Carta abierta de Hugo Blanco a Mario Vargas Llosa
Noviembre del 2010
Señor Mario Vargas Llosa:
El premio Nóbel otorgado a usted representa un golpe más del neoliberalismo a las poblaciones indígenas, ya que difícilmente podrá encontrarse mayor enemigo de ellas que su persona.
Son diarios los golpes del sistema mundial gobernado por las grandes empresas multinacionales contra dichas poblaciones, consistente en la depredación de la naturaleza en sus zonas de vida, lo que significa la muerte para ellas.
El ataque es múltiple, solo menciono algunos ejemplos: La implantación de minas a cielo abierto, que roban el agua de la agricultura y la envenenan, matando vegetales, peces, suelo y seres humanos. La extracción de hidrocarburos con parecidos efectos. La instalación de fuentes hidroeléctricas para la minería, que roban el agua de la agricultura y provocan inundaciones. La tala de la selva para extracción de madera, para instalaciones ganaderas o para plantaciones de biocombustibles, lo que debido a las intensas lluvias de la zona provoca la desertificación. La agroindustria que debido al monocultivo y al uso intensivo de agroquímicos, mata la tierra cultivable. El calentamiento global provocado por la emisión de gases de efecto invernadero que asola con inundaciones y deslizamientos de cerros, mata arroyos, disminuye el volumen de los ríos, diluye glaciares, sumerge islas; provoca veranos muy calientes e inviernos muy fríos.
Estos ataques no son sólo contra los pueblos indígenas, sino contra toda la humanidad, pues todos vivimos de lo que la naturaleza nos brinda; lo que sucede es que son las poblaciones indígenas las directamente afectadas por él y por eso son las primeras en reaccionar, ofrendando su vida ante la brutal arremetida del sistema, lo que los convierte en héroes de la humanidad.
Usted, en más de una ocasión ha defendido a las empresas depredadoras contra las poblaciones indígenas.