cartel de la película " Todos a la cárcel" ( Luis G. Berlanga)
Juan Rivera
FCSM / Colectivo Prometeo
No
querían ser menos que sus ancestros y al final lo van a lograr. El
fanático religioso Jorge Fernández Díaz, que además es ministro
del Interior ( decía hace unos años en La Gaceta esta
perla:”Aunque
parezca que le hayamos cerrado la puerta, aunque a veces no lo
queramos ver o escuchar, tengo la íntima convicción de que Dios
está muy presente en el Congreso. Las Cortes son el órgano
legislativo del Estado y Dios, el gran legislador del universo”,
donde dejaba claro un pensamiento político empapado de rancio
Absolutismo) no se conforma con la consigna jesuita de
no hacer mudanza en tiempos de turbación. Plantea un cambio legal
que lleve a toda la sociedad de vuelta al “Camino” correcto.
Para
lograr su objetivo ha puesto sobre la mesa un proyecto de Ley que
con la coartada de la Seguridad Ciudadana busca legalizar
el Estado de Excepción. Si a
un país le vaciamos las Libertades hasta dejar la carcasa hueca y
dinamitamos sus las garantías constitucionales, podrán
seguir llamando al engendro Democracia los beneficiados por el
tejemaneje pero todos, en España y Europa, saben que ya no lo es.
El
proyecto ahora publicitado sigue la estela de Leyes anteriores tan
queridas por el Conservadurismo como la de Jurisdicciones de 1906 y
la de Represión de la Masonería y el Comunismo de 1940.
La
primera puso
bajo jurisdicción militar las ofensas orales o escritas a la
unidad de la patria, la bandera y el honor del ejército. Su
aplicación trajo un vaciado de libertades públicas y terminó con
la libertad de expresión.
La segunda
combinó los fusilamientos a mansalva con la persecución de “
Toda propaganda que... siembre ideas disolventes contra la Religión,
la Patria y sus instituciones fundamentales y contra la armonía
social, [ésta]será castigada con la supresión de los periódicos o
entidades que la patrocinasen e incautación de sus bienes, y con
pena de reclusión mayor para el principal o principales culpables, y
de reclusión menor para los cooperadores (sic)” .
Por
lo que nos anticipan los medios de difusión la
Tercera,
reajustada a la época y contexto actual, mantendrá el armazón
ideológico -clásico y reconocible- del Doctrinarismo
hispano.
Quienes siempre han preferido la Caridad a la Justicia, piensan
sublimar en la nueva ley su idea de Orden social,
que no es otra que el mantenimiento de los privilegios de clase. No
les importa si estos se implantan humillando. Con la imposición de
castigos buscan la sumisión, la inclinación de las cabezas ante sus
villanías. Consideran necesario que se note quien manda,que emerja
a la luz el “señoritismo” del siglo XXI.
Los mismos que disculpan raudos Urdangarinadas, Gürteles y demás
corrupciones, los mismos que son extremadamente benevolentes con los
que se enriquecen por manejar información privilegiada y leyes
laborales a la medida, se echan las manos a la cabeza si la
Ciudadanía, harta de que le roben, tiene la osadía de decirlo.
Mutismo o multa.
Tienen
un curioso concepto de lo que es “ la violencia ”
legalmente punible .No les
resulta violento que la policía o los mossos rompan cabezas si
disuelven de forma indiscriminada una manifestación. Sí que
insulten a quienes golpean sin mesura. Por eso pretenden que con la
ley proyectada los afectados laman sus heridas en silencio.
En
la misma línea de pensamiento, no censuran la represión o abusos
policiales. Lo grave es que captes y difundas imágenes de los
mismos. En esta peculiar balanza un “hijoputa” pasa de
grosería a delito gravísimo, mientras que verte desahuciado por
el mismos banco al que todos hemos rescatado o despojado de tus
derechos no pasa de anécdota nimia. Defender lo Público o la
Dignidad es un crimen. Recordarles pacíficamente a quienes
gobiernan los daños que generan sus decisiones una agresión. Pero
romper unilateralmente las normas de convivencia con leyes que atufan
a dictadura se queda en chascarrillo.
En
un país que día si y otro también ve como cualquier cofradía ,
procesión o banda de Semana Santa campa por sus anchas y ocupa la
calle cuando le da la gana, un país cuyos gobernantes toleran
limitar los movimientos de los ciudadanos las veces que haga falta si
el evento religioso lo requiere, pasará
a ser castigado ocupar la vía pública si la convocatoria no está
bendecida por el arzobispo de turno. Aunque
te manifiestes porque te hayan cerrado la fábrica, aplicado un ERE
o recortado un 40% el sueldo. Siempre para que los que más
tengan sigan teniendo más y paguen menos impuestos.
Con la Ley Rajoy-
Fernández Díaz pretenden paralizar a la sociedad discrepante
imponiendo la Coacción y el Miedo
.
Sueñan con la sempiterna España amordazada. Buscan que no
protestemos una vez conseguido convertir el mileurismo
despectivo de hace unos años en oscuro objeto de deseo económico al
que aspiran unos trabajadores mayoritariamente “precarizados”.
Y encima pretenden que les estemos agradecidos porque,de momento,
se conformarán solo con multarnos.
Hoy
se hace imprescindible que el Miedo que ahora inoculan cambie de
bando. Que los saqueadores sientan el aliento en el cogote. Que vean
trazar la raya del “ Nunca más” y el “Hasta aquí
consentimos”.
Decía
Marcelino Camacho que el derecho a la Huelga se ganó con huelgas que
costaron sangre y cárcel. El Derecho a la Dignidad se gana
enfrentándose a la arbitrariedad del que utiliza la coartada de la
Democracia para aplicar sus querencias totalitarias .
Si
no lo hacemos, si no fijamos un “ Basta ya” contundente, con su
demencial iniciativa lograrán imponer otra vez sus veinticinco años
de Paz: la de los cementerios.
3 comentarios:
Siempre hay quien te gane a todo, y si pensábamos que el electricista con su ley de "patada a la puerta" había llegado al tope (y este era socialista) siempre hay quien rice el rizo. Un fundamentalista católico ortodoxo. Enhorabuena Juan.
Muy bien descrita esta triste realidad. Estamos gobernados por dictadores disfrazados de demócratas que se sienten acorralados y tratan de blindar sus vestiduras para que no veamos lo que hay debajo de ellas. Enhorabuena
SAN ISIDRO
Los escaparates rompen a los muchachos.
En la tertulia dijeron que era mala hora.
¿Un poco antes y sin testigos?
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