Obras de Fernad Léger |
Julio Anguita
Colectivo Prometeo
[Continuamos publicando las reflexiones que bajo el título " Resituarse" nuestro compañero y amigo Julio está desarrollando estas semanas]
III
Para describir y
definir la actitud de Sánchez desde el 29 de Abril, no cabe otra
alternativa que utilizar la expresión “marear la perdiz”. Si de
verdad Sánchez hubiese querido trasladar a la acción de Gobierno
los resultados del 28 de Abril y el clamor de la militancia en esa
noche, hubiera convocado inmediatamente a Unidas Podemos para
empezar a redactar un programa de Gobierno conjunto. Sin embargo, el
candidato se dedicó a perder tiempo intentado vanamente forzar la
voluntad del PP y Ciudadanos para conseguir de ambos la abstención.
Caso de no conseguir dicha aspiración, y como segunda e inevitable
opción no deseada, se buscaría el apoyo externo de UP a cambio de
acuerdos tan incumplidos y volátiles como los que se firmaron para
los PGE o tan gratuitos cono los de la Moción de Censura.
Cuando se redacta este
escrito, el candidato ha pospuesto hasta Septiembre la ronda de
contactos para recabar apoyos a su investidura y ha dejado claro que
de gobierno de coalición nada de nada. Lo sorprendente es que
sindicatos, editorialistas, tertulianos, colectivos y personas que
militan en la Izquierda sigan erre que erre insistiendo en que el
pacto entre el PSOE y UP llegue a buen puerto. Y simultáneamente
piden que ese acuerdo se realice en torno a políticas económicas y
sociales avanzadas. La cuadratura del círculo, en resumen.
No menos chocante son
aquellas declaraciones que buscando situarse au
dessus de la mêlée reparten
“equitativamente” la responsabilidad de la falta de acuerdo.
Suelen provenir de ámbitos de izquierda que seguramente montarían
en cólera si UP aceptase – por mor del acuerdo- unas medidas
claramente insertas en el neoliberalismo dominante.
En el fondo de esta
actitud subyace la reacción de autoengaño ante una realidad que se
muestra adversa, difícil, conflictiva, inédita en muchos aspectos y
sobre todo de crisis sistémica global y de crisis del régimen
forjado en la Transición. Una actitud de pánico ante la evidencia
de los hechos. Se agarran a la irreal fórmula Gobierno de Progreso
(con el PSOE como actor fundamental) o a la del apoyo externo, de la
misma manera que Doña Concha Pique cantara “Prefiero vivir soñando
que conocer la verdad”. ¿Qué verdad?
Guste o no guste, la
Izquierda, es decir la posición que se opone al desarrollo del
neoliberalismo económico, político e ideológico y confronta con
él, está sola, dividida, en minoría social y además es
consciente de todo ello. El que una parte de la responsabilidad de
esta situación le ataña en parte a ella, no debe empecer para
asumir esta realidad. No caben juegos malabares de carácter
semántico ni tampoco evasivas. Es un hecho que se asume consciente y
consecuentemente o se hace el Don Tancredo en sus dos principales
expresiones: el “buenismo” posibilista o el
“hiperrevolucionarismo” purista instalado en una torre de marfil.
En las próximas
entregas desarrollaré lo que, a mi juicio, debe asumir en esta hora
la izquierda.
IV
Visto lo visto, y no solamente en los últimos meses sino en décadas,
la Izquierda o se resitúa o quedará como testimonial, también durante
décadas futuras. Resituarse es replantearse, cuestionarse y, sobre todo,
enlazar con el hilo rojo de su ADN: el socialismo como proyecto global y
alternativo para la vida humana en sociedad. Es decir, otra economía,
otros valores, otra cultura, otro desarrollo de la democracia, otra
política, otras instituciones, otra educación, otros imaginarios
colectivos. Desde luego, y en la situación presente, es una tarea
prometeica pero que debe ser afrontada. Eso o la muerte por consunción.
¿Qué conlleva la aceptación del reto?