Juan García
Ballesteros
Presidente del
Colectivo Prometeo
FCSM
Llevamos
demasiado tiempo aguantando todo tipo de tropelías por parte del Gobierno del
PP.Sectores políticos muy críticos con su labor, hasta ahora, no habían
barajado la posibilidad de desmontar las vergüenzas de este partido podrido.
Algunos por la poca posibilidad de éxito de una posible alternativa; otros,
porque apoyan y encubren su desastrosa política. Los escándalos ininterrumpidos
de los últimos años han llevado a la ciudadanía a tal hartazgo y cabreo que ha
colocado a la corrupción entre los temas más preocupantes de nuestra sociedad.
Sin embargo, y a pesar de tener miembros del PP condenados, imputadoel propio
partido y cientos de acusados por graves delitos de corrupción, estos tramposos
se mantienen en el Gobierno sin que se les caiga la cara de vergüenza y sin
asumir sus fechorías como haría cualquier partido honrado y democrático. Es tan
grave la situación (prevaricación, fraude, engaños y falsedad documental,
malversación de importantes sumas de dinero público, financiación irregular,manipulación
del lenguaje y de los medios, utilización en su provecho de determinado
sectores de las fuerzas de seguridad, injerencia sobre determinados jueces y fiscales
para favorecer a sus imputados,…) que en cualquier país realmente
“democrático”, este Partido habría sido ilegalizado.
Ya era hora
que alguna fuerza políticale dijera en la cara, públicamente, las verdades
sobre tanta perversidad, tanta arrogancia, tanta corrupción. La iniciativa de
Unidos-Podemos de presentar la moción de censura es oportuna, necesaria,
constitucional y valiente. Ha servido para:
1.- Dejar en evidencia la
catadura moral y autoritaria de esta derecha fascista y reaccionaria que ante
el discurso de sus oponentes (protagonistas de la moción) se dedicaba a
interrumpir con insultos, ofensas y desprecios, demostrando con ello su
insolencia antidemocrática y su arrastrado origen franquista.
2.- Que las réplicas del PP, ya
preparadas de antemano, se hayan sentido como una burla al sentido común y a la
inteligencia. Se han dedicado a atacar de forma desaforada, mintiendo,
utilizando un lenguaje provocador y machista, dejando en evidencia que no
tienen programa político para nuestro país, que sólo les interesa favorecer a
las élites económicas y empresariales y que son incapaces de rebatir (por eso
lo han ignorado) un programa social completo y real de transformación de
nuestra sociedad.
3.- Desde la tribuna del
Congreso, denunciar al PP por todo el montaje institucional (político, judicial
y mediático) que llevan utilizando desde hace años para no asumir
responsabilidades políticas y económicas ante tanta perversión, depravación y
corrupción.
4.- Que todos los partidos del
arco parlamentario tengan que posicionarse ante la moción. Ha quedado claro que
Ciudadanos y Coalición Canaria forman parte pasivamente del sistema corrupto.
En la abstención de los partidos nacionalistas ha pesado más su ideología
derechista que su compromiso por el derecho a decidir. No se entiende la respuesta
del PSOE, aunque la disfrace de “no es el momento” o “negar que Unidos-Podemos
represente una alternativa de cambio real”. Estos simplistas argumentos ponen
de manifiesto que el Sr. Ávalos no ha escuchado o no ha querido entender el
completo programa presentado por el Sr. Iglesias. Con esos argumentos y la
abstención han querido tapar sus vergüenzas de no querer
quitar al PP del Gobierno.
5.- Poner de manifiesto ante la
ciudadanía que hay un partido, Unidos-Podemos, que no tiene miedo a tomar las
riendas del país para, con un proyecto de cambio serio, real y factible,
transformar esta dura realidad a favor de la inmensa mayoría de la ciudadanía
que sufre, con demasiada resignación y miedo, las políticas antisociales impuestas
por el PP en los últimos seis años.
El programa propuesto
recoge alternativas a todos los grandes problemas de nuestro país, desde:
reformar la fiscalidad para que sea realmente progresiva, favorecer el
desarrollo y la inversión en el esfera pública (sanidad, educación,
dependencia, …), reintegrar los sectores estratégicos en el sector público,
invertir en la economía productiva, derogar las leyes que han supuesto una
pérdida de derechos sociales (Mordaza, de Educación, Reforma Laboral,…),
recuperar el poder adquisitivo de los salarios y de las pensiones, invertir en
vivienda pública, propiciar una reconversión energética, rescatar el mundo
rural y dialogar con las diferentes nacionalidades para llegar a acuerdos sobre
el encaje democrático de los distintos pueblos en una España descentralizada y
federal (o conferederal).
Vivimos una
emergencia no sólo democrática, sino también política, social y económica.
Mantener a este partido corrupto, el PP, en el Gobierno va a significar
trabajos más precarios, posiblemente una nueva reforma laboral más dura contra
los trabajadores, más exclusión social, más desahucios, más privatizaciones,
más bajada de salarios y de las pensiones, menos inversiones derechos sociales
(sanidad, educación, vivienda, dependencia, paro, machismo, investigación y
desarrollo), menos dinero para los parados y para los dependientes y el
mantenimiento de una fiscalidad injusta (las grandes empresas y los ricos
apenas contribuyen) que no combatirá el fraude fiscal.
Se ha perdido
una gran oportunidad que posiblemente no se vuelva a repetir ¿Quién puede creer
que Pedro Sánchez, a pesar de contar con sus bases, se va a atrever a presentar
una moción de censura que no acepta el fuerte poder que todavía mantiene el
conservador aparato del partido y mucho menos lo van a permitir los poderes
económicos que mantienen al PSOE?
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