado. Pero no ha sido hasta ahora, una vez puesto en marcha el centro social y difundida su actividad entre miles de personas, cuando el Ayuntamiento ha accedido a tratar con los vecinos una futura cesión del colegio, que se prepara para que el Consejo de Distrito Sur gestione el centro, en el que ya ha mostrado su intención de dar continuidad a las actividades de la Acampada Dignidad.
“Que desapareciera ahora el comedor social que da de comer a cien personas al día, la biblioteca o las clases de apoyo que se dan a niños de familias sin recursos sería un verdadero desastre para el barrio”, explica el portavoz de la Acampada Dignidad, Rafael Juan, sobre algunas de las actividades llevadas a cabo en el colegio y que se siguen manteniendo en esta semana de suspense que afronta el Rey Heredia.
Orden judicial de desalojo
Suspense porque se espera la solución definitiva para la continuidad del centro social mediante las negociaciones abiertas con el Ayuntamiento a través del Consejo de Distrito Sur, pero a la vez esta semana cumple el plazo de un mes dado por el juez para el desalojo del colegio. Así lo dictó en un auto el pasado 7 de abril en el que reconocía la “muy loable labor” de la Acampada Dignidad pero daba treinta días a los activistas para retirar sus pertenencias del centro y desalojarlo voluntariamente.
El juez atendía así, en base al derecho de propiedad del colegio, la petición del Ayuntamiento que habían solicitado desde que presentó su denuncia el desalojo inmediato del mismo, propiedad municipal y que permanecía cerrado sin uso desde 2011. Sin embargo, no tuvo en cuenta la petición de los activistas para que el caso fuera archivado basándose en el uso social que se estaba dando al edificio ocupado y al cuidado del mismo, postura defendida por los activistas y que avalaba un informe de la Policía Nacional solicitado por el juez sobre el estado y la actividad en el colegio.
Manifestaciones, protestas y pancartas en la ciudad
Desde
que se conoció la orden del juez, los activistas, vecinos y colectivos
usuarios del Rey Heredia han mostrado su negativa a dejar de desarrollar
sus actividades y abandonar el colegio, y han tenido clara su intención de permanecer allí hasta el final. “El Rey Heredia no se cierra”. Ese ha sido el lema que se ha repetido ininterrumpidamente en las actividades diarias del centro que han mantenido su rutina habitual y en las decenas de protestas y acciones reivindicativas en la calle y en las redes sociales, a través de las cuales han recibido el apoyo de ciudadanos de distintos puntos de España.
Pancartas en los balcones de los vecinos con la citada frase “El Rey Heredia no se cierra” o escrita en una inmensa lona que se desplegó en el campo de fútbol en el último partido en casa del Córdoba C.F. con los aplausos del público; el mismo lema que se repetía en la manifestación del 1 de mayo o en la cabecera de una concentración que llenó de personas hace una semana el Puente Romano de Córdoba para después hacer una cadena humana y rodear el Ayuntamiento en busca de una vía de diálogo con el Consistorio que hasta ahora sólo se ha pronunciado en los juzgados.
Esas protestas ciudadanas tienen previsto su acto central también en esta semana en una manifestación el próximo sábado 10 de mayo que busca ser una concentración masiva de vecinos y ciudadanos venidos de otros puntos del país para apoyar al Rey Heredia. Y todo ello, con el suspense sobre cómo transcurrirá la semana, con un ojo puesto en las negociaciones abiertas por el Ayuntamiento y el otro ojo en la orden judicial de desalojo que cumple antes del próximo fin de semana.
El centro social Rey Heredia, creado a partir de la ocupación hace siete meses de un colegio abandonado en Córdoba, afronta una semana decisiva en la que se conocerá si será desalojado y cerrado de nuevo o bien pasará a manos de los vecinos que han reclamado al Ayuntamiento su cesión para continuar allí con las actividades desarrolladas desde octubre por la Acampada Dignidad.
Este lunes está previsto que se reúna el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto (PP), con el Consejo de Distrito Sur, órgano de participación ciudadana a través del cual los vecinos han solicitado al Ayuntamiento la cesión en precario del colegio Rey Heredia –propiedad municipal- para gestionarlo y mantener la mayoría de las actividades sociales que se vienen desarrollando en el reconvertido Centro Social Rey Heredia.
Los vecinos ya habían solicitado hasta en seis ocasiones durante los últimos años que se les cediera el colegio cerrado para uso ciudadano y de colectivos sociales, algo que fue el objetivo de la Acampada Dignidad cuando ocupó en octubre pasado el centro que estaba abandonado. Pero no ha sido hasta ahora, una vez puesto en marcha el centro social y difundida su actividad entre miles de personas, cuando el Ayuntamiento ha accedido a tratar con los vecinos una futura cesión del colegio, que se prepara para que el Consejo de Distrito Sur gestione el centro, en el que ya ha mostrado su intención de dar continuidad a las actividades de la Acampada Dignidad.
“Que desapareciera ahora el comedor social que da de comer a cien personas al día, la biblioteca o las clases de apoyo que se dan a niños de familias sin recursos sería un verdadero desastre para el barrio”, explica el portavoz de la Acampada Dignidad, Rafael Juan, sobre algunas de las actividades llevadas a cabo en el colegio y que se siguen manteniendo en esta semana de suspense que afronta el Rey Heredia.
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