viernes, 3 de noviembre de 2023

¿ Nos Movemos?




Manuel Delgado

Aznar llamó ayer al franquismo sociológico, político y económico, a ponerse en "movimiento".
Vienen de lejos las consignas y están prietas las filas desde comienzos de siglo. Desde Zapatero está el activismo franquista en pie.. de guerra, sin aceptar los mínimos estándares democráticos tras la primera e inesperada derrota de Rajoy. Basta recordar la batalla por imponer su mentira tras el 11M, y la ilegitimidad del resultado electoral, la rebelión ante leyes, tan aceptadas hoy, como la del tabaco, o el matrimonio igualitario.
Frente a este activismo fanático, que atraviesa barreras de partidos (es evidente que está incluyendo al felipismo) que usa a gran parte de instituciones como el Poder Judicial secuestrado, a la mayoría de los medios de comunicación y a una gran parte de la sociedad civil capitaneada por la jerarquía de la Iglesia católica, no hay, en la práctica, casi nada realmente organizado y movilizado para ponerle freno, al margen de la muy diferenciada realidad política de Cataluña y Euskadi.
Desde esta visión de conjunto se entiende perfectamente que tanto Sánchez, como, antes, Pablo Iglesias, se apoyen en estos dos territorios y adopten un planteamiento más confortable para el nacionalismo centrífugo y, lógicamente enfrentado al nacionalismo centrípeto, consustancial al franquismo, y una de sus muy reconocidas señas de identidad.
El debate está donde quieren Aznar y Pujol. Sí, esos dos pájaros mueven dos cunas; tirando de las dos puntas de una cuerda que está rompiendo la España democrática, social, con derechos, diversa y próspera, que hoy está resistiendo milagrosamente, como ideal, en medio de mil dificultades y equilibrios, en este circo de cuatro pistas.
Ante este panorama, la izquierda y el antifranquismo, debe cerrar filas, combatiendo el nuevo alzamiento aznariano, sin dar esperanzas a los nacionalistas vascos y catalanes de que (no sus sueños) las pesadillas separatistas sigan sirviendo para seguir alimentando a la bestia que hoy crece por momentos.
Desde Andalucía debería ser el territorio fértil donde debería crecer el proyecto de convivencia para toda España, que afronte con Europa los enormes retos de la Humanidad.
La pregunta para las gentes andaluzas es: ¿nos movemos?



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