Fotograma "El Séptimo Sello" |
Pepe Aguza
Colectivo Prometeo
Córdoba
cuenta aproximadamente con una población de 325.708 personas.
Sorprende que soportando un paro de unas 77.300 criaturas (según
últimas cifras, el 21´05 %), de entre ellas 19.800 son jóvenes y
un nivel de pobreza del 33´7 %, que le hace posicionarse en la
capital con mayor tasa de miseria del país, encontrándose por
encima de la media española en lo que a pobreza extrema se refiere y
un elevado número de indigentes, que le sitúa en unos alarmantes
niveles de desarrollo económico, donde los desahucios rozan el
centenar en los primeros seis meses del año, por ello es
inconcebible e indignante que la sociedad cordobesa no reaccione ante
estas deficiencias, auténtica lacra de nuestros días y reivindique
un empleo estable, una vivienda digna o mejora de sus servicios
sociales y sí se vuelque como incultos fanáticos alienados en
eventos religiosos como los organizados por
el Cabildo catedralicio y las Agrupaciones de Hermandades y Cofradías
en la Magna Nazarena, que celebra este año su 75 Aniversario y la
exposición “Por tu Cruz redimiste al mundo” que preveía
congregar el pasado 14 de septiembre a más de 200.000 personas(cerca del cuarto de millón de individuos,
que se dice pronto), aunque posiblemente asistieran menos dada la
incertidumbre meteorológica.
Este
septiembre, las calles cordobesas han sido invadidas en varias
ocasiones por la Iglesia, a veces dos días seguidos, como es esta
ocasión… es casi imposible que transcurra un mes sin que se
produzca algún acto religioso por nuestras avenidas, plazas y
rincones.
Ni en los
peores años del nacional-catolicismo, se usurpaba tanto el espacio
público ni se entorpecía tanto el libre tránsito por las vías
públicas.
Ciudadanos
vilipendiados por la dificultad para desplazarse o acceder libre y
tranquilamente a sus viviendas, a multitud de calles o a sus cocheras
y que no reaccionan ni denuncian la excesiva permisividad por parte
de autoridades municipales desde hace décadas y bajo todo signo
político de la izquierda a la derecha más conservadora, con la
connivencia de los que “dicen ser
representantes del movimiento ciudadano”,
que aprueban el desarrollo de estos eventos mes a mes con la actual
concejala de Promoción de la Ciudad y del alcalde para que “los
vecinos afectados tengan conocimiento de ello y puedan adoptar las
medidas necesarias para paliar las molestias que puedan sufrir”,
o sea ¡a tragar y aguantarse!
Estaría
bien hacer caso de aquella canción de un viejo grupo de blues
cordobés de los años ochenta llamados Caña
de Lomo que criticaban las procesiones con su
tema “Semana Santa al Arenal”, un
trabajo de lo más elocuente.
Es necesario
animar a la sociedad civil para que denuncie la flexibilidad de los
políticos (libremente designados por el pueblo) para autorizar la
utilización de las calles de forma abusiva por parte de la Iglesia.
Por otra
parte no podemos caer en la trampa de que es cultura y crea riqueza:
totalmente falso. Si bien es cierta la fastuosidad de la imaginería,
ello se puede valorar en el interior de los templos, a la vez que se
aprecie la suntuosidad de la arquitectura de ellos, sin que se
moleste a la ciudadanía. Y en lo concerniente al beneficio económico
del turismo, tampoco es real ya que es algo puntual y el empleo que
se pueda crear es totalmente precario, por horas y mal retribuido.
Lejos de
fomentar la industria, el comercio u otras riquezas perdurables, se
opta por la eventualidad y los servicios fugaces. ¿Dónde quedaron
aquellas fábricas y empresas de los años sesenta que daban empleo a
miles de cordobeses, Electromecánicas, Baldomero Moreno, la Compañía
Productora de Algodón (CEPANSA), la cooperativa láctea Colecor, la
Azucarera de Villarrubia, etc?
Por otra
parte, también es necesario recordar el gasto económico que supone
para el erario público este tipo de festejos: colocación de
alrededor de 500 vallas a lo largo del itinerario (insuficientes por
parte de Infraestructuras, por lo que tendrían incluso que alquilar
para cubrir sus necesidades), limpieza con un carísimo producto
anti-cera por parte de Sadeco para evitar accidentes, como los
ocurridos el pasado mes de junio en la calle Cardenal González, que
tiene que ir regando antes de las procesiones y limpiando
posteriormente al paso, colocación de papeleras adicionales en todo
el recorrido, instalación de inodoros portátiles, además de otros
recursos en los que se involucraron varias áreas municipales como el
Departamento de Movilidad y Seguridad con la intervención de más de
320 agentes de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Guardia
Civil, Policía Local y Policía Nacional, que fueron responsables de
velar por la seguridad del desfile, Agrupación de Voluntarios del
Servicio de Protección Civil, Servicio de Salud y Emergencias con
seis ambulancias y varios puestos sanitarios, bomberos y un
importante incremento en el servicio de transporte público de
Aucorsa .
El bloqueo
circulatorio en Córdoba, tanto en la tarde del viernes 13, con los
cinco Vía Crucis, que alteró gran parte de la ciudad desde el
barrio de Electromecánicas hasta El Naranjo, pasando por el centro
(Santa Victoria) como la del sábado 14 fue extraordinario,
perjudicando a varias zonas de la urbe, en especial por el corte de
tráfico de gran parte del casco histórico y barrios adyacentes,
afectando desde el Campo de la Verdad y Miraflores, la Puerta del
Puente, Plaza del Triunfo, Paseo de la Rivera, Ronda de Isasa, Santos
Mártires, Campo Madre de Dios, Campo de San Antón, Avenida de
Barcelona, Ronda del Marrubial, Ollerías, Colón, Acera de Guerrita,
Ronda de Tejares, Paseo de la Victoria, Glorieta de la Cruz Roja,
Conde de Vallellano, Avenida del Corregidor y Avenida del Alcázar.
La
meteorología tan adversa estos días, sin embargo, se conjuró para
dar un respiro en la tarde de ayer y pareció proteger la ambición
eclesiástica del Obispo que debe estar frotándose las manos por el
éxito de su celebración y del sometimiento de los ciudadanos a sus
caprichos y la colaboración de las autoridades favoreciendo los
intereses clericales.
Sin embargo
hay que reconocer que algunas cofradías más sensatas (14 de Córdoba
y 7 de la provincia), optaron por no participar en la teatralización
del evento, declinando la invitación y otras ni siquiera
respondieron a la invitación del Cabildo.
Además los
beneficios económicos para la Iglesia con este tipo de actos son
desorbitados (como siempre sin pagar ni un euro de tasas fiscales e
impuestos): en 2013 celebró el Magno Vía Crucis de la Fe, en 2015
fue la Magna Regina Mater Mariana y este año en junio como anticipo
tuvimos la procesión extraordinaria del Sagrado Corazón de Jesús,
que le reportan enormes cantidades de dinero. Baste decir que sólo
en esta ocasión se instalaron más de 4000 sillas a quince euros
cada plaza, además de los diez euros de donativo-entrada a la
Mezquita para ver la exposición durante la semana que permanecerá
en ellas los pasos.
Aquellas
personas que se consideran creyentes, harían bien en leer y conocer
la Biblia y los Evangelios y observarían las muchas incongruencias
religiosas en las que les hace caer su ignorancia y desconocimiento.
Ante el afán
mercantilista del episcopado, habría que recordarles el capítulo
segundo de San Juan, el once de San Marcos, el diecinueve de San
Lucas o el veintiuno de San Mateos, cuando Jesús expulsa del templo
de Jerusalén a los cambistas y mercaderes a latigazos diciéndoles:
“Mi casa será casa de oración y vosotros
la habéis convertido en cueva de ladrones”.
La
ostentación, opulencia y riquezas de la Iglesia son totalmente
opuestas a lo que predican sus textos y estaría bien que mirara a su
alrededor la necesidad y miseria que rodea a toda la sociedad.
Decía
también Jesús en el Evangelio de San Mateo “Es
más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico
entre en el Reino de los Cielos”
No estaría
mal que esos hipócritas de golpe en el pecho y penitentes de
pacotilla se aplicaran el cuento.
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