Juan Rivera
Colectivo Prometeo
Para analizar con alguna solvencia los resultados de las elecciones
gallegas y vascas del pasado domingo, intentemos primero desterrar de
la tramoya política los elementos de “atrezzo” de los que
solemos abusar la Izquierda .
En primer lugar, enterremos la quijada de burro de Caín, con la que
machacamos la cabeza del “camarada y sin embargo enemigo” en cualquier disensión interna que se cruce en nuestro camino.
También convendría alejar los espectáculos teatrales de
autoflagelo histriónico, ateos remedando a los “picaos” de San
Vicente de la Sonsierra haciéndose trizas las espaldas con el látigo
por los errores propios y ajenos. Y mientras entonan a coro el
“mea culpa”, la asamblea que hasta ayer los aclamaba hoy grita: “Humíllaos más, humíllaos un poco más que atrás no se oye bien”.
Ni
por supuesto permitir a los dirigentes de turno que pretendan solventar
la papeleta con un “bostwano “ en el que el interpelado -lleve
coleta o triángulo rojo- , sosteniéndose con muletas al tener las
piernas partidas tras el batacazo ( electoral) resuelva la situación
con un simple: “Lo siento.Me equivoqué.No lo
volveré a hacer más”
. Aunque tengamos la tranquilidad de saber que el
compungido no tiene decenas de millones en paraísos fiscales ni
amiguitas con caprichos pagados a costa del erario público.
Con
estas premisas intentemos sacar alguna conclusión del desolador
paisaje que anteayer volvió a ponerse delante de la Izquierda
transformadora. Antes de nada una verdad de perogrullo.Si hubiera que
calificar el resultado con dos palabras, las elegidas serían “
Desastre total”
en Galicia y “ ¡Vaya hostia!”
en Euskadi.
No se puede definir de otra manera pasar del 19'03% de Marea al
3'93% de Galicia en Común o del 14'86 al 8'03 en el País Vasco. Con
el agravante en el primer caso de perder de camino toda la
representación parlamentaria.
Es verdad que la situación admite matices pues la curva
descendente ya estaba muy marcada en las elecciones generales
gallegas de noviembre de 2019 cuando se obtuvieron el 12'66 y 106
mil votos ( un 52% más que ahora). Por cierto también es llamativo-
aunque pase desapercibido entre los medios de difusión ideológica-
el resultado de Vox. En las generales obtuvo un 7.8 y ahora un 2.03
con lo que tampoco pueden sacar pecho de legionario y desfilar con la
cabra. Pero el mal del otro no dejaría de ser un consuelo para
tontos que no sirve ni de clavo ardiendo al que agarrarse.
Esa situación no se daba en el País Vasco donde se mantuvo un
15'41 % de los sufragios en las generales pasadas y ahora se ha producido la contundentemente caída .
Siguiendo
con los datos "la cuenta la vieja"
que hacían nuestras abuelas parece que la fuga está localizada.
Los votos no se han movido de sector ideológico pero cambiaron la
bandera.Tienen toda la pinta de haber engrosado al nacionalismo de
izquierdas representado por el BNG y EH Bildu. Los primeros pasan del
8.33 al 21.06 y los segundos del 21.6 al 27.84. Casi un encaje de
bolillos.
Y
ahora vuelven las dos preguntas que tantas veces han acompañado nuestra
militancia,sufridora en sus carnes de lo poco que suele durar la
alegría en la casa del pobre: “¿ Por qué?” y “¿Qué hacer?”.
Otra vez el título de Lenin ( Что
делать?/¿Qué
hacer?
) sobrevolando los análisis.
Los "porqués", como los gustos, son variopintos y es reconocida la
soberbia capacidad ( solera pura) que tenemos para elaborar listas de
fallos que hacen palidecer la de
los reyes godos.Por aquí dejo – desde la comodidad de la barrera,
por eso no le arriendo ganancias a quienes están en el día a día
de la gestión- algunos de los míos.
Me refiero a los "porqués" propios.El tener a los medios y periodistas
paniaguados disparando a la yugular o recibir los ataques furibundos de
los lameculos de todos los Amancio Ortega que en España son, vienen en la nómina. Ante ellos debemos estar vacunados.
Con la pequeña legitimidad que da tener claro que Unidas Podemos "son los
nuestros" y que en su creación el Colectivo Prometeo encabezado por nuestro
querido Julio volcó todos sus esfuerzos, resaltaría algunas taras a
mi entender evidentes:
-En los pocos ratos libres que han dejado la vorágine de procesos electorales se ha tenido
poco tiempo y nulo interés en crear organización.
-Las
discrepancias internas pasan por nuestros lares factura con IVA
triple. Nos cuesta mucho seguir la dieta del “ trágala” .
-El hiperliderazgo que puede servir de amarre y baliza en momentos
puntuales o de arranque, también lastra cuando no va acompañado de estructura
militante.Si además se quiere un "amén" o asentimiento ante decisiones como mínimo
discutibles la zapatiesta es segura.
-Subordinar todo el trabajo político de UP al plano
institucional e intentar convertir toda acción en defensa del
Gobierno hace perder frescura. Entrar en los despachos no es
negativo “per se”, pero sí una trampa mortal cuando se deja de
escuchar la calle.
-En un momento de reflujo de las grandes movilizaciones ( 15M/ Marchas de la Dignidad/
Mareas/ Stop Desahucios...) ha existido desconexión con la sociedad civil crítica.Sin el apoyo de la
ciudadanía movilizada todo se vuelve flor de un día
-La entrada en el gobierno de coalición con el PSOE fue un
matrimonio de conveniencia, no querido y con un tufo decimonónico.Me
explico: las circunstancias adversas acuciaban a los dos contrayentes
y dejaron el amor para después, con la esperanza de que el roce
hiciera el cariño. Pese a lo minoritario de la presencia de UP y su peso
subordinado , la Derecha – que sí cree en la lucha de clases y la
practica-sueña y hace todo lo posible para disolverlo.No tanto por
la actual labor de gobierno sino por lo que una correlación de fuerzas distintas - una vez roto el tabú de los ministerios-
podría llegar a poner sobre la mesa en defensa del sector público,
transparencia, fiscalidad progresiva, derechos sociales...Pero no se cambia la correlación de fuerzas por decreto.Nuevamente falta la calle empujando .
Y estas variables, a las que tú puedes añadir tu lista, se han concretado en las elecciones gallegas y vascas. De ahí el fiasco y la cara de boxeador noqueado que se nos ha puesto.
¿ Cómo podemos salir del atolladero?
En primer lugar con calma y
sin tirar por la ventana al niño junto al agua sucia. Unas
elecciones autonómicas no son extrapolables a unas generales pues
una parte importante del electorado tiene capacidad de discernimiento
y juega ligas distintas.Pero podría ayudar algunas
prevenciones:
-Cuando se dé un paso en la dirección correcta como por ejemplo el
Ingreso Mínimo Vital no se puede caer en el siguiente en la zanja
del posibilismo y vender un elemento positivo e inicial como “el
no va más “ ya cerrado e incuestionable.No podemos renunciar en ese camino a la propuesta lanzada con anterioridad de la Renta Básica.Ni las
magnitudes ni el resultado buscado son equiparables.
-Hay que tirar de pedagogía y debate interno. Es tiempo de recuperar del cajón en
el que dormita las áreas de elaboración colectiva que alumbraron
la primera IU y que se guardaron a medida que se imponía la
burocratización.
-Dentro de esa pedagogía, meter en los tuétanos del mensaje el
“discurso profético” del que hablaba Julio. La capacidad de
describir la realidad , una vez estudiada y analizada, con toda la
crudeza, sin regalar los oídos. Sostener el mensaje pese a las
críticas que lloverán.Si el análisis es fundado las consecuencias
terminan viéndose.Así se actuó con el tema UE, Euro, denuncia de
corrupción generalizada del Sistema, advertencia del suicidio que
significa desmantelar los pilares Públicos con ejemplos evidentes
como la Sanidad y la situación a la que nos estamos enfrentando en
esta pandemia.
-Por supuesto que da rabia e impotencia comprobar como las urnas
premian políticas antisociales y privatizadoras mientras nos
vuelven la espalda.Pero no echemos la culpa al votante, sino a
nuestra incapacidad para transmitir.
Es el momento de metas claras e ideas básicas entendibles y posibles, sin galimatías ni recovecos indescifrables.
Por poner algunas: salario mínimo de 1000
euros, ninguna pensión por debajo del SMI, extensión y ampliación
de las prestaciones de desempleo ( algo se está andando ya, lo que
es positivo) más aún en las actuales condiciones del Covid19, Renta
Básica,Reforma Fiscal ( lucha contra fraude , paraísos fiscales,
desaparición SICAV, que la Iglesia pague IBI), Banca
Pública,Nacionalización de sectores estratégicos,cumplimiento de
la Constitución del 78 y de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, control de los canales de distribución alimentaria y lucha
contra los oligopolios, separación efectiva Iglesia/Estado, reforma
del sistema electoral, Economía sostenible...
Como
decíamos en el Manifiesto “ "El Hoy y el Mañana: Razones para nuestro compromiso", de como abordemos nuestro hoy dependerá que en España haya un
mañana con futuro para nuestros hijos. Y para que éste sea fructífero
tiene que venir de la mano de un Estado fuerte y una Sociedad
Civil fuerte.
Por
ello esta vez tampoco toca rendirse, más bien sacudirse el polvo y
tentar las magulladuras para continuar en la brega. Pero reiniciando,conectando nuevamente con el espíritu de renovación y
cuestionamiento del Sistema que nos hizo llegar a tantos millones de
corazones. Porque o nosotros hacemos del trabajo, trabajo, trabajo
nuestro " programa , programa, programa"o nos harán la contrarrevolución conservadora sin ni siquiera
haber llegado a formular una revolución.
Y
eso pasa por reconectar con Marchas, Mareas, protestas de jornaleros
y precarios, denunciar el abuso y explotación que no distingue
entre nacionales e inmigrantes pues el patrón sigue siendo
insaciable y come de todo, beber de los orígenes e intentar
diferenciar lo esencial de lo accesorio.
Más
tajo y trabajo de campo y menos “likes”.Aunque el “agitprop”sea
también una herramienta útil, necesaria e imprescindible.Pero no la
única.
Nos
engañaríamos si no aceptáramos que hoy estamos más débiles que
hace una semana. Pero en nuestras manos está el seguir cuesta abajo y
sin frenos o enderezar el rumbo recuperando el olfato que nos hizo
captar los anhelos de una parte importante de la ciudadanía hace
apenas cinco años.
Lo
de rendirse, doblegarse o tirar la toalla no sabemos conjugarlo
¿Autocrítica? la que haga falta.Pero sin caer en la tentación del suicidio que luego cuesta mucho quitar las manchas
Como siempre brillante y clarificador análisis. Es hora de hacer autocrítica y corregir errores... los dioses también se equivocan y deben tomar nota de la opinión de la sociedad.
ResponderEliminarEnhorabuena compañero.