martes, 30 de junio de 2020
Pablo o el odio de clase
lunes, 29 de junio de 2020
Martes 30: presentación del libro " Vivo como hablo"
Ladrillo geriátrico y Capitalismo en tiempos de Pandemia
viernes, 26 de junio de 2020
Del Gobierno de coalición al Gobierno bicéfalo
En el cartel del bar debía poner:" No disparen al pianista, perdón, al militante" |
Fuente: Cuarto Poder
¡Es el momento del cambio!
El Bosco: Ira (Los siete pecados capitales) |
Contra el Neoliberalismo,después de la Unión Europea
jueves, 25 de junio de 2020
Presentación del libro de Julio " Vivo como hablo"
Andalucía, memoria y futuro.
martes, 23 de junio de 2020
“Soy apolítico pero...”
Córdoba: Defendamos la Escuela Pública
El nudo gordiano: el tiempo de las reformas es finito
Manolo Monereo
Hay la percepción de que el Gobierno ha ganado una batalla. No sabemos qué batalla y mucho menos cuales serán sus consecuencias. Las señales vienen de otro lado, de la coalición “Corona-75”, es decir, el frente amplio en favor de la monarquía y, específicamente, de Juan Carlos I, que va desde Felipe González hasta Santiago Abascal, pasando por Cebrián y llegando, cómo no, a Aznar/Casado, con Bono como maestro de ceremonias. Sus jefes, la trama oligárquica, están, como siempre, temerosos; ponen mucho dinero y no encuentran quienes los representen de verdad, con la profesionalidad requerida.
La coyuntura es contradictoria y positiva. El Gobierno no concita demasiados apoyos, pero sale bien librado del confinamiento. Las derechas, sin norte y habiendo fracasado en su estrategia de acoso y derribo. Lo peor, han movido con poca pericia a sus “núcleos duros” en los aparatos del Estado y han sido detectados. El CNI ha sido neutralizado pero el coste será alto y, más allá, obligará a una remodelación interna especialmente severa. ¿Realmente estaban en una operación golpista? Lo que parece seguro es que tenían claro que la ruptura del Gobierno era posible y que había que hacerlo antes de que se completara la desescalada. La rabia de algunos articulistas de cabecera y el desaliento de las derechas unificadas expresan el fracaso de una estrategia y conceden una tregua al Gobierno que este debe de aprovechar para definir programa y proyecto para una salida progresiva de la crisis.
¿Por qué definir esta coyuntura como contradictoria y positiva? Es bueno compararla con la coyuntura del 2008. En el Gobierno se mantiene la idea de que la crisis será en V y que la recuperación, la ministra Calviño dice, ha empezado. Creo que es un error de fondo, pero no es este el momento para desarrollarlo; tiempo habrá. Lo que no parece lógico es la consecuencia política que se saca de tal análisis. Puesto que la recuperación ha comenzado, se dice, no hagamos las reformas de fondo y esperemos a que la Unión Europea marque la salida. La “señora de negro” equivoca al Gobierno. Las reformas que no se hagan ahora no se harán en el futuro. El “tiempo político” siempre está tasado. El “momento” lo marca la pandemia y su fin la Unión Europea. Las personas, masivamente, se han convencido de lo que ya sabían: su libertad, su seguridad, depende de un conjunto de servicios públicos que hay que reforzar y ampliar. Las derechas y sus intelectuales orgánicos (fundaciones y demás medios especializados en emitir la única ciencia económica verdadera) no se atreven a decir lo que piensan y, hoy por hoy, la mayoría social no está disponible para escuchar las viejas cantinelas sobre los peligros de los déficits públicos, las maravillas de las privatizaciones o las ventajas seguros privados.
La batalla político-cultural y programática es fundamental en este momento. Por segunda vez en diez años, el Estado, el sector público tiene que rescatar al sector privado. Las crisis desvelan la realidad y en unos pocos días se aclara más que muchos años de debate ideológico, siempre que se esté a la altura y se acepte el reto. Sin Estado no hay economía y, a la hora de la verdad, este sale al rescate; eso sí, endeudándose hasta las cejas y poniendo en disposición de las empresas e instituciones privadas el erario público. ¿No ha llegado el momento de democratizar el poder económico? ¿no estamos en condiciones de crear una banca pública capaz de financiarse como la privada e impulsar proyectos e iniciativas para cambiar el modelo económico-social? ¿no ha llegado el momento para revertir las (contra)reformas laborales y reconstruir la “constitución del trabajo” a la altura de los desafíos de la época? Si el Estado, a la hora de la verdad, es quién decide, ¿no es llegado el momento para potenciar un sector empresarial púbico fuerte capaz de planificar el desarrollo, organizar el cambio de modelo económico y redistribuir renta y riqueza?
La reciente cumbre empresarial organizada por la CEOE define muy bien la situación. Todos pidiendo más y más fondos del Estado; todos quejándose de la escasez de las ayudas; todos definiendo proyectos que exigen compromisos de “seguridad jurídica” para inversiones futuras y que las reformas (bien pensadas y consensuadas con la patronal) se aplacen una vez se consiga superar la crisis. Da vergüenza ajena, pero es verdad: rescatadme, financiadme para recuperar poder económico y que pueda seguir mandando y definir el futuro del país. Hacedme fuerte para dirigiros porque no podéis vivir sin mí y menos contra mí. Lo de la seguridad jurídica es una artimaña zafia y de recorrido escaso. Su núcleo, no hacer reformas, no tocar las relaciones laborales, no redefinir un sistema fiscal justo y eficiente, no impulsar cambios de verdad que limiten el poder de los grandes oligopolios financieros, energéticos y empresariales. ¿Y si hacen, como en el pasado, “contra reformas? Eso sí, sería bueno, buenísimo, para la competitividad, para la creación de empleo y el futuro del país. Pónganle nombre y verán como conjugan con el poder de los que mandan.
Hay cuatro cuestiones que definirán el futuro de España y que harán posible que esta tenga futuro, es nuestro nudo gordiano a resolver positivamente. Primero, un Gobierno que se comprometa en serio con un proyecto de país; que sea capaz construir un nuevo modelo de desarrollo económico, social y ecológicamente sostenible. El consenso no puede convertirse en el derecho de veto de la patronal, más bien al contrario, debe fundar una alianza social con los jóvenes, autónomos, pequeños y medianos empresarios y unas clases trabajadoras que necesitan más poder, mayor iniciativa y más derechos. Segundo, paliar los efectos sociales de la crisis. Nunca ha habido un reparto igualitario de las crisis. Mientras que haya capitalismo y desigualdad entre clases sociales, no será posible; lo que cabe es amortiguar sus consecuencias sociales más negativas. El llamado escudo social tiene que fortalecerse rápidamente y la sanidad pública reforzarse de forma inmediata, con más medios, más personal y mejor coordinación.
La tercera y cuarta cuestiones son, en el fondo, una: ¿qué papel va a jugar España en la nueva división del trabajo que se está definiendo en la UE? ¿Qué modelo productivo y de poder? Las dos cosas están relacionadas y se superponen. La UE no es un club de beneficencia ni una esfera pública basada en la solidaridad. Como vemos cada día, hay ganadores y perdedores. Quien manda y aquellos que tienen que aceptar una posición subalterna. Alemania está definiendo su papel en el mundo; la UE está al borde de la implosión y sigue siendo el mercado preferente de los países del núcleo. Necesitan que siga existiendo y que lo haga en las condiciones requeridas. Siempre están dispuestos a pactar las diferencias que no supongan un cambio de dirección política.
El “maná” europeo no vendrá, será insuficiente y responderá a las decisiones de las instituciones de la Unión que, de una u otra forma, estará determinadas por el eje franco alemán. ¿Alguien cree realmente que los fondos europeos servirán para reindustrializar España, para crear grandes empresas capaces de competir con las alemanas o francesas? ¿Alguien cree que los fondos que vengan servirán para un desarrollo territorial de nuestro país más homogéneo y sostenible? ¿Alguien cree que las políticas de la UE servirán para ampliar nuestro Estado social, impulsar una reforma fiscal más justa y redistribuir renta y riqueza?
Se dirá que alguna de estas cuestiones depende de España, de nuestras políticas y de correlaciones de fuerza dadas. Es una medio verdad. Para desarrollar un nuevo modelo económico, social y ecológicamente sostenible, el obstáculo fundamental a superar será la Unión Europea. Hace unos meses, cuando afirmaba que estamos en una primera fase y que en la segunda nos encontraríamos con las duras reglas y las resistencias de la UE, se dijo que esta crisis era diferente y que la UE no sería un obstáculo sino una ayuda. Algunos callamos y, mucho antes de lo esperado, se empieza a situar en la UE el lugar o el espacio del enfrentamiento político en España. Que el PP defienda en Europa reglas estrictas para la concesión de ayudas a nuestro país, no debería extrañar. Lo suyo siempre ha sido un patriotismo de cartón piedra. Pero se debería ir más allá y reconocer la verdad que se tiene delante de los ojos y no se quiere ver: las reglas económico-financieras constitucionalizadas en los países de la UE expresan una alianza estratégica entre las clases dirigentes de esos Estados y las instituciones de la UE, garantizadas por Alemania. El ordo liberalismo alemán es la expresión política e ideológica de esa alianza entre los grupos de poder dominantes. Para decirlo con más claridad: la patronal, las derechas, los varios nacionalismos y la ministra Calviño están de acuerdo con estas políticas neoliberales y la defenderán hasta sus últimas consecuencias. ¿Pedro Sánchez?
Los poderes económicos están ejecutando una estrategia muy conocida: no enfrentarse directamente a las demandas de las poblaciones, dejar que el tiempo pase y que los verdaderos problemas de la pandemia aparezcan ante la opinión pública. Es lo que está haciendo la UE, dilatando los procesos, escenificando enfrentamientos entre buenos y malos para llegar, al final, a un acuerdo de síntesis. El verdadero “escudo del poder” de los que mandan y no se presentan a las elecciones es la UE y de ahí vendrá la señal para el enfrentamiento con las políticas económicas y sociales de un gobierno pensado para otras tares, para otras circunstancias y para un mundo menos trágico.
La Unión Europea vive en una forma de Estado de excepción: sus reglas han sido temporalmente suspendidas, las normas del mercado interior eludidas y las instituciones tomando iniciativas para evitar el fin de un proyecto que vive una crisis existencial. Ahora es el momento para realizar las reformas que nuestro país necesita, los cambios necesarios para resolver viejos y nuevos problemas que determinarán las condiciones de vida, trabajo y seguridad de nuestras poblaciones. Cambiar el modelo productivo exige cambiar “el modelo de poder”. Las reformas tienen un tiempo finito.
domingo, 21 de junio de 2020
viernes, 19 de junio de 2020
jueves, 18 de junio de 2020
El Ayuntamiento de Córdoba atenta contra los derechos humanos de las personas refugiadas en el Colegio Mayor Séneca echándolas a la calle
Nuestro Ayuntamiento de Córdoba ha procedido hoy a terminar de desalojar a las personas que han estado viviendo en el antiguo Colegio Mayor Séneca durante el confinamiento. Se trata de personas sin hogar que, incluso antes de que termine el estado de alarma, han sido puestos en la calle a pesar del ofrecimiento de la Universidad de Córdoba para que el Ayuntamiento siguiera usando sus instalaciones. Una experiencia más que positiva que ha supuesto la mejora en la calidad de vida y en sus perspectivas laborales de un buen grupo de personas y que el cogobierno de PP y Cs, en el que no se oye ninguna voz disonante de la ultraderecha de VOX, ha dado por finalizado demostrando lo que les importa las vidas de las personas.
Os aconsejamos fervientemente el editorial de nuestras compañeras y compañeros de Paradigma, publicado hoy y donde encontraréis el enlace a la noticia que también publicaron ayer sobre el tema. Un motivo más para plantar cara a estas clases dirigentes que solo se acuerdan del reparto de millones cuando se trata de beneficiar a los que de verdad mandan y a quien gustosamente sirven durante largas vidas de cargos públicos.
Podéis entrar en el editorial pinchando el enlace siguiente o sobre la foto de portada
Colectivo Prometeo: Comunicado
miércoles, 17 de junio de 2020
martes, 16 de junio de 2020
Las muertes indignas
Remedios Copa
Colectivo Prometeo
Durante esta pandemia se han visto y escuchados cosas tan deleznables en relación con los ancianos que causan pavor y nauseas; pavor por lo que te pueda tocar si ya tienes más de 65 años y nauseas si eres una persona de bien y descubres lo que los gobernadores del poder económico global nos tienen reservado, o lo que algunos responsables de asistencia sanitaria y residencias de ancianos han hecho con ellos. Ambas responsabilidades (sanidad y residencias) son competencia de las Comunidades Autónomas y hay que reconocer que no en todas ellas se les dio el mismo trato a los ancianos que padecieron las consecuencias del Covid-19.
La mayoría de las muertes de ancianos que no han recibido tratamiento, o no han recibido el necesario y adecuado, se produjeron en las residencias privadas, destacando las de las Comunidades de Madrid, Cataluña, Galicia y alguna provincia, lo que no quiere decir que en otras reinara la perfección y no pudiera darse algunas situaciones similares.
lunes, 15 de junio de 2020
De la crisis de régimen a la crisis en el régimen: ¿negociando la nueva restauración?
La acción/reacción funciona en política. Hubo una acción: el golpe de los poderes económicos-empresariales con el objetivo de modificar el modelo social y constitucional, usando la crisis económica como instrumento, bajo el impulso y complicidad de las instituciones de la Unión Europea. Hubo una reacción: el 15M, una rebelión ciudadana que denunciaba al capitalismo financiero depredador, a unas élites políticas sometidas a sus directrices y a unas instituciones cada vez más alejadas de la ciudadanía, de sus necesidades y demandas. En su centro: la casta, la trama; un bloque de poder que unificaba y organizaba a grandes empresarios, medios de comunicación, sectores significativos de los aparatos del Estado y una parte sustancial de la clase política.
Los que mandan y no se presentan a las elecciones sintieron miedo por primera vez en años. Se abría una “crisis del Régimen” en momentos delicados y, lo que más les preocupaba, emergía una fuerza política, Podemos, que denunciaba a las élites dominantes, criticaban la corrupción reinante en el Estado y proponía la reforma constitucional, activando el poder constituyente originario del pueblo, con el objetivo de regenerar la vida pública, democratizar la economía y garantizar los derechos sociales fundamentales. ¿Cuál fue la reacción? Vino un tsunami. Los poderes lanzaron una ofensiva brutal, sostenida en el tiempo y con el empleo de métodos tanto legales como ilegales, incluidas “las cloacas” del Estado y de las empresas. Consiguieron frenar el movimiento, lo dividieron y rápidamente percibieron la debilidad de su equipo dirigente. Las derrotas solo son definitivas cuando las hacen suyas los cuadros básicos de la fuerza ascendente. Tan viejo como el mundo.
Constitución y servicios públicos: el trabajo común por la dignidad.
Ángel B. Gómez Puerto.
Doctor en Derecho
Desde que conocí en profundidad la literalidad de nuestra Constitución, en segundo curso de mi Licenciatura en Derecho (1988-1989; diez años tenía en ese momento de vigencia nuestro texto político-jurídico fundamental,) no he dejado de tenerla como referente para mis trabajos académicos y de opinión. Nunca consideré papel mojado a nuestra norma fundamental, siempre la entendí como una utopía escrita por la que trabajar, exigiendo su cumplimento, siendo consciente de sus múltiples posibilidades.
Con carácter general, una Constitución sirve para organizar los poderes del Estado, para declarar y garantizar derechos y libertades para el pueblo, para limitar al poder, para establecer obligaciones a la ciudadanía, para garantizar una sociedad democrática, para establecer grandes principios o valores superiores del ordenamiento jurídico, que informarán la gran arquitectura jurídica y sus normas de desarrollo, o para establecer objetivos de un Estado, de una sociedad, o para definir su propio modelo económico. Ya el artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789 ,Revolución francesa) proclamó que “toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada ni la separación de poderes determinada, no tiene Constitución”.
sábado, 13 de junio de 2020
miércoles, 10 de junio de 2020
martes, 9 de junio de 2020
Solidaridad con Nissan y Alcoa
Cuando los derechos de una parte de la clase trabajadora se vulneran, se vulneran también los de toda la clase trabajadora. Solo la unidad de acción dentro de nuestra clase y la solidaridad entre nosotros, a través de las diferentes causas que nos son comunes, pueden arrojar un horizonte de futuro a nuestras vidas y a las de nuestros seres queridos.
Por este motivo queremos haceros público nuestro total compromiso para con la causa que hoy reinvindicais, compañeros y compañeras de Alcoa y Nissan, sumando nuestra voz y fuerza a las vuestras, a la par que os tendemos la mano para haceros más fuertes.
Que viva la lucha obrera y la lucha de los trabajadores/as de Alcoa y Nissan.
domingo, 7 de junio de 2020
Lacayos de los poderes económicos
Presidente del Colectivo Prometeo
Los rápidos acuerdos entre el PSOE y UP después de las elecciones del pasado mes de noviembre, pilló a la derecha desprevenida y supuso fue un duro golpe del que aún no se han recuperado. Entrar en el Gobierno, formar una coalición “progresista” con la izquierda en este país resultaba demasiado peligroso. Sabíamos que lo que la derecha extrema no había conseguido en las urnas intentaría lograrlo de cualquier manera, sin límites en sus planteamientos, ni en su actuación. Desde el primer momento de la formación del nuevo gobierno (que contó con el apoyo de once millones de votos) no ha dejado de lanzar consignas, mentiras, bulos, ataques despiadados sin apenas darle tiempo a calentar los sillones de los ministerios.
Han puesto en marcha toda la ruidosa maquinaria que los apoya (grandes empresas, ricos, medios de comunicación, una parte de la judicatura, del ejército y cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y ¡cómo no! la Iglesia) para combatir cualquier iniciativa que signifique cambios necesarios en una sociedad que en los siete años de gobierno, los populares había fomentado, hasta límites insoportables, la precariedad laboral, la exclusión social, la pobreza, los desahucios, la bajada de pensiones y salarios, los despidos casi gratis de los trabajadores, los recortes (sanidad, educación, dependencia, I+d y jubilación) y la pérdida de derechos fundamentales (reunión. manifestación, huelga, …).
La llegada de la pandemia ha pillado a toda la UE por sorpresa. Asia estaba muy lejos de nosotros, pero la globalización ha hecho el resto. Se ha expandido como un reguero de pólvora. Ningún país llegó a prever el alcance y desarrollo tan rápidamente del Covid-19. España tomó medidas urgentes y el confinamiento de la población era la única forma de controlar el contagio. El desastre no estaba previsto. Nuestro país ha tenido cerca de doscientos cuarenta mil contagiados, más de veintisiete mil fallecidos y, en muy poco tiempo, ha supuesto un hundimiento económico y social sin precedentes.
sábado, 6 de junio de 2020
Esclavos y mendigos
Tengo la impresión de que este artículo también podría titularse “los tiempos que vuelven”. Y lo digo por un montón de circunstancias que confluyen tal que un círculo cerrado nos estuviese moviendo en el tiempo a un retroceso olvidado que se daba por zanjado.
Alguien rememoraba el pasado 2 de mayo la pintura de Goya cuya obra El 3 de mayo recuerda los trágicos acontecimientos ocurridos en Madrid en mayo de 1808, en su madurez como pintor hurgó en su interior para sacar algo aterrador e inesperado como reflejan las pinturas negras, oscuras en cuanto a color y significado y que para algunos críticos representan la culminación de su carrera; obras que a día de hoy podemos observar en el Museo del Prado. Esas criaturas que gritan aprisionadas al otro lado del cristal y los desastres de la guerra reflejan una época social.
Yo quisiera recordar hoy a Isidre Nonell Monturiol, pintor y dibujante español que perteneció al modernismo, fallecido a causa del tifus en 1911, cuyos retratos de cretinos, gitanas y mendigos reflejaban el dolor y la miseria de las clases más bajas de la sociedad española; sus dibujos satíricos fueron reflejo de la situación social de Cataluña. A Nonell también se le ha considerado continuador de la visión de la llamada España negra y su obra está especialmente representada en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Ambos pintores fallecidos en los dos siglos anteriores, (1828 y 1911), han dejado en sus registros situaciones de inestabilidad y miseria que parecen repetirse en cada siglo o que tal vez, nunca se fueron del todo. Se repiten como también se repiten las pandemias, las colas del hambre y la esclavitud y, lo que nunca falta, la picaresca. La pandemia en la que aún estamos inmersos dejó a más de la mitad de los adultos españoles bajo el paraguas de la protección económica del Estado.
jueves, 4 de junio de 2020
Detrás del ruído y la furia
Antonio Prieto Ballesteros
Médico Jubilado
Para comprender la situación política en nuestro país, creo necesario atender a dos aspectos relevantes. De un lado la radicalización de nuestras derechas que, contra todo principio democrático, han dejado de reconocer los resultados electorales, siempre que no sean ellos los ganadores; a la par que han renunciado a presentar propuestas alternativas a las formuladas por sus adversarios, sustituyéndolas por el ruido, el insulto, la descalificación y la furia.
En este contexto, la crisis generada por la pandemia, que ha sorprendido a un ejecutivo recién establecido, la han considerado como oportunidad y como escusa, para profundizar en su estrategia de crispación y desafección. Todo su trabajo durante el periodo de alarma ha consistido en tratar de convertir el malestar lógico de quienes hemos tenido que permanecer confinados, en descontento, cuestionamiento, rechazo y rabia contra todas y cada una de las propuestas, fueran cuales fueran, que propusieran los responsables políticos, generando y fomentando un clima de desconfianza, incluso criminalización, buscando la desobediencia e insurrección civil y la intervención de otros poderes del estado, con el fin de derribar al gobierno.
El segundo aspecto que se ha de tener en cuenta es que, aunque aparentemente critican la gestión, que está haciendo el gobierno, de la crisis sanitaria, en realidad su estrategia está orientada a influir en quien y como se gestiona la crisis económica subsiguiente.
Este es el aspecto verdaderamente importante para comprender el comportamiento de la derecha extremada, es la causa de su renuncia a los mínimos consensos necesarios, que toda sociedad democrática precisa en los momentos de crisis, y que los lleva a estructurar una oposición como la descrita.
La pandemia ha demostrado que el mundo del trabajo es básico, que los servicios públicos (sanidad, educación, fuerzas de seguridad, servicios sociales y atención a la dependencia) son fundamentales. Los ciudadanos nos hemos hecho conscientes, y así parecen demostrarlo las encuestas, que gracias a estos se ha podido hacer frente con éxito a la epidemia. Que los problemas con los que nos hemos encontrado han sido consecuencia del desmantelamiento y desatención a la que habían sometido al sector público, cuando gobernaron aplicando las recetas neoliberales, para hacer frente a la anterior crisis económica. Que los ciudadanos estaríamos dispuestos, como siempre, a pagar nuestros impuestos para potenciar dichos sectores y, lo que es más relevante, a apoyar medidas de mayor presión fiscal a las clases más acomodadas.
Desde el gobierno, no sin tensiones internas, se están estructurando unas respuestas que tratan de establecer tres objetivos: que en la crisis económica nadie quede atrás, proteger los servicios públicos y que esta crisis no la pague el mundo del trabajo, como sucedió en la crisis económica de 2008. Por esto, no es casual que el descontento, las revueltas y las acciones de ruptura del confinamiento haya surgido en los barrios donde viven los más acomodados.
La estrategia del ruido y la furia no es una exclusividad española, es una práctica puesta en marcha a nivel mundial por las clases privilegiadas, para contener el descontento de los damnificados por décadas de políticas neoliberales. En estos momentos les resulta muy difícil
defender su agenda política de privatización de servicios públicos, de reducción de salarios, de recortes de pensiones, de despido libre, de reducción de impuestos a los grandes capitales. Por ello, las manifestaciones no las hacen reivindicando sus propuestas políticas, las hacen apelando a sentimientos generales (libertad, patria, muertos), con los que muchos pueden identificarse. No reivindican sus propuestas, por qué, de hacerlo, la gente podría ver que los intereses que defienden, no son las que más les conviene como ciudadano. Pero de hecho, es lo que están proponiendo y aprobando en Andalucía, en Murcia, en Madrid o en Galicia.
Cuando gritan libertad, saltándose las medidas colectivas de prevención, cuando se envuelven en la bandera y se proponen como defensores de la patria, como si las propuestas del gobierno fueran una agresión a los valores patrióticos y no unas medidas que chocan con sus intereses, lo que en realidad están haciendo es desviar hacia los sentimientos, la atención de los ciudadanos, es utilizar la patria, la bandera y el concepto libertad, como instrumentos de defensa de sus intereses particulares más insolidarios. Se envuelven en la bandera como escudo para defender su cartera. Así pues, que no nos engañen, la patria, la bandera, los insultos y la crispación son, todos, instrumentos que necesitan para generar ruido emocional al servicio de la agitación que precisan para que la salida de esta crisis se realice de acuerdo con sus intereses.
Su objetivo es, sin ninguna duda, hacer todo lo posible, incluso al margen de los procedimientos democráticos, para impedir que el actual gobierno pueda pilotar la gestión de la crisis económica adoptando medidas que vayan contra esos intereses. Para lo que están dispuestos a incendiar la vida política y a degradar, si le es preciso, todos los poderes del estado.
Frente a ello, además de desvelar y difundir su manipulación, es fundamental no caer en la provocación de entrar a confrontar sentimientos, sino poner al descubierto sus propuestas políticas insolidarias y defender colectivamente el valor de las propuestas sociales, culturalees y económicas alternativas.
Antonio Prieto Ballesteros
martes, 2 de junio de 2020
Mínimo sí, vital ni por asomo
¡El socialismo ha muerto! ¡Viva el socialismo!
El libro podría definirse como “materiales para la reconstrucción de un proyecto de liberación”. El autor lo hace sobre cuatro planos. El primero, cuestionar algunos elementos de la tradición marxista que considera superados y un obstáculo para una práctica alternativa. El segundo, definir las características del capitalismo actual en sus complejas relaciones con la sociedad y con los cambios geopolíticos radicales que están transformando el mundo que hemos conocido. El tercero, la reivindicación del Estado nación como instrumento fundamental para una estrategia política progresiva. Y un cuarto plano que entra directamente en los debates sobre populismo, la superación o no de la forma partido, el papel de los sujetos y actores sociales en momentos en los que las viejas identidades se están disolviendo y otras, que se consideraban superadas, retornan bajo formas diversas.
lunes, 1 de junio de 2020
¿¡Estamos con Julio!?
José Antonio, Amelia y Julio en las Jornadas Laicistas (2019) |
José Antonio Naz Valverde
Colectivo Prometeo.
“Obras son amores y no buenas razones”
A esos llamamientos, desde Convocatoria por Andalucía al Frente Cívico, hemos respondido miles de personas a lo largo de los años, pero en muchos casos la implicación no ha ido mucho más allá de firmar manifiestos, apoyar en redes o participar en actos públicos. O incluso participar, más de un millón de personas, en la histórica marcha por la Dignidad el 22 M. Pero no basta con las reacciones espontáneas y las manifestaciones puntuales, por muy grandes que sean; todo esto es bueno y necesario, pero sólo es efectivo dentro de un plan colectivo de cambio con un programa común. El eslogan de las multitudinarias marchas de aquel 22 de marzo de 2014 “pan, trabajo, techo y dignidad”, tiene que materializarse en medidas concretas en un programa elaborado, aprobado y defendido por la inmensa mayoría social, que conforme una mayoría parlamentaria suficiente y un gobierno que legisle para aplicarlas. Unidas Podemos , también apoyado por Julio, está intentando desde el gobierno de coalición promover algunas medidas que respondan a esas demandas, pero necesitarán de un gran apoyo social que anule los ataques de los poderes reales que solo defienden sus privilegios.