Tomás Miguel Ramírez Arévalo
Mesa Estatal FCSM
Ante la intensa y estresante
velocidad de crucero que aplica el Poder a las políticas en contra de
los derechos humanos y de la Tierra, conviene pararse a reflexionar y
pensar cómo y en qué condiciones hemos llegado hasta aquí y qué camino
queremos seguir construyendo.
Ese escenario de futuro no será jamás
igual a lo que hemos conocido. Si algo dejó claro la crisis financiera
de hace diez años es que nada volverá a ser como antes, sobre todo en
este país donde el milagro económico era una burbuja, una mentira
construida sobre un castillo de naipes.
Aquí, en España, no tenemos un proyecto
industrial porque desde la época de los gobiernos de González se fue
desmantelando la gran industria para entregarla sin costes a Europa,
grandes valedores del señor X al final del franquismo. Tampoco tenemos
un proyecto tecnológico porque con la excusa de la crisis se dejó de
financiar la investigación y el desarrollo provocando el exilio forzoso
de todo nuestro material y potencial humano.
No existe un proyecto energético, a
pesar del sol, el agua y el viento, porque los sucesivos gobiernos de
PSOE y PP, con el Jefe del Estado a la cabeza, nos han convertido en
dependientes energéticos de Oriente para beneficio propio y de sus
compadres. Además, no tenemos un modelo de Estado social porque nuestros
representantes públicos lo privatizaron todo entregándolo a sus señores
y amos, las grandes multinacionales y el Poder financiero.
Ante este escenario conviene preguntarse
qué queremos y qué podemos y debemos hacer. ¿Seguir como hasta ahora,
dejando que nos roben mientras sonriendo y con buenos modales les
servimos copas, comida y cama a cambio de salarios míseros y
empobrecedores? ¿Seguir como hasta ahora criando, matando y troceando
sus vacas, cerdos y pollos en megafactorías cárnicas mientras, sonriendo
y con buenos modales, nos envenenamos comiendo su comida y respirando
el aire viciado a cambio de salarios de mierda?
¿Seguir como hasta ahora, agotando el
planeta mientras a su costa nos desplazamos como zombies hasta las
nuevas iglesias del siglo XXI, los megacentros comerciales, donde nos
dejamos lo poco que tenemos en ofertas ‘low cost’ que, gracias a que
pagan unos salarios de miseria, financian el yate que el dueño de la
marca pasea por la Costa Azul? ¿Seguir como hasta ahora, reverenciando
al multimillonario cuando dona una mísera parte de su fortuna mientras
evade todo lo posible sabiendo que si páguese lo mismo que nosotros y
nosotras no sería necesaria su caridad indecente?
Creo que una de las causas de
encontrarnos sobre una descorazonadora montaña rusa (ahora movilizados,
ahora parados, ahora movilizadas, ahora luchando por ganar las
instituciones, ahora paradas…y así hasta el infinito), es la particular
singularidad de cada uno de los actores que han intervenido en la
movilización social que tuvo su origen en el 15M y que no ha permitido,
en estos seis años, conformar un bloque social unido entorno a unos
mínimos básicos, hablo de programa político y de la forma de ejecutarlo
llegado el caso, que fuera capaz de oponerse firmemente a la corrupción
innata del sistema capitalista y su ataque neoliberal y fascista contra
la mayoría social.
La solución, una y otra vez declamada,
es la unidad de todas nosotras organizadas y decididas a conseguir el
bien común. Este anhelo exige generosidad, solidaridad, confianza y la
muerte de todos los egos personales e individualistas, o lo que es lo
mismo, pensar colectivamente, practicar el colectivismo.
También exige que no infravaloremos al
enemigo que tenemos enfrente, por algo lleva en el poder siglos. Lo que
sí es cierto es que parece dar muestras de debilidad porque, al igual
que en otras muchas ocasiones, no se renueva ágilmente ya que quienes
mandan quieren permanecer allí hasta la muerte y además se han pasado de
la raya asfixiando a sus gobernados. Esto abre ventanas de oportunidad
por donde introducir nuestras picas y derribar al tirano sabiendo que no
debemos ni podemos hacerlo solas.
El régimen corrupto capitalista se
muestra presto y diligente a cerrar dichas ventanas en tanto nosotras
discutimos sobre quién debe ser punta de lanza. Si no somos capaces de
dejar a un lado siglas, banderas y estandartes, el Poder seguirá
incólume y la casta y su trama continuarán robando, reprimiendo y
asesinando, física y socialmente, a quienes se enfrenten a él.
Si cuando nos preguntamos qué clase de
mundo y de sociedad queremos para nosotras y para nuestros hijos e
hijas, nos da como resultado un futuro justo, ético, igualitario,
soberano, ecológico, feminista y solidario; no esperemos más y rompamos
definitivamente con este sistema cleptocrático, patriarcal y antisocial
que padecemos.
Tomás Miguel Ramírez Arévalo
Miembro de la Mesa Estatal FCSM
Ex-autónomo reconvertido en precario laboral intermitentemente en
paro. Activista social desde el 15M y miembro del Frente Cívico Somos
Mayoría desde su surgimiento, cree en la política social como única
herramienta posible para transformar nuestra realidad. Portavoz del FCSM
Cinco Villas forma parte de la Mesa Estatal del Frente Cívico Somos
Mayoría.
1 comentario:
Dime, Tomas Miguel Ramírez Arévalo, ¿cuando eras autónomo pensabas en ti primero o pensabas primero en la sociedad para llevar adelante tu negocio PRIVADO?
¿Pretendes hacer la Revolución bajo esos condicionamientos? O es que ahora que ya no eres autónomo se ha esfumado la interesada necesidad de priorizar a tu persona por delante de otras y ahora son otras las que hacen lo que tu en ese pasado de ex-autónomo, induciéndote a ti a hablar de desaparición de los egos? ¿de qué egos hablas? ¿de los que el individuo está impelido a ejercer pensando todo el día en sacar adelante sus intereses personales con un negocio privado, privativo y ladrón basado en el capital enajenante del valor mercantil?
Yo puedo comprender muchas cosas, puedo comprender a mucha gente y lo que uno es capaz de hacer por sobrevivir cuando el Capital nos pone a la mayoría en esas circunstancias para su simple disfrute y nuestro eterno empobrecimiento, ¿pero no crees que es un poquito absurdo llamar a la Revolución contra el Capitalismo y el capitalista al mismo tiempo que apoyas el negocio y comercio privado? ¿Acaso crees que la relación humana comercial se basa en la solidaridad? ¿Acaso vas a hacer la revolución basándote en el engaño y la mentira?
Sin más que decir, sabiendo que se lo digo a otro hipócrita más, que pudiera estar relativamente justificada su hipocresía si su emprendeduria capitalista se debiese a la mera necesidad de sobrevivir biológicamente, solo me queda decir: LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES. Pero la verdad debe ser PRACTICADA CON COHERENCIA PARA QUE SUS FRUTOS SEAN COHERENTES Y EFECTIVOS. Y la verdad en un mundo en el que practicarla pone en un brete a la arquitectura social impuesta por los capitalistas, no solo es revolucionaria, sino DURA por lo mucho que uno va a tener que nadar CONTRA corriente. Saber construir presas, esa podría ser una forma de mitigar la fuerza de dicha corriente. Empecemos por reflexionar en profundidad y comprender el mundo comprendiéndonos a nosotros en él. Solo así comienza la verdadera Revolución. No con engaños, falsificaciones, mentiras y manipulaciones. Esa base solo da comienzo a un mundo que ya existe y se supone pretendemos superar.
Salud y Revolución
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