Juan Balsera
Colectivo Prometeo y FCSM
La Unidad Popular, es un concepto que las organizaciones políticas, como IU, Equo o Podemos manejan en sus discursos, pero que no suelen practicar en su proceder cotidiano. Más bien buscan el apoyo incondicional de los otros, al pensar que lo que ellos predican es lo mejor y que los demás están equivocados y deben de plegarse a sus planteamientos.
Estas prácticas se ejercitan de muchas maneras, unas veces realizando el vacío a los demás y en otras ocasiones fomentando el descrédito a los planteamientos del prójimo, llegando incluso a la de la propia descalificación de la persona. De esta manera creen que van ganando la batalla, pero en realidad lo que sucede es que al final de ese camino se encuentran con la misma realidad, como si de un espejo se tratara; reciben la misma medicina que han aplicado, acabando impotentes y derrotados, pero eso sí, aferrados a su proceder.
En la práctica se sitúan en una huida permanente hacia ninguna parte, aplicando en sus tesis y en su forma de proceder la famosa fórmula de borrón y cuenta nueva, como si el pasado no hubiera marcado ya nuestras vidas.
Se olvidan con demasiada frecuencia de los luchadores y activistas sociales que nos precedieron y que fueron apartados por unos dirigentes que medraron al cobijo de planteamientos erróneos, que forman parte del mundo irreal. Durante lustros nos inculcaron y nos vendieron ese mundo imaginario como lo único posible. Perdimos la guerra ideológica, pero lo que es peor, nos olvidamos de los hombres y mujeres que lucharon por mantenerse en la ética y la dignidad. Sin embargo, con demasiada frecuencia se han implantado en las organizaciones políticas, actitudes que tienden a desplazar a las personas sabias por su experiencia, para ser sustituidas por embaucadores y vendedores de humo.
La falta de un buen método organizativo y la hipocresía permite que los dirigentes políticos, antepongan sus intereses grupales o personales, a la búsqueda de una verdadera fuerza de unidad. Ha desaparecido el análisis con rigor y la autocrítica de la praxis político-social, como si eso fuera algo negativo para ganar unas elecciones.
La Unidad Popular es la gran fuerza que entendemos como una suma de esfuerzos colectivos, capaz de enfrentarse con garantías de éxito al poder establecido, con el objetivo de defender y exigir los derechos de la ciudadanía, basados en los principios de Libertad, Justicia e Igualdad o Equivalencia; es decir, en los Derechos Humanos y los Derechos de la Tierra.
En la actualidad la Unidad Popular es una necesidad y una obligación por la que deben de luchar todos los hombre y mujeres de buena voluntad. Materializarla se convierte en una cuestión imperiosa y vital para un sector muy importante de nuestra sociedad, que coincide además con las personas más vulnerables y desprotegidas de la misma.
Lo que más nos separa a activistas sociales, o ciudadanía de a pie, de las organizaciones políticas y sociales, son precisamente las fórmulas que hagan posible la unidad desde la participación igualitaria de las personas de la base. Debemos buscar fórmulas que garanticen esa opinión colectiva, con métodos democráticos, donde el voto individual sea respetado.
Debemos desterrar toda manipulación de cualquier proceso ya que entra en contradicción con nuestras ideas de defensa de lo público, lo colectivo o lo social. Es necesario un cambio en los métodos, en los valores, en la ética de las personas y quienes defendamos la Unidad Popular debemos impulsar esas propuestas. No debemos dejar en manos de unos pocos lo que corresponde a la mayoría social.
La Unidad Popular debe sustentarse en un Programa Común. Pero no es menos importante que se sustente en un Método de participación y toma de decisiones colectiva, democrática y sin las trampas a las que estamos acostumbrados. Que la soberanía de las decisiones las tomen de forma participativa y democrática el conjunto de los miembros de la Asamblea. Que los dirigentes salgan de forma natural del respaldo de las personas y de la coherencia de los planteamientos defendidos.
Es importante que desde el inicio nos dotemos de unas reglas de juego que nos permitan seleccionar y priorizar nuestras propuestas electorales, y también seleccionar a las personas que mejor puedan llevarlas a cabo. Deberíamos evitar las fórmulas que rompan los procesos unitarios, y adoptar aquellas que permitan a la gente de a pie, organizada o no, participar de una forma activa y democrática en las decisiones.
Como aportación a este debate realizo la siguiente propuesta:
- La Asamblea estará constituida por las personas que voluntariamente, de forma individual o colectiva, decidan participar en el proceso constituyente.
- Una persona un voto.
- Candidaturas paritarias.
- Para poder participar en el proceso de elección se deberá obtener el aval de al menos un 5 % de las personas que forman parte de la Asamblea.
- Las personas que hayan reunido los avales suficientes serán proclamadas candidatas.
- Las personas candidatas harán una presentación de su persona, con aquellos aspectos que consideren más relevantes para que sean conocidos y respaldados por el conjunto de la asamblea.
- Se confeccionarán dos candidaturas: una de hombres y otra de mujeres.
- Todos los miembros de la Asamblea pueden votar y/o avalar como máximo a una mujer y a un hombre.
- Se realizarán votaciones de ambas candidaturas por separado.
- Se ordenarán de mayor a menor según el resultado obtenido.
- Se realizará una segunda votación entre las personas que hayan quedado en primer lugar de la respectivas candidaturas.
- La persona que más votos obtenga en esa segunda votación es la que encabeza la candidatura y la otra persona quedará en la segunda posición. Después se irá confeccionando la lista con una persona de cada sexo.
- Este método participativo es de aplicación a las candidaturas al senado con la variante de que las suplencias serán del sexo contrario al que salió para titulares.
- Para confeccionar los puntos programáticos se realizara una asamblea presencial a tal fin.
- Esta asamblea deberá celebrarse antes de la elección de candidatos.
- Como el programa debe ser homogéneo a nivel estatal, se priorizaran entre todas las propuestas presentadas y que estén suficientemente desarrolladas y concretadas en documento por escrito las 10 más respaldadas por la asamblea.
- Simultáneamente se confeccionarán propuestas de ámbito de la provincia de Córdoba con el mismo método del párrafo anterior.
Miembro del Colectivo Prometeo y del Frente Cívico Somos Mayoría.
3 comentarios:
"La Unidad Popular, es un concepto que las organizaciones políticas, como IU, Equo o Podemos manejan en sus discursos, pero que no suelen practicar en su proceder cotidiano. Más bien buscan el apoyo incondicional de los otros, al pensar que lo que ellos predican es lo mejor y que los demás están equivocados y deben de plegarse a sus planteamientos".
No puede ser mas acertado ami juicio.
Pero también esto debería ser aplicado a algunos partidos pequeños extraparlamentarios de izquierda.
me ha gustado mucho tu artículo, Juan, enhorabuena.
AZC
gracias, por compartir la lectura de mi escrito.
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