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Columna del golpista y sanguinario Buruaga entrando en Baena |
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Teniente de la Guardia Civil Pascual Sánchez asesinando a baenenses |
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Las ejecuciones en la plaza del Ayuntamiento |
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Columna del golpista y sanguinario Buruaga entrando en Baena |
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Teniente de la Guardia Civil Pascual Sánchez asesinando a baenenses |
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Las ejecuciones en la plaza del Ayuntamiento |
[Como hemos hecho en tantas ocasiones, recogemos en este apartado propuestas que, sin ser del Colectivo Prometeo, creemos que pueden tener interés para la reflexión conjunta sobre la Izquierda]
ENLACES
Manifiesto y primeros firmantes
Manifiesto y primeros firmantes
El decálogo
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Datos
Las malas políticas
Al contemplar el bochornoso vídeo
protagonizado por los bañistas de la playa de Castell de Ferro persiguiendo a nueve inmigrantes recién bajados de la patera, no he podido evitar recordar algunas
escenas del clásico de Sam Peckinpah “Perros de paja”. En concreto, cuando esos habitantes
del pueblecito de Cornualles, en la campiña inglesa, en apariencia tan pacíficos, mostraban el grado de violencia que llevaban dentro.
También me vino a la cabeza “La jauría humana” de Arthur Penn, interpretada por Brando y Redford, en la que los personajes del pueblo de Texas exponían sus miserias envueltas en una forma de vida hipócrita.
Pero
el título primero encuadra mejor la escena: el comportamiento de los “patriotas”
que tomaban el sol en Granada, mezcla perfectamente la idea de su conversión en “perros
de presa”, sin dejar de ser por ello unos meros “hombres de paja” al servicio
de los intereses del amo de turno.
Si algún director piensa hacer un remake
de alguna película sobre un campo de concentración nazi, ya sabe dónde contratar a los extras que harían de “kapos” carcelarios. El papel lo bordarían
porque la parte de deshumanización la llevan de serie.
Y no, no eran buenos ciudadanos
cumpliendo y haciendo cumplir la ley, aunque eso no quita que alguno pueda ser hasta un
fervoroso cofrade que ha escuchado mil veces al cura decir en misa lo de “Amaos los unos a los
otros “ y haya cantado con mucho énfasis lo de “Todos somos iguales a los ojos de Dios”.
Si en lugar de bajarse de la patera unos
pobres desgraciados, se hubieran bajado narcos con fardos de droga, ninguno,
pese a tenerlos delante de sus ojitos, hubiese movido un dedo para " hacer cumplir la ley".
Tampoco es que fueran especialmente
racistas. Si a la playa en lugar de acercarse la patera se hubiera arrimado un
inmenso yate, lleno hasta las trancas de jóvenes con el mismo aspecto y color de piel que los
que placaron en la arena, se hubieran movido, sí, pero para hacerles la ola y
extenderles una alfombra roja.
El resorte se les activó cuando tenían delante a jóvenes indefensos y, para más inri, pobres. Tiene su lógica porque, desde los medios de difusión ideológica, les machacan con que "Esos son tu competencia, los que tiran a la baja de tu salario y te quitan el trabajo", sin caer en el beneficio que saca el patrón que los hace competir.