José Antonio Naz
Ha costado ocho meses, miles de bombardeos de la OTAN, ayudando a las milicias “rebeldes” de talibanes, qataries, monárquicos apoyados por la CIA y miembros de alguna tribu del sur; se han tenido que destruir todas las infraestructuras del país, se han tenido que lamentar miles de “bajas colaterales” de mujeres, niños, ancianos y población en general que casualmente estaban donde caían las bombas, en algunos casos en escuelas, hospitales o sus propias viviendas; se han producido algunos actos poco deseables, pero “necesarios” como bombardear y matar parte de la familia del dictador ( hijos, nueras, mujeres, nietos); no se han podido evitar “excesos” como persecuciones, torturas y asesinatos racistas, linchamientos,etc.
Pero nuestros medios de información han tenido el buen gusto no mostrarnos muchas imágenes desagradables de todo esto, con la excepción del linchamiento del “demonio dictador”, que, como era el malo, no ha conmovido prácticamente a nadie. Lo importante es que hemos cumplido con la acción humanitaria de salvar a esa pobre población, que aunque tuviera el nivel de vida más alto de Africa, educación pública y sanidad para todos y trabajo para ellos (6 millones) y para otro millón de extranjeros, estaba sometido y perseguido por el mayor de los sátrapas, que además era excéntrico y vivía en una Jaima; y aunque acabara de nacionalizar el petróleo prometiendo un porcentaje de los beneficios a las tribus y estuviera desarrollando planes de ayudas a distintos países pobres de Africa, ametrallaba desde helicópteros a los manifestantes pacíficos (aunque ni nuestros magníficos satélites ni una simple cámara han podido encontrar las imágenes de los “miles de muertos”). Hemos acabado con un “árabe malo” aunque era bueno y amigo nuestro hace varios años, cuando hacía caso a nuestros gobiernos y daba beneficios a nuestras empresas energéticas; eso era antes de plantear las nacionalizaciones, liderar la idea de crear una Unión Africana y una moneda única, el dinar, plantear posturas soberanistas en la Liga Árabe y la OPEP o crear con Venezuela el tratado del Atlántico Sur. Porque como analiza el periodista Michel Collon, no están muy claros los criterios para definir la bondad o la maldad, si no es por algo tan objetivo como que siga nuestras indicaciones y trabaje para nuestros intereses.
Y además hemos cumplido con una “resolución de la ONU” ( no como otras veces, como las docenas dictadas contra Israel) , aunque hemos interpretado un poco laxamente la letra “garantizar un espacio aéreo”, como derecho a la injerencia y a la guerra para cambiar el régimen a nuestro gusto. De hecho hemos aplicado el “derecho a proteger” que se aprobó en la ONU en 1973, aunque éste derecho sólo debe aplicarse “a los enemigos de la ONU”. Qué más da a estas alturas si se incumple la legalidad internacional y se sientan precedentes de que podemos intervenir para cambiar gobiernos y tomar partido en (o incluso provocar) contiendas internas según nos parezca. Eso ya hace años está admitido por EEUU y expresado por sus generales: “Hay siempre esa actitud, que de alguna manera podemos intervenir y usar la fuerza en la región” (Wesley Clark, excomandante supremo de la OTAN). Qué mas da que el organismo creado para mantener la paz y el entendimiento entre los países,la ONU, no sólo no proponga la solución dialogada del conflicto, sino que rechace los ofrecimientos del régimen de Gadafi o la intervención del presidente de Venezuela apoyada por la OEA (Organización de Estados americanos) y de la UA ( Unión Africana).
Ahora por fin ese pueblo tiene un gobierno “demócrata”, formado entre otros por algunos miembros del propio régimen que se derriba, como el ministro de Justicia y el de interior, responsables y ejecutores de las barbaridades represivas de Gadafi, o el responsable de economía en la época del liberalismo del gobierno Libio, por cierto doctorado en “privatización” por la Academia de Estudios Económicos de Bucarest; más los jefes de la guerra, incluido algún antiguo dirigente preso de Al-Quaeda. Hemos implantado una verdadera justicia, la de la Sharia islámica, y un sistema económico más acorde con la “libertad”: privatización de las fuentes energéticas y reparto de la explotación entre las grandes Empresas Europeas y de EEUU; y se ha conseguido recuperar la soberanía del país, con la supervisión de la “Comunidad Internacional” y la pronta implantación de bases militares Estadounidenses. Todo esto se evidencia en la foto de Hillary Clinton, Cameron, Sarkozy y el Emir de Quatar .
Todas estas acciones desinteradas y “humanitarias” han contado con el apoyo o el silencio de gran parte de “la izquierda” europea, incluso de partidos ecologistas, que se suponen defienden la vida, porque esta guerra “es diferente de otras”. Supongo que en su “ingenuidad” ven como pura casualidad que los países “malos” en los que se tiene que intervenir coincidan con los que Bush, en un discurso del 2000 en la Casa Blanca (que yo pude traducir del Francés) planteaba como estratégicos para las necesidades energéticas de EEUU, y con la información del Pentágono que el propio Wesley Clark (Ex comandante de la OTAN) hacía pública en 2003: “En los próximos años vamos a invadir 7 países: Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudan, Irán”.
Tambien es casualidad que algunas de las fuerzas de EEUU-OTAN intervinientes en Libia estén ya en Dimona, desde donde Israel viene amenazando y dando por hecho la “necesaria intervención” contra Irán para evitar el peligro de las armas nucleares. O la multiplicación de las noticias sobre las represiones de la población “civil” en Siria, con la consiguiente justificación de una nueva intervención. Por cierto, analistas de Mundial Globalisation vienen previniendo desde hace tiempo con dicha intervención, como paso previo para debilitar el apoyo a Irán, último objetivo en la zona. La falta de memoria les hace olvidar las mentiras, los métodos y los objetivos similares en las ultimas y recientes guerras de invasión. Porque es muy difícil y hay que tener mucha inteligencia o ser muy mal pensados para ver una planificación y un juego de ajedrez sobre control estratégico y energético en el mapa que dibujan todas estas intervenciones, y otras actuaciones como la reciente aprobación de la instalación de “Escudos antimisiles” (armas nucleares ) en la base de Rota (frente a Africa).
¿Realmente somos tan ingenuos y estamos tan desinformados? O somos cómplices activos o pasivos en la guerras de rapiña neocolonial o de “civilizaciones” de Occidente. ¿Caerán o caeremos todos en la cuenta cuando estemos inmersos en el conflicto bélico global de una 3ª Guerra Mundial aniquiladora del Planeta?
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